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A las seis de la madrugada estábamos en el embarcadero. No nos hicieron el desayuno para llevar y no entiendo por que si se despierta a las cinco, podrían habernos hecho unos sandwiches.
En unos minutos salimos. Hacía frío, pero en el barco tenían mantas, así que estábamos bien.
Como nos prometieron, no había mucha gente. Nuestro barco y un par más.
Vimos esos pescadores famosos que conducen sus barcos de manera rara - con el pie.
Luego nos llevaron a un taller de plata, es una de las artesanías famosas en el lago. Pensaban que ibamos a comprar algo.
Contaron cosas sobre su trabajo, nos ofrecieron un té y nos fuimos para ver a las chicas con cuellos largos. De verdad es una tradición bastante rara, pero viven así y no parece que les molesta.
La siguiente parada fue el mercado flotante, un mercado alrededor de una pagoda muy grande.
Allí pasamos algo de tiempo y desayunamos un poco.
Anduvimos por el mercado. Es muy grande, muy multioso, venden de todo: desde las frutas hasta los DVD con Masha y el oso.
Luego fuimos a la pagoda Thaung Tho, el punto más lejano de nuestro itinerario de hoy.
Una pagoda grande, vieja y destruida por algunas partes.
Ya empezábamos a tener hambre y fuimos a un establecimiento que se llamaba Royal Palace Restaurant. Nada de especial excepto que está situado en el agua. La comida era como en todos los sitios, un poco más cara. Y el zumo de naranja diluido con agua en el 90%.
El siguiente punto donde querían vendernos algo fue una pequeña fábrica textil. Allí hacen la ropa de los tallos de loto. Fue bastante interesante ver el proceso.
Y después un taller más interesante: el de los puros. Mi amigo compró un par de docenas; tenían los puros con sabores diferentes, los mejores, según entendí, eran con anís.
El siguiente lugar también fue muy interesante. Para llegar allí tuvimos que pasar por las plantaciones de tomates en el agua.
El lugar se llama Monasterio del gato que salta y hay gatos allí.
También allí notamos una delegación de las mujeres de un tribu con gorros raras. Por desgracia, no podía hacer buenas fotos, siempre estaban frente a la luz.
Pasamos allí casi una hora y nos volvimos.
Al llegar a Nyaungshwe, decidimos dar una vuelta a la bodega que no habíamos llegado el día anterior. Tenían una degustación de los vinos por €2.5.
Tuvimos un paseo interesante.
Pero el vino no me pareció bueno. De los cuatro vasos me gustó solo uno. Así que no compramos nada y fuimos a cenar. Esta vez fuimos al restaurante Smiling Moon. No era en mal sitio. Bueno, no soy muy exigente. Para que un restaurante gane la valoración “muy malo” no sé qué cosa terrible tienen que hacer.
De camino al hotel reservamos un taxi para el día siguiente en la primera agencia que encontramos (Tour Advisor), costaba €9 (contra €12 en el hotel). Y a dormir.
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