Protagonistas:
Narrador: Santisan
Beatriz: esposa y madre
Jülia: hija pequeña
El avión sale a las 15 h. Previamente habíamos comido algo antes de pasar el control. No hubiera sido necesario pues luego nos daban comida en el avión enseguida. El viajar con niños con carrito tiene su ventaja, y es que te sacan de la cola y te habilitan una especiales el que en un momento te facturan. Aunque lo mejor de todo es el haber reservado previamente asiento por internet en una fila de salida de emergencia, pues el avión va completamente lleno. En un viaje tan largo se agradece, y los 10 € que cuesta valen la pena.
Nos tomamos las cosas con calma y no tuvimos en cuenta que en la T4 desde que pasas el control hasta la puesta de embarque R1 hay 22 minutos, en tren y andando. Con lo cual llegamos cuando ya todo el mundo estaba embarcado, excepto el último autobús que fue el nuestro. Lo cual al final también es mejor pues no hay que hacer cola.
El viaje lo aguantó Júlia como una campeona, no se puso burra ni protestó, lo único es que no paró en todo el viaje, con lo cual requería atención y juegos todo el rato. Pusimos la peli en el ordenador “La princesa Mononoke” pero sólo aguantó media hora. Cuando faltaba hora y media, se durmió, es decir a las 21,30 hora española.
Al llegar al aeropuerto se despierta y ya no se vuelve a dormir hasta el trayecto en bús hasta el hotel. Para recoger las maletas tardamos una eternidad, en una cinta pequeña y con cientos de personas en varias filas, que difícilmente veías tu maleta. Paciencia pues como todo el mundo tiene el traslado hasta el hotel contratado los autobuses esperan.
Hay carretilleros que te ofrecen llevarte las maletas pues no se pueden sacar los carros hasta el parking, pero no se hacen pesados ni insisten, al contrario de lo que comentaban algunas personas.. Sales al parking y a 50/100 metros están los buses, primero Soltour y más atrás los de Iberojet. En una esquina está el único minibús que es el que va a Bayahibe. Somos nosotros y 2 parejas más. El resto de autobuses son grandes normales y llenos de gente. Lo cual da un poco idea del tipo de hotel que hemos elegido.

Es curioso, en un momento vas conduciendo por la nada, no hay casi luz, das una curva y ahí está todo el mogollón del complejo hotelero. Ya en el hotel nos reparten el sobre de bienvenida y nos asignan habitación. Del correo indicando que harían lo posible por asignarnos una habitación en los bloques 3 o 4, ni rastro. Todo lo contrario, nos ponen en el 1, habitación 1004. Les pregunto si es posible cambiar y me dicen que imposible que el hotel está muy completo. Mentira, después nos enteramos por comentarios de las chicas del spa que está al 60%. Nuestra habitación está al lado del teatro, hay espectáculo pero no se oye nada. De la cuna que pedimos, tampoco ni rastro. Voy a pedirla 2 veces y una tercera por teléfono, hasta que al final la traen. Es cuestión de paciencia, todo tiene su tiempo.
La primera impresión de la habitación no es mala. El tamaño no es ni muy grande ni muy pequeña, aprox. 20 m2 más el baño, la entrada y la terraza que rodea la habitación. Se ve bien cuidada y parece menos cutre que en fotos. Supongo que esperaba algo peor en un sitio de playa masivo como éste. Eso si, huele algo a humedad. Al menos nos ha tocado cama de matrimonio, eso si de 2 metros. O sea que o te ponen en 2 camas o te ponen una tan grande que no te encuentras en toda la noche. El entorno del hotel, jardines, estanques, espacios comunes parece agradable, pero por la noche todos los gatos son pardos. Parece que no hay mosquitos. Ya veremos.