Nuestro último día en París y aprovechamos para hacer cosas que nos habíamos dejado a medias. Nuestra primera parada fue en Inválidos de nuevo, para ver el Museo de la Guerra incluido en la PMP, la verdad que el museo está bien, muchas fotografías y explicaciones tanto en inglés, francés como en español, pero no creo que sea una visita imprescindible para ver París. Estuvimos dos horas que podíamos aprovechar para ver otros museos más interesantes y nos quedaron pendientes o para pasar más tiempo por nuestro siguiente destino, Montmartre.

Nuestra primera visita fue Sacre Coeur, subimos en el funicular (incluido en la tarjeta de transporte). Las vistas desde lo alto son increíbles y la iglesia por fuera tan blanca y muy bonita, en cambio por dentro no nos impresionó tanto. La entrada es gratuita.

Nos quedamos un rato observando las vistas y decidimos bajar caminando y aprovechamos para hacernos una foto donde el tiovivo que sale en la película de Amelié. Una vez abajo, volvimos a subir por unas empinadas escaleras, esta vez para visitar la plaza de los pintores y la zona y ya de paso comer. Como era muy tarde (más de las tres) muchos sitios ya no tenían la cocina abierta y los que podíamos la reseñas en Trip Advisor no eran muy buenas. Así que bajamos de nuevo poco a poco alejándonos de la zona para perdernos por el barrio y encontrar un italiano donde comimos dos pizzas a muy buen precio y muy ricas, la Favorita.
Una vez que teníamos el estómago lleno, nos perdimos por el barrio y aprovechamos para comprar souvenirs, en esta zona es donde mejor precio tienen. Dando vueltas llegamos al Moulin Rouge, donde ya tenían las luces encendidas y el molino girando. Y por una calle cercana nos acercamos al restaurante que sale en la película de Amelié Café des 2 moulins.

Como era temprano, nuestra siguiente parada fue la Torre Eiffel, después de pensar que hacer, me decidí a subir, ya que para una vez que estaba en París, no quería quedarme con la espinita. Mi amiga me esperaría abajo mientras yo hacia la cola y subía. Lo mejor es coger las entradas por intenet, ya que se evita la cola de hora y media que tuve que hacer. Yo quería subir por las escaleras, pero resulta que la subida estaba cerrada, solo se podía bajar por ellas, así que, en ascensor, tampoco entiendo porque había un montón de taquillas y solo había dos abiertas. Y de las 4 patas que son para subir a la torre solo funcionaba una. Así que normal que haya colas de hora y media.
Solo subí hasta la segunda planta, ya que hacía bastante frio y fue la mejor decisión. Todo el mundo subió hasta la cima y por lo tanto tuve toda la segunda planta para mi sola, no había nadie. Después de un montón de fotos y videos, baje hasta el primer piso, donde está el suelo de cristal, un restaurante y una zona que estaba cerrada para una especie de evento. Me decidí a marchar bajando por las escaleras para no tener que esperar al ascensor y la verdad que la bajada se hace muy bien.

Después de un frio increíble que pasé allí arriba, mi amiga me estaba esperando, la pobre estuvo dos horas esperando por mí, así que se merecía un crepe con nutella y de paso yo otro. Subimos hacia Trocadero y de esta forma nos despedimos de París, ya que al día siguiente a las 5 nos iríamos al aeropuerto Charles de Gaulle.
Un placer conocer esta ciudad, donde sin duda volveré, ya que nos quedaron unos cuantos lugares pendientes.
Au revoir París. 
