Café, tostadas y... ¡carretera!
Hoy vamos a ver otra parte de la ruta romántica, el castillo de Neuschwanstein, situado en la frontera con Austria y al pie de los Alpes. Este castillo es conocido por el "castillo del rey loco", ya que lo mandó construir el rey Luis II de Baviera, un loco enamorado del romanticismo que quiso hacerse una chocita en medio de las montañas sin escatimar en gastos ni detalles. Por desgracia, murió antes de que éste estuviese acabado, pero gracias a su locura podemos disfrutar de esa preciosidad. También es conocido por ser el castillo en el que se inspiró Disney para crear su logo más representativo.
Llegamos allí a mediodía y aparcamos en uno de los parkings de pago que se encuentran antes de la subida hacia el castillo, a la cual solo se puede acceder en bus, en carro de caballo o andando.
Hoy vamos a ver otra parte de la ruta romántica, el castillo de Neuschwanstein, situado en la frontera con Austria y al pie de los Alpes. Este castillo es conocido por el "castillo del rey loco", ya que lo mandó construir el rey Luis II de Baviera, un loco enamorado del romanticismo que quiso hacerse una chocita en medio de las montañas sin escatimar en gastos ni detalles. Por desgracia, murió antes de que éste estuviese acabado, pero gracias a su locura podemos disfrutar de esa preciosidad. También es conocido por ser el castillo en el que se inspiró Disney para crear su logo más representativo.
Llegamos allí a mediodía y aparcamos en uno de los parkings de pago que se encuentran antes de la subida hacia el castillo, a la cual solo se puede acceder en bus, en carro de caballo o andando.
Mientras esperábamos para la visita guiada al castillo (13€) aprovechamos para comer en uno de los puestos de comida rápida un Frankfurt, que dejaba mucho que desear en comparación con el bocadillo rústico del día anterior, claro.
Llegó la hora de subir al castillo y ¿qué opción elegimos nosotros?...¡caballito!, aunque la verdad al ver el camino cuesta arriba nos dio pena ver como los pobres carretaban gente sin parar todo el santo día, de haberlo sabido antes subiríamos andando, además se tarda lo mismo.
Llegó la hora de subir al castillo y ¿qué opción elegimos nosotros?...¡caballito!, aunque la verdad al ver el camino cuesta arriba nos dio pena ver como los pobres carretaban gente sin parar todo el santo día, de haberlo sabido antes subiríamos andando, además se tarda lo mismo.
Bueno una vez arriba, entramos al patio del castillo, al cual se puede acceder gratuítamente, y desde allí comenzamos la visita guiada.
Solo el 30% del castillo es accesible al público y la visita tampoco ofrece mucho, aunque las habitaciones y las vistas desde ellas son espectaculares. El castillo no se puede fotografiar en el interior así que os dejo fotos de las vistas:
Después de ver las lujosas habitaciones del rey loco, fuimos al puente Marienbrücke, a 10 minutos más o menos andando desde el castillo, desde el que hay unas vistas magníficas de éste. Eso si, el puente no es recomendable para aquellas personas con vértigo, por su altura y lo que se mueve.
Bajamos andando al parking por el camino entre arbolitos del castillo y nos fuimos a Fussen, un pueblito bávaro situado al pie de los Alpes que merece la pena visitar, por su lago, vistas, el río Lech de aguas azul turquesas y lsus bonitas calles.
Entre calle y calle...merienda. No sé cuantos Bretzels (la especie de rosquilla de pan que aparece en la foto) me comí esos días, perdí la cuenta...jaja
Después de esto, volvimos para casa parando por el camino para cenar en Ulm. He de decir que es una ciudad bonita pero entre el frío y el cansancio no paramos mucho en ella, solo dimos un paseo por la catedral del restaurante al parking y no tengo fotos buenas de ella, pero seguro que de día merece la pena pasarse por allí.
Ruta del día: