Salimos de casa de Adrián y Marta el lunes con la sana intención de iniciar nuestro camino, previo trámite de volver al chiringuito donde compramos el coche para que nos quitasen las dos filas de asientos, de manera que la parte trasera del vehículo pudiera albergar el colchón inflable donde vamos a dormir los próximos meses. Cual fue nuestra sorpresa cuando nos pregunta el jefe si íbamos a salir del estado, porque las placas provisionales solo servían en Illinois. Pues claro que si!! Lo dijimos desde el primer momento. Pero el vendedor tenia muchas ganas de vendernos el coche y se “olvidó” del pequeño detalle. Menos mal que nos agilizaron los tramites y solo tuvimos que esperar unas horas para que nos diesen las definitivas. Cuando hablo de placas me refiero a las matriculas,que aqui se cambian cada vez que cambia el dueño del vehículo. La espera, al menos, se nos hizo mas corta gracias a la charla que tuvimos con los mecánicos que, por supuesto, eran mexicanos. Nos quitaron los asientos, nos arreglaron una rueda que perdía aire y nos ofrecieron trabajo de repartidores de comida a domicilio. Al fin y al cabo, ya teníamos furgoneta para el reparto. Si no hubiera sido porque nuestras intenciones eran otras, hubiéramos podido sacarnos unos dinerillos. Muy simpáticos los mecánicos. Completada la charla y recibidas las matriculas, pusimos rumbo al oeste. Pero la salida de Chicago no fue fácil. Hubo tormenta, atasco y hasta un aviso de tornado. Aunque queriamos haber llegado al Missisipi para dormir, tuvimos que hacer noche en Galena. Y como no hay mal que por bien no venga, nos vino muy bien para visitar por la mañana este bonito pueblo que presume de estar conservado igual que como era a mediados del siglo XIX. La primera noche durmiendo en nuestra suite particular fue estupenda. Nadie alrededor para molestar y todo “El Bicho” para descansar.

Galena parece salida de una película del oeste. Los mismos edificios que hemos visto mil veces. Un bonito lugar que no hay que perderse si se viaja por estas tierras.

El pueblo cuenta con una gran variedad de casas señoriales de la época, entre las que se encuentra la del general Grant. Como la suya no es de las más bonitas, hemos preferido insertar una foto de la mansión Belvedere, mucho más maja.




Aunque este es el mas significativo, todos los ríos aquí son de este tamaño. También hemos cruzado el Cedar y el Misouri y son iguales. Estas tierras son fértiles y muy húmedas, todo está verde y, a pesar de que son mayoritariamente tierras de cultivo, hay una gran cantidad de bosques con su correspondiente vida salvaje vegetal y animal. Esta última pudimos disfrutarla a la noche ya que, después de varios intentos frustrados de acampar, tuvimos que refugiarnos en la parte trasera de una gasolinera, donde lo hacen habitualmente los camioneros. Allí pudimos contemplar un bello espectáculo; la danza de las luciérnagas. En la oscuridad de la noche, brillaban como diminutos puntos de luz pero era tal la cantidad de ellas que relucían como pavesas del fuego. Después de un rato de observación y sintiendo que no eran los únicos insectos que había, decidimos dormir allí mismo.

Amanecimos en Des Moines y siguiendo la interestatal 80 nos encontramos con un cartel que anunciaba los famosos “Puentes de Madison”: Siempre habíamos creido que los puentes de la famosa pelicula de Clint Eastwood y Merryl Streep estaban en el Madison de Wisconsin, pero no, están en el Condado de Madison, Iowa. Desviandose de la autopista se pueden ver estos puentes de madera cubiertos, construidos entre 1830 y 1890 y muy bien conservados, en parte por estar casi reconstruidos por completo. De los seis que hay vimos cuatro, que como se sabe, es mas de la mitad.


Aprovechando que estábamos de puente en puente, nos fuimos a ver la casa natal de John Wayne, porque nos lleva la corriente. No tiene nada de especial, solo lo apreciados que tienen aquí a sus mitos cinematográficos.

Siguiendo nuestra ruta por la 80 y antes de abandonar el estado de Iowa, entramos a comer y descansar en el Praire Rose State Park, un espacio natural de los muchos que hay por aqui.

Esta noche nos hemos recogido pronto, nos hemos metido derechos en un camping en Lincoln, Nebraska. Juan ha disfrutado de un baño en la piscina y yo de una ducha reparadora y asi, limpios y aseados, descansaremos, que mañana será otro día.