Templo de Ranakpur y Udaipur, la ciudad donde se para el tiempo ✏️ Diarios de Viajes de IndiaA medio camino entre Jodhpur y Udaipur está el templo Jainista de Ranakpur. Es magnífico, ya os conté que me gustaron mucho los de Jaisalmer y eso que son chiquititos, esté es el mismo estilo pero a lo grande. Hay buses cada hora pero como abrían...Diario: Norte de India⭐ Puntos: 4 (2 Votos) Etapas: 5 Localización: IndiaA medio camino entre Jodhpur y Udaipur está el templo Jainista de Ranakpur. Es magnífico, ya os conté que me gustaron mucho los de Jaisalmer y eso que son chiquititos, esté es el mismo estilo pero a lo grande. Hay buses cada hora pero como abrían a las 11 me cogí el primero, 6.30 de la mañana, son unas 4 horas de camino, el chico del hotel se había levantado a posta a buscar un tuk tuk porque se lo pedí la noche anterior Yo pensaba que llamaría por teléfono, no que tenía que ir físicamente, qué vergüenza! Madrugar en India es maravilloso porque las ciudades se despiertan tarde, hacia las 8 o así empieza la actividad humana, así que las calles están tomadas por las bestias (vacas, perros, monos, alguna Cabra atada a una puerta...) y parece que estás en el rodaje de una peli de ciencia ficción. Llegué a la estación y solo una persona se me había adelantado, un francés jubilado que hablaba perfecto español y entre té y té nos contamos la vida entera. Aprovechamos la ventaja de ser los primeros en llegar para sentarnos en los asientos de primera fila y entre la conversación y la comodidad se me pasaron las 4 horas volando. Mi nuevo amigo francés continuaba el viaje pero me llenó el cuaderno de buenos consejos, que alegría encontrar gente como él en el camino! Nada más bajar ví un bar y fuí a tomarme un café porque faltaban 15 minutos para que abrieran, allí había un guía esperando a sus clientes que venían en coche privado y estuvimos hablando hasta que llegaron, me dió todos las pautas para visitar el templo ahorrarando tiempo, y me dijo que fuera a comer a la cantina que la comida era buena y abundante. Así que le hice caso en todo, lo primero buscar la consigna que llevaba la mochila a cuestas, solo son 10 rupias, tener en cuenta que no se puede llevar agua, ni comida, ni nada de cuero (carteras, cinturones, bolsos, ect...) Así que la consigna es fundamental para dejar el agua o lo que sea que lleves que no esté permitido. Luego ir a la primera cola a pagar las 300 rupias de la entrada, incluye la audio guía, pero hay que hacer otra cola para que te den los cascos, y tienes que dejar el pasaporte en depósito. Consejo, llevar agua, dejarla en consigna e ir tantas veces como necesitéis a beber, que vi a un par medio desmayados. Una vez hecho esto toca hacer cola otra vez para entrar, no sé si siempre está lleno o yo llegué a la hora de los autobuses, pero me fastidió un poco la visita tanta gente. Así y todo es monumental, tantísimos detalles en un templo tan grande y tan perfectamente diseñado. Es de esos sitios a los que las fotos no hacen justicia porque a donde mires hay algo, arriba, abajo, por los lados... Las explicaciones de la audioguía (en español ) son extensas y además te quedas boquiabierto en cada sala, así que se van un par de horas entre oírlo todo y fotografiar un 0.00001% del templo. Atención a los monjes listillos, que intentan que les des a ellos una propina si les pides una foto o les preguntas algo, se les ve el pelo porque tratan de llevarte aparte, así que si tenéis dudas preguntar a los que están en el centro de la sala y si queréis dejar una ofrenda la dejáis en el plato que hay delante del altar, igual que en los templos hinduistas. Una vez terminada la visita del templo principal hay otros dos templitos, son muy pequeños pero os ofrecerán unas vistas magníficas del grande, además hay muchos monillos y muy poca gente, con lo cual es una buena manera de finalizar la visita y cargarte de la espiritualidad que los turistas le robamos al templo principal. Me dirigí hambrienta a la cantina pero acababan de cerrar la cocina... estaba llena de hindúes comiendo, seguro que era bueno y barato como me había dicho el guía por la mañana. Así que iba a la cafetería a comer algo cuando vi que venía el autobús, y como pasan cada hora, me compré unas galletas saladas y me subí al bus que iba lleno a reventar. De pié, con la mochila entre las piernas, devorando las galletas y notando miles de ojos puestos en mi (era la única turista) tuve que pelear por el precio de mi billete, sabía que eran 30 rupias con el ladys discount así que a pesar de que quería más le di las 30 rupias e ignoré sus palabras, ellos practican mucho la impasibilidad, no discuten, no se enfadan, así que he optado por copiarles y funciona. Veinte minutos más tarde se rompió el autobús, lo que me faltaba! pensé, en cambio fue mi salvación porque todo el mundo se bajó a fumar y a ver cómo arreglaban la avería y aproveché para sentarme un rato, cuando lo arreglaron volvió el dueño del asiento, me levante para devolvérselo pero me dijo que no, que se bajaba enseguida, A mi lado había un abuelillo muy guapo todo vestido de blanco, impoluto, con una barba laaarga y blanca también que solo hablaba hindi, pero me fue diciendo el nombre de cada pueblo y cada templo por el que pasábamos, y otras cosas en el campo que no entendí, así que al final fue un viaje muy bonito también. Llegué a Udaipur de día, el bus te deja lejos del centro así que tomé un tuk tuk, y de repente llegué a casa. Me parecía que estaba en la parte vieja de Ibiza, con esas calles estrechas y blancas, el agua del lago, taaaaantos turistas en plan hipie... solo desentonaban las vacas. Mi hotel, Nukad guest house, era precioso y estaba en todo el meollo, la habitación individual con baño compartido me costó 270 rupias, así que todo un acierto. Pero tenía muuuucha hambre, así que solté la mochila y me fuí al Yumi yoga a cenar. Cené parantha de verduras que venía acompañado de algo muy parecido al yogurt , se llama plain curd, si viene a si solo pero si lleva especias pasa a llamarse raita, el raita de pepino es muy parecido al Tzatziki. Acompañé la cena de un lassi y llevaba mucho hielo, error! Me dijeron que estaba hecho con agua buena, pero el contraste del lassi helado con el sofocón que yo traía del calor, autobús, mochila, ect... no fue una buena idea, mientras me lo bebía lo sabía, aún así no escuché a mi cuerpo y me lo terminé. El bar es muy chulo, pequeño pero limpísimo, muy buena música y una atención exquisita. Pagué 250 rupias por todo. Por la noche me empezé a sentir regular, fuí al baño un par de veces pero a la mañana siguiente me levanté bien. Probé la clase de yoga que hacían en el rooftop, en fin... una turistada, fué muy corta y simple pero bueno, al menos estiré un poco. Desde ahí me bajé al café Grasshood, que lo había visto el día anterior, desayuné un crep relleno de fruta y un capuccino, el mejor café que he tomado en India. Me supo a gloria, el café es caro aquí pero son pequeños lujos que me voy permitiendo. Feliz con mi dosis de cafeína me fuí al templo hinduista de Jagdish (gratis, pero la donación se agradece) por las mañanas hay grupos de fieles cantando y se crea un ambiente mágico. Así que aproveché para meditar un poco. Después me senté con ellos y les acompañé con las palmas, las mejores experiencias de mi viaje son momentos como ese, que te salen al paso sin saber nada. De allí me fuí al palacio pero la entrada era muy cara, así que pagué 30 rupias para visitarlo solo por fuera. Luego seguí callejeando, la ciudad es preciosa, pero apretaba el calor, así que me refugié en una tienda donde me dejaron revolverlo todo sin agobiarme, me probé mil cosas y acabé comprando dos camisetas. Seguí mi paseo y al llegar a un ghat me detuve a disfrutar de las vistas y un señor me dijo que si estaba buscando algo, cuestión que acabé sentándome a charlar con él, resultó ser un astrólogo, (ni me había fijado en el cartel encima suyo) me quería leer la mano, pero con las camisetas me había comido el presupuesto diario así que le dije que no tenía dinero, me dijo que no me iba a costar nada, que estaba aburrido y que lo hacía por gusto. Si no me va a costar nada, por qué no? Pasé al despacho y me preguntó mi fecha de nacimiento y la hora, se lió a hacer cálculos, luego me cogió las manos, me puso unas piedras y se puso a recitar cosas en hindi. Y entonces empezó el drama... Me adivinó una gran pérdida que he tenido y la fecha en que ocurrió, y me dijo que por eso había llegado hasta él. Y entonces empecé a llorar, siguió diciendo verdades de mi pasado y presente, dijo cosas también del futuro, habló de mis miedos como si me conociera de toda la vida y yo no podía parar de llorar. Al final me dijo que la persona que me había guiado hasta el tenía un regalo para mi, que llevaba tiempo esperándome y me dio una piedra, me dijo que la tenía que llevar siempre conmigo, en contacto con mi piel. La piedra es un ojo de tigre, no puede haber otra piedra que me defina mejor. Así que me he hecho un anillo con ella y me acompaña, yo no soy una persona mística, pero lo que pasó allí es algo que no puedo explicar, y me siento protegida desde que llevo la piedra. Luego salimos, nos sentamos en el barco de unos amigos suyos artistas, charlamos de todo un poco hasta que vinieron unos turistas a contratar un paseo en el barco y me despedí de ellos con un profundo sentimiento de agradecimiento. Iba sin rumbo, feliz, y acabé sentada en una tienda de pashminas que no podría pagar ni con el sueldo de un mes, pero el hombre tenía ganas de hablar, así que me tomé un té con el y después me fuí a ver el atardecer a Lal ghat, para esas horas el hambre ya apretaba y fui al Neelam restaurant a comerme un Thali de los que puedes repetir todo lo que quieras (cosa que no hice, la primera tanda fuese más que suficiente) por 150 rupias, es el precio de turistas, entre 100 y 200, he llegado a comer Talís muchísimo más baratos, pero ese estaba muy bueno. A la mañana siguiente fué poner un pié en la calle y encontrarme al francés del autobús, así que nos tomamos el café juntos y pasamos un rato charlando, cuando nos despedimos me encontré al señor de las pashminas, iba para su hotel y me invitó a un té allí, resulta que está reconvrtiendo una haveli a orillas del lago en un hotel y es una maravilla, me hubiera quedado a vivir en esa silenciosa terraza con vistas al lago. Desde allí me fuí al templo, medité y disfruté de los cánticos y así se me pasó la mañana, el señor de las pashminas me había dicho que había otro café magnífico, Jheel's Ginger Coffee, así que fuí allí a escribir un rato, qué sitio! El café era igual de bueno que en el otro y las vistas inmejorables. Allí me enteré de el chileno que conocí en Jaisalmer estaba en la ciudad, así que quedamos para vernos por la tarde, con tanto café me empezé a sentir rara otra vez, así que me metí en el hotel en las horas que apretaba el calor como buena española. Salí para ver el atardecer desde el puente peatonal que cruza el lago Pichola, allí había quedado con mi amigo, y nos fuimos a callejear, unos adolescentes que conocimos por el camino nos acompañaron en nuestro paseo y nos lo pasamos bomba con ellos, después fuimos a un bar cercano donde unos amigos suyos estaban tocando, y pasé la noche en buena compañía, lástima que estaba pachuchilla y no me pude seguir la juerga mucho rato. Además el día siguiente viajaba y tenía que madrugar. A las 5 de la mañan estaba en pié, llamé un Uber que me llevó a la estación por 70 rupias, y volví a encontrar chai por 5 rupias en la estación de tren, lo hacía un viejecito muy amable y estaba delicioso, me tomé un par. Aún así me quedé frita en el tren, me puse la alarma por si acaso, y menos mal, sino yo creo que me paso. Fijaros si iba dormida que me deje el teléfono cargando en el vagón, menos mal que enseguida fui a tirar de google maps y me di cuenta, así que me volví a subir a tren, corrí como una loca hasta mi vagón pensando: que no arranqué, que no arranque! Y allí estaba el móvil, bajé y me derrumbé en el primer banco que ví, menudo sofocón llevaba entre el susto y la carrera con la mochila por medio del tren. Cuando me repuse me fui a buscar un bus de los del gobierno (recordar 30% de descuento a mujeres) para recorrer los 14 kilómetros que me separaban de Pushkar. 📊 Estadísticas de Etapa ⭐ 0 (0 Votos)
CREAR COMENTARIO EN LA ETAPA
Diarios relacionados Aventura por el Sur de la India con Niños Pequeños
Recorreremos las maravillas del Sur de India con dos enanos (7 y 5 años...
⭐ Puntos 4.89 (45 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 301
India: Un viaje esperado después de la pandemia
Rajastan, Agra, Varanasi y Delhi.
⭐ Puntos 4.87 (15 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 244
40 días en la India 2018, del Carnaval al HOLI
Delhi y Día de la República, Rajastan (Mandawa, Bikaner, Jaisalmer, Jodhpur...
⭐ Puntos 4.00 (4 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 199
Viaje de 20 días por India y Nepal, con breve escala en Abu Dhabi.
Tres países y un millón de sensaciones.
⭐ Puntos 5.00 (17 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 183
Los Colores del Sur de India
Bitácora de 21 días (del 5 al 26 de julio 2016) recorriendo los estados de Kerala y Tamil Nadu, con un pequeño salto a Maharashtra para visitar Ajanta y...
⭐ Puntos 5.00 (9 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 168
Galería de Fotos
|