Jodhpur... hubo de todo ✏️ Diarios de Viajes de IndiaLlegué por la noche a Jodhpur y eso siempre es malo, casi cualquier sitio de noche dá una impresión equivocada. Hice caso a un hombre que indicaba donde era el City center porque vi el fuerte en esa dirección y fuí a donde decía a pesar de que...Diario: Norte de India⭐ Puntos: 4 (2 Votos) Etapas: 5 Localización: IndiaLlegué por la noche a Jodhpur y eso siempre es malo, casi cualquier sitio de noche dá una impresión equivocada. Hice caso a un hombre que indicaba donde era el City center porque vi el fuerte en esa dirección y fuí a donde decía a pesar de que desconfiaba. Llamé a un taxi de Uber y no llegaba, no llegaba... en la aplicación ponía que ya estaba allí pero nada, que no lo veía, al final ponía en que me cobrarían el cargo de la espera en el próximo trayecto, yo no entendía nada... A todo esto los tuktukeros insistiendo en llevarme, y yo que no, que espero a mi conductor... una y otra vez, al final uno se apiadó de mi viendo que no picaba, y me dijo por lo bajini que esa era la entrada trasera, que mi conductor estaría en la entrada principal. Así que me fui a la entrada principal y ahí ya había miles de taxis y Tuktuks donde negocié duramente pero no pude bajar de 100 rupias, y como el de Uber me hubiera costado 70 acabé accediendo, no era una gran diferencia y ya era media noche, solo quería llegar al hotel. Desperté al pobre chico de la recepción y por suerte me metió en una habitación que no había nadie, así que pude ducharme y arreglar mis cosas sin molestar a los demás. Dormí como un tronco y a la mañana siguiente me desperté con un hambre voraz, me puse tibia en la terraza del hotel, café, crepes, buevos... y me fuí al centro, como estaba lejos llamé a un Uber y tuve que pagar el cargo de la espera del día anterior, Estuve por ahí recorriendo el mercado de Sardar, que está junto a la torre del reloj, y caminando llegué al baori de Toorji ka jhalra, los baoris son pozos escalonados y hay muchos en por aquí. Desde allí fuí hasta el fuerte en Uber, se puede ver solo por fuera gratuitamente, pero todo el mundo me había recomendado entrar, así que pagué las 600 rupias de la entrada y efectivamente mereció la pena, incluye audioguía en español y es bastante entretenida. El fuerte y el palacio están muy bien mantenidos y continúan haciendo trabajos de recuperación en los jardines.Estuve más de cuatro horas allí arriba, que además es desde donde se ve “la ciudad azul” porque no todo Jodhpur es azul. Empezé recorriendo el palacio primero y las murallas después hasta donde pude, porque es larguísima, el templito que hay en la muralla es una maravilla, no esque tenga nada de especial, pero sentarme a la sombra en ese entorno y escuchar los cánticos para mi fue casi que divino. De vuelta bajé por las escaleras que van desde el fuerte hasta la ciudad azul, por donde te vas encontrando rincones preciosos y entre ellos un jardín donde hacen el famoso zip líne, me hubiera gustado hacerlo pero se me salía del presupuesto. Callejeé un poco por la ciudad azul, pero tantas horas al sol en el fuerte habían hecho mella y me dolía un poco la cabeza. Así que me fuí al centro con el conductor de Tuktuk más temerario del mundo, vaya viajecito... Solo le faltó hacer un caballito! Decidí que ya me había aclimatado y podía empezar a probar la comida callejera, así que empezé por un sándwichito de tortilla en la famosa Omelette Shop, que delicia! como un simple sándwich de tortilla puede estar tan bueno? Y por solo 45 rupias. Después fuí al shai samosa, yo no soy muy de fritos y encima me pedí una que ardía, aguanto bien el picante, pero uff, esa era de las que te calienta el estómago, así que no me gustó mucho, eso si, solo costaban 16 rupias y la acera estaba llena de gente comiéndolas, tanto que un adolescente aprovechó para meterme mano al pasar entre la multitud, me quedé tan pasmada que ni reaccioné. Aunque,de todas formas, que hubiera podido hacer? Correr detrás de él? En fin... entre eso y el dolor de cabeza estaba empezando a sentir esa sensación de quien xxxx me manda venir aquí? Pero no iba a permitir que nadie me arruinara el día! Como un lo dulce siempre anima, me fuí a la pastelería debajo del hotel Shri mishriral, famosa por sus Lassis, también tenían gulab jamum, un pastelito que quería probar desde que llegué, que rico todo!!! 75 rupias paguè por las dos cosas. Aún seguía un poco de bajón, pero era pronto para irme al hotel, así que me fui al café Royale a tomarme un chai (40 rupias el grande)y ver pasar la vida, que es una de mis distracciones favoritas, y aquí es especialmente entretenido. Ya de mejor humor, pero con los efectos de la insolación aún, volví al hotel, donde me propusieron cambiarme a otro hotel que era del mismo dueño y que estaba en el centro, resulta que les llegaba un grupo grande, para no separarles. Aunque solo tenía ganas de acostarme accedí, pero interpretaron mi desgana como enfado y me dijeron que me invitaban al desayuno que había tomado esa mañana, que por supuesto me pagaban el taxi hasta el otro hotel, y que si no me gustaba podía volver, hasta vino uno de los chicos conmigo para cargar mi maleta. Al final el otro hotel era mucho mejor, más viejecillo, pero céntrico y las vistas de la terraza eran impresionantes. Para colmo, la primera noche, compartí habitacion con dos chicas majísimas, una española y otra de Singapur, la chica española llevaba viéndome dos o tres días, y en el tren oyó que le contaba a alguien que era española, así que cuando me encontró en su habitación me saludó con un: “Hola!” Y yo pensé, no hace falta ni que hable, jeje. Nos dimos los teléfonos y más adelante nos volvimos a encontrar. La siguiente noche tuve la habitación y el baño para mi sola. El primer hotel se llamaba Travellers house y el segundo Royal Heritage guest house, los recomiendo ambos. La aspirina empezó a hacer efecto y pude disfrutar un rato sin dolor de cabeza las vistas de la terraza antes de irme a dormir. La mañana siguiente me tomé el té en el hotel y aprovechando que estaba en el centro fui a la omelette shop a comerme otro magnífico sándwich de tortilla, mientras estaba allí me encontré primero con una americana que había conocido en el hostel de Jaisalmer y luego con la pareja de franceses de la excursión al desierto, con estos últimos me fuí a tomar otro té al café Royale. Después me fuí a la oficina oficial de turismo, porque quería que me reservaran los buses del gobierno, que por internet no pude hacerlo, la distinguiréis porque tiene el simbolito del gobierno de Rajastan por todas partes, de todas formas os pongo la dirección y una foto, por si os hiciera falta. Tourist reception center, High Ct Rd, Sri Ganganagar, Jodhpur Resulta que era sábado y cierran sábados y domingos, pero al lado había una agencia de viajes y un señor muy amable me dijo que la estación estaba a 10 minutos de allí, así que me dí el paseito bajo el sol abrasador. Reservé el bus hasta Ranakpur, porque de Ranakpur a Udaipur no se podía reservar, por lo visto hay muchos autobuses del gobierno, pero solo en unos pocos se puede reservar por adelantado. Las mujeres tenemos un 30% de descuento en todos los buses del gobierno, pero el que vende los billetes no os lo dirá, así que insistir en el ladys discount, lo mejor es comprarlo en la taquilla de la estación que suelen cobrar lo que toca, aunque el revisor os lo puede vender a bordo si pilláis el bus en algún sitio que no hay taquillas, de lo que se trata es de ir informado del precio del billete e insistir en voz alta si quieren colártela, que al final por vergüenza te cobrarán lo justo. La razón por la que hay que coger los buses del gobierno es porque los conductores descansan lo que toca, y teniendo en cuenta la alta tasa de accidentes en India, no es ninguna tontería, además los precios son fijos y son mucho más baratos que los otros. Los reconoceréis porque son blancos y azules, hay que saber desde que estación salen, preguntar en el hostel por los goberment buses y os lo dirán. Con ir 20 minutos antes de la salida es más que suficiente para asegurarte un asiento, si es que lo coges desde la estación de salida y no has reservado. Sino solo os queda rezar para pillar asiento. Pues con el problema del transporte solucionado, me fuí a ver Jaswan tada. Es un mausoleo de mármol reluciente, yo no diría que es una visita obligada, pero para huir de la ciudad no está mal, además es un lugar muy fotogénico, el mausoleo en sí mismo, los cenotafios que lo rodean, las vista del fuerte, en fin, es carillo, porque entre la entrada y el transporte se te vá un pico, pero es bonito. Eso si, le pasa como al fuerte, no hay una sombra en la que refugiarse. Una vez finalizada la visita, fuí a tomarme otro lassi al mismo sitio del día anterior, y luego aproveché para comprar algo de fruta, mientras paseaba por el mercado se me rompió una tira de la chancla, nooooooo! Partida completamente, no había apaño posible. Un niño me vio con la chancla en la mano y me señaló algo, no conseguía entender que me decía, pero me imaginé que alguien vendería chanclas por ahí. Qué gusto me dió cruzar la calle descalza... con todas las vacas, perros y palomas que me rodeaban... pues resulta que había un zapatero trabajando sentado en una alfombra, claro, no tuve opción de negociar, pagué las 100 rupias aún sabiendo que me podría comprar unas nuevas con ese dinero, pero cualquiera iba a buscarlas! Con mis tiras de las chanclas nuevas me refugié en el hotel, de camino compré una samosa diferente, pero nada, a mi eso no me gusta. Me subí a disfrutar la terraza del hotel y al rato aparecen los franceses, estábamos en el mismo hostel! Se sentaron en el chill out conmigo y de repente Bolliwood vino a nosotros. Un padre y un hijo hindúes y una francesa (que miraba con ojitos de cordero degollado al hijo) nos dijeron que si podían unirse, y empezó uno de los momentos más surrealistas de mi vida. Llevaban un micrófono que conectaban al teléfono vía bluetooth supongo, y así montaban un karaoke, el micrófono no podía ser más hortera, dorado con todos los brillos del mundo, y arrancaron el concierto con la versión hindi de The final countdown... La verdad es que cantaban bien, sobretodo el hijo, pero era muy bizarra la situación. Especialmente porque el padre lo daba todo, gesticulando como si le fuera la vida en ello. Escuché tres o cuatro canciones y me tuve que ir, veía que no íbamos a aguantar la risa por mucho más tiempo y preferí huir. Como me iba al día síguente me quedé un rato hablando con el encargado que continuaba pidiéndome disculpas por las molestias de cambiarme de hotel y por el rabillo del ojo ví como se escapaban los franceses también. Al día siguiente me tocaba madrugar para para ver Ranakpur con calma y no llegar de noche a Udaipur. Como os habréis dado cuenta a mi Jodhpur no me conquistó, pero he de reconocer que es una ciudad preciosa y que el fuerte es espectacular, es solo una cuestión emocional, espero que la disfrutéis más que yo. 📊 Estadísticas de Etapa ⭐ 0 (0 Votos)
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