Información práctica ✏️ Diarios de Viajes de Marruecos

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Con Lorena, mi amiga con la que ya viajamos a Costa Rica, teníamos muchas ganas de volver a escaparnos juntas. En enero de 2018 encontramos un vuelo baratísimo para volar a Fez y regresar desde Marrakech y hacer un primer contacto con Marruecos, un país al que le teníamos muchas muchas ganas.

Si bien no tuvimos mucho tiempo, fue suficiente para tener una primera idea, saber que nos encanta el país y pensar en volver!

Llegamos un jueves por la noche, pasamos el viernes entero en Fez y esa noche cogimos un tren nocturno hasta Marrakech. Al ser días no festivos y en enero, casi no había nadie, así que creo que es más tranquilo que en vacaciones (y, aun así, puede ser un poco agobiante en algunos momentos).

Muy buen clima, por la noche refresca un poco (hay que traerse ropa de invierno), pero durante el día, si hace sol, hace un calor muy bueno.

Marruecos es además un buen destino para los viajes low cost. La moneda es el dírham y en el momento de nuestra visita 1€ equivalía a unos 10-11 dirhams, por lo que la conversión resulta muy fácil. Puedes comer por 40-50 dirhams tranquilamente (¡y muy bueno!) y dormir por 70-80 dirhams en un riad.

La gastronomía marroquí es una auténtica delicia. La mezcla de sabores dulces y salados es una constante: canela, pasas, almendras, cordero, verduras, comino, curry y mil especies más. Los platos estrella son el cous-cous y el Tajín, servido en el tradicional cuenco. El cordero y el pollo son las carnes más típicas, aunque también son muy habituales las legumbres y las verduras.

Otra pieza fundamental de la comida marroquí son las pastitas dulces, a base de mucha miel y frutos secos, no aptas para diabéticos. La bebida nacional, el té, también merece capítulo aparte. Con menta, ginseng o mezclado con otras hiervas, se toma todo el tiempo y es paso previo imprescindible para cualquier actividad.

El aeropuerto de Fez no está muy lejos de la medina antigua (no confundir con el centro de Fez, que es la parte moderna), a unos 20-25 minutos en taxi (en este caso gran taxi, que os puede costar unos 130-150 dirhams). Sin embargo, nosotras cogimos un bus (el número 16) que está al otro lado de la carretera y por 4 dirhams nos dejó en la estación de tren. De allí cogimos un petit taxi por 20 dirhams hasta la puerta de la medina antigua.

El aeropuerto de Marrakech también está muy cerca de la Plaza Jamaa El Fna (la veréis escrita de formas distintas) centro neurálgico de la medina de Marrakech, a unos 10 minutos en taxi (no paguéis más de 100 dirhams por el trayecto).
Plaza Jamaa El Fna en Marrakech

Moverse por dentro de las medinas puede ser un poco caótico, especialmente la de Fez que es un auténtico laberinto. En general tuvimos buenas experiencias, la gente nos indicaba siempre amablemente donde ir y, si nos acompañaban unos metros, después no nos decían nada, pero no siempre es así. También tuvimos una mala experiencia con un chico que nos pedía mucho dinero en un sitio que estaba oscuro y daba bastante mal rollo. Así que una de cal y otra de arena. Os encontrareis con la gente más amable y hospitalaria del mundo, pero también algunas decepciones y estafas. Marruecos es así, país de contrastes.

Es verdad que cuando viajas por libre y te gusta entablar con desconocidos y conocer a gente local, esta duda que te sobrevuela constantemente de ¿está siendo simpático conmigo porque me va a pedir dinero o es una relación genuina? a veces es un poco cansado y obliga a poner una distancia que igual en otro país no la pondrías. En resumen, la gente puede ser un poco agobiante y hay que ir con ojo que no te la claven, no fiarte de primeras, pero también hay muy buena gente que te ayuda sin contrapartidas.

Hay muchas opciones para hospedarse tanto en Fez como en Marrakech. No es necesario llevarlo reservado, pero me parece que los precios que sacamos de booking son los mismos que los que nos hubieran pedido allí directamente. En ambas ciudades dormimos en un riad, antiguas casa reconvertidas en hospedajes, que son una maravilla. Son muy bonitas con un patio interior y las habitaciones alrededor. Obviamente hay desde muy lujosas a las más económicas, pero incluso estas (nosotras dormimos por 70-90 dirhams) son fantásticas.

El islam, la religión de Marruecos, es muy importante y se nota en muchas esferas de la vida, por ejemplo en las típicas llamadas a rezar desde los minaretes 5 veces al día. Además, el islam institucionalizado ha servido cómo excusa para legitimar muchas conductas patriarcales y esto se nota mucho en el espacio público, muy masculinizado.

Marruecos fue un protectorado francés, así que, aunque la lengua oficial es el árabe, casi todo el mundo habla francés. Muy especialmente la gente que trabaja cara al público y sobre todo, los que se dedican al turismo que, para vender, te hablan hasta en catalán si hace falta.

Si tenéis dudas entre Fez y Marrakech no os puedo ayudar, me gustaron mucho ambas. Fez es más laberintica y llena de callejuelas y Marrakech tiene más atracciones, aparte de los zocos, para visitar (como el Palacio Bahía que me encantó, las tumbas Saaddís, El Badi, etc). Ambas dan para un viaje en sí mismas porque cerca de Fez se encuentra la ciudad azul de Chefchaouen que tiene que ser una pasada y desde Marrakech se puede visitar el desierto y otros sitios de interés como Ait Ben Haddou entre muchísimas otras cosas que dejo para un futuro viaje.

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