Cuando reservé el hotel, lo hice en la modalidad de “alojamiento y desayuno” y la verdad es que me imaginaba una sala, con un bufet lleno de comida para ponernos hasta las cejas y empezar el día con la reserva energética necesaria por si no se encuentra nada decente para el medio día. Pero la verdad es que poco nos imaginábamos cuando por la noche llamaron a nuestra puerta que ya nos traían el desayuno del día siguiente: zumo de manzana, un paquete de cereales, leche, una caracola con crema y pasas y un yogourt. Completo sí, pero no era no lo que esperábamos.

Al bajar a la calle lo primero que hacemos es buscar un lugar donde tomarnos un café. Y como el día anterior estuvimos muy cerca de St. John’s Bacon, nos fuimos a las proximidades, a la Williamson Square, una de las plazas históricas de la ciudad. Aquí está el Liverpool Playhouse, el teatro más antiguo de Inglaterra. Aquí también hay una fuente, con 20 chorros de agua que se elevan a una altura de hasta cuatro metros. Pero lo más importante es que, en esta plaza, se encuentra la primera tienda oficial del Liverpool FC que abrió fuera de Anfield. Así que como hace fresquito, nada como un gorro del Liverpool para mi marido, que hay que empezar a prepararse para el partido que iremos a ver el domingo.

Y desde aquí, en un paseito por Whitechapel Street, nos platamos en Hannover St, donde se encuentra la puerta de Liverpool, por donde entraban los marineros a la ciudad.

La verdad es que esta ciudad si por algo se caracteriza es por el color rojo de sus edificios y eso se mantiene. Pero mi marido dice que ve un notable cambio desde la última vez que estuvo aquí, acompañado de su hermano. En los últimos años ha pasado de ser una ciudad descuidada y sucia, deprimida por la crisis, a una ciudad rejuvenecida y llena de energía, donde lo nuevo convive con lo de antes. La verdad es que me parece una ciudad muy moderna y más europea que inglesa.

Y de nuevo volvemos al Waterfront, para disfrutar del Albert Dock a plena luz del día. Volvemos a pasar ante la escultura de Billy Fury y descubrimos el Monumento a la Emigración.

Como ya he dicho, hoy en día el Albert Dock está alejado de sus funciones de carga y descarga, y destaca principalmente por sus museos y de entre todos destaca The Beatles Story, “un parque temático", un viaje a la historia de este grupo a través de su música y de sus lugares. Tras pagar la entrada se inicia el recorrido con un audio con la voz de la hermana de John Lennon, Julia. El relato comienza a finales de los años 50 en los alrededores de Woolton Village Fete cuando se conocen John Jennon y Paul McCartney y expone sus primeros instrumentos. La muestra finaliza con la disolución del grupo y el inicio de proyectos personales. Gracias a las reconstrucciones logras acercarte a Abbey Road, a The Cavern,…


Y para acabar, antes de salir a la intemperie, nos tomamos un capuccino medium en el Starbucks del museo. Si este es el tamaño medium, si llegamos a pedir el large, ¡¡nos lo sirven directamente en una bañera!!

Al lado está el Echo Arena o Arena & Convention Center (ACC) y a su lado la Echo Wheel of Liverpool, que ha sido la tercera en instalarse en Inglaterra, tras Londres y Manchester.

Para llegar a la Catedral Anglicana o Liverpool Cathedral, se atraviesa el Baltic Quartier, un barrio que da la impresión de decadencia, pero que alberga muchas de las industrias creativas de la ciudad.
La Catedral Anglicana es de construcción reciente, a pesar de su aspecto. Es obra de Giles Gilbert Scott, el creador de la típica cabina roja inglesa, un estudiante de arquitectura de 22 años en aquel momento, se comenzó en el año 1904 y fue rediseñada al abrirse la parte más antigua de la catedral, la Lady Chapel. En 1942 se terminó la única torre del edificio y hasta 1978, 74 años después de su inicio, las obras no se dieron por terminadas. Es la catedral más grande del Reino Unido y la séptima del mundo.

En el interior, es de especial interés el órgano, en el coro, que está considerado como el mayor del mundo, la War Memorial Chapel y los ventanales coloreados. La Lady Chapel es posiblemente mucho más hermosa por la aportación de sus vidrieras.



Las vidrieras no son lo más curioso de esta catedral. Lo que más llama la atención es el letrero de neón con la leyenda “I felt you and I Know you loved me” (¡heavy total), así como un centro de visitantes que consiste en una tienda con una cafetería y un restaurante anexo, todo esto dentro del recinto de la propia catedral. Vamos, todo un negocio.

Junto al centro de visitantes está la entrada para ascender a la Vestley Tower. Tras subir en ascensor hay 108 escalones más, pero una vez arriba, las vistas que se tienen de la ciudad dan por bien empleadas las 5£ de la entrada de la Tower Experience.

La verdad es que no es de extrañar que no haya nubes en el cielo: el viento se las ha llevado todas ¡Qué frío que hace!
A lado de la Catedral anglicana está el St. James Garden, un parque histórico que fue la cantera de la que se extrajo la piedra con la que se construyeron muchos edificios del siglo XVIII y, posteriormente, el cementerio principal de la ciudad en su momento de mayor apogeo económico.

Estamos en el Georgian Quarter, con casas de estilo georgiano que nos recuerdan las de algunos barrios de Londres.
En Hope Street se encuentra “A case history” o el Monumento de las Maletas, obra de John King. Se trata de veintisiete maletas y dos fundas de guitarra con las placas en bronce con nombres de destacados ciudadanos de Liverpool. Las maletas están apiladas como si hubieran sido abandonadas en un aeropuerto o en una estación de tren.

Al final de Hope St se encuentra la Metropolitan Cathedral of Christ the king. Es la Catedral católico romana de la ciudad. Es "una catedral de nuestro tiempo" que la gente conoce como la Nave espacial. Está lleno de simbolismo y su estructura exterior quiere recordar a una corona de espinas gracias a sus pináculos. El diseño interior es circular con el Altar Mayor como epicentro y el objetivo de que ninguna de las más de 2000 persona a las que puede dar cabida la catedral esté a menos de 25 metros del altar. Las vidrieras inundan el interior de luces azules, verdes y púrpuras.


Ya llega la hora de comer y queremos hacerlo en el Philarmonic Dining Rooms, que está muy cerca, pero antes vemos un Superlambanana, el símbolo de Liverpool como Capital Europea de la cultura de 2008.

Pues sí, en el número 36 de Hope Street (esquina con Hardman St) se encuentra el Philarmonic Dining Rooms, un pub mítico en Liverpool. Está diseñado con una magnífica arquitectura del XIX y una bellísima puerta de estilo Art Noveau. El interior está decorado con maderas y estucos que representan escenas musicales. No nos extraña lo más mínimo que John Lennon, cuando se hizo famoso, comentó que el precio de la fama era no poder tomar una cerveza en "The Phil”. Él y Paul McCartney eran clientes habituales y aquí jugaban sus partidas de billar y se tomaban una pinta que otra.

Como nosotros no somos famosos, ni falta que nos hace, vamos a disfrutar de la cervecita, de la comida, y del lugar.


Muy cerca está St Luke’s Church, una “iglesia bombardeada” (bombed out), uno de los recuerdos del paso por la ciudad de la segunda guerra mundial. Lo que debía ser el interior de una majestuosa iglesia, actualmente es un patio al aire libre, porque fue dañada gravemente por los bombardeos alemanes sobre Liverpool de 1941. Se decidió no restaurarla y que sirviera para recordar lo sucedido.

Y, enseguida, nos plantamos en China Town. En Liverpool reside la comunidad china más antigua de toda Europa. Los primeros habitantes del Chinatown fueron marineros llegados en el siglo XVII con el comercio de té, sedas y algodón. La zona tiene la característica decoración china e incluso los letreros de las calles están en inglés y en chino. El barrio está delimitado por unas enormes puertas en forma de arco de 15 metros de altura, denominadas Imperial Archs. Fueron construidas en Shangai y en su decoración esconde más de 200 dragones. Posteriormente se transportaron hasta Liverpool en barco en el año 2000.

Tras una buena caminata, que hay que quemar todo lo que hemos comido, llegamos a St Georges’s Plateau, la explanada donde está el St. George’s Hall. Esta explanada está llena de monumentos, como cuatro leones de piedra que descansan sobre pedestales, la estatua ecuestre del príncipe Alberto y una estatua ecuestre de la reina Victoria. Estas estatuas están colocadas simétricamente a ambos lados del pórtico oriental del St. George’s Hall.
St. George’s Hall es uno de los edificios neoclásicos más imponentes de Europa. Fue construido con motivo de la coronación de la reina Victoria. Su exterior está basado en un templo griego y, en el interior, un gran salón recuerda las Termas de Caracalla. Alberga una gigantesca sala de conciertos que aún está en funcionamiento y varias salas de reuniones. Pero también fue juzgado y prisión.

Estamos en el St. George’s Quartier, en el barrio cultural de Liverpool, creado a mediados del siglo XIX. Aquí se encuentran, entre otros, la William Brown Library and Museum, Walker Art Gallery … y, de repente. el cielo se pone negro no, lo siguiente, y en un momento empieza a diluviar. Los paraguas no dan abasto y no nos queda más remedio que refugiarnos en la William Brown Library, que es lo que tenemos más a mano, pero sin poder entrar a las salas, ya que estamos chorreando.
Cuando escampa ya es lo suficientemente tarde como para no poder visitar la Walker Art Gallery como pretendíamos y tampoco podemos visitar los St. John's Gardens, ya que es un barrizal.
Decidimos volver hacia el hotel, porque aunque ahora no llueve tiene pinta de que pronto volverá a empezar. Nos acercamos a Mathew St., la calle más famosa de Liverpool y la más visitada por los turistas y nosotros no vamos a ser menos. Aquí está The Cavern Club, donde los Beatles tocaron por primera vez en 1961. Pero este no es el local originario. En 1973 fue cerrado y demolido para construir una línea del MerseyRail, un tren cercanías. Pero un lugar tan mítico como éste no podía desaparecer y 11 años más tarde fue reconstruido con muchos de los ladrillos que habían sido utilizados en la construcción inicial (esto se llama ahorrar en materiales).

Junto a él está el Liverpool Wall of Fame, con los nombres de las bandas que tocaron en el antiguo Cavern Club y también está la estatua de John Lennon, que la verdad es que me creo que es él, porque lo dice la guía.

El lugar que ocupaba el The Cavern original hoy en día está ocupado por una galería comercial The Cavern Walks, donde hay una escultura del grupo y un homenaje a Sargent Peppers.

Otro homenaje a los Beatles está muy cerca, en Stanley Street: es la Estatua de Eleanor Rigby. Junto a ella, una placa dice: “To All The Lonely People”. Este personaje no se sabe si realmente existió. Y digo esto porque aunque Paul McCartney siempre había dicho que era fruto de su imaginación, parece que se ha encontrado algún documento que puede demostrar su existencia, aunque no se trataba de una persona solitaria, como indica la canción. Pero sea real o imaginario, lo que está claro es que protagoniza una de las canciones más bellas y tristes de The Beatles.

Y desde aquí nos vamos al hotel, pasando por Whitechapel Street donde se encuentra el exclusivo centro comercial Metquarter, un centro comercial de diseño que alberga tiendas de lo más selectas, esas que están en todos los viajes que hacemos, pero que no me atrevo a mirar por si me gusta algo…
