El martes día 15 de mayo tomamos desde el aeropuerto de Sidney un avión de la compañía Jetstar a las 16:25 horas que nos dejaría en 9:35 en Honolulu, la capital del estado norteamericano de Hawaii... también del día 15. Es lo que tiene atravesar la línea internacional de cambio de fecha...
En realidad y como nos ocurrió con casi todos los vuelos de este viaje llegamos a nuestro destino con algo de adelanto, con lo que desembarcamos en el aeropuerto Daniel K. Inouye antes de las 6 de la mañana. El vuelo (low cost) nos salió en 726 € los tres billetes, incluyendo una maleta en bodega, dos comidas y entretenimiento a bordo:
Llegamos a Honolulu muy cansados, la verdad, pero había que hacer algo de tiempo antes del check-in en el alojamiento que habíamos reservado. Así que tras los preceptivos controles (poco exigentes para ser USA) y la recogida del coche de alquiler (en Hertz a través de autoeurope.es, un Jeep Compass por 169 € tres días) nos dirigimos a Pearl Harbour Historic Sites, una visita que teníamos prevista para el día siguiente pero que al estar muy cerca del aeropuerto nos venía muy bien en ese momento para entretenernos unas horas. Sabíamos que abría a las 7 de la mañana, pero lo que no esperábamos era encontrar tanta gente a esa hora en el lugar:
No pasamos del visitor center, que ya tiene mucho que ofrecer al turista ocasional, pero reconozco que para la gente interesada en asuntos bélicos esta es una visita obligada. Hay que tener en cuenta que, como siempre a lo largo de la Historia, ésta la escriben los vencedores, y por tanto todo lo que se cuenta aquí es desde la óptica norteamericana. Hay cuatro historic sites: el Arizona Memorial, el Bowfin Submarine Museum, el Pacific Aviation Museum (que incluye el campo de aterrizaje y los hangares de donde partían los aviones en la II Guerra Mundial) y el Battleship Missouri Memorial. Cada uno tiene un precio para su acceso y hay diversos packs: el pase total a Pearl Harbour costaba 72 $ por adulto. Nos gustó mucho.
Más tarde nos acercamos a desayunar al Ala Moana Center, un enorme centro comercial abierto que, según dicen allí, es el más grande del mundo de este tipo. Unos cafés con bollo y un zumo, 30,89 $, 27,05 €. Desde luego es inmenso:
A media mañana nos dirigimos a nuestro alojamiento en Waikiki: Ilima Hotel. Habíamos reservado un apartamento con lanai (terraza), parking y cocina que nos salió a través de booking.com en unos 500 € las tres noches. Lo del aparcamiento es algo que hay que mirar bien porque en esta isla es carísimo, aunque hay zonas donde es posible aparcar sin pagar (Ala Moana blvd por ejemplo, o Monserrat av. en el sureste de Waikiki). El hotel tenía además lavandería (que aprovechamos estupendamente para lavar todo lo que llevábamos) y estaba muy bien situado, a 7-8 minutos andando de la playa y del centro. Una vez instalados descansamos unas horas y por la tarde ya bajamos a ver el ambiente que había. Mejor dicho, ambientazo:
El primer vistazo a la playa de Waikiki y al abarrotadísimo centro nos encantó. Al día siguiente nos subimos al coche temprano y, tras sufrir el atasco de tráfico que parece ser que se forma siempre en los alrededores de Honolulu (aquí tienen un problema muy serio con esto) enfilamos hacia el norte para descubrir las playas y pueblecitos del North Shore. Nuestra primera parada fue la Dole Plantation, un curioso lugar que parece un santuario dedicado a la piña. Aquí se cultiva y se vende absolutamente en todas las formas y variedades que te puedas imaginar: salsas, caramelos, helados, seca, en polvo, acompañando bocadillos y perritos... y en forma de joyas y bisutería, camisetas, bolsos, souvenires varios... Tremendo y algo raro, pero muy curioso:
Una vez con las fuerzas repuestas nuestra siguiente parada fue Papailoa Beach, que... ¡tachán! ¡¡ES DONDE ESTABA EL CAMPAMENTO DE LOS SUPERVIVIENTES DE 'PERDIDOS'!! Para mí fue un momento emocionante por el simple hecho de que soy un poco friki de la serie; pero además el sitio resultó ser un auténtico paraíso:
Después de un buen baño y de un rato al sol (es un decir, porque la mañana estuvo más nublada que otra cosa) continuamos nuestro camino bordeando la isla por todo el norte, parando en los alrededores de Kahuku (aquí había unos cuantos food trucks con muy buena pinta), Kualoa Ranch (donde acaban de rodar la última de Jurassic World) y Kailua, donde paramos a comer en un Whole Foods Market. Tengo que decir que estos supermercados son una gran solución para nosotros cuando viajamos: venden productos orgánicos y comida preparada al peso, y además todos cuentan con espacio para comer lo que acabas de comprar. No son baratos, pero tampoco tienen los precios de un restaurante. En esta ocasión pagamos por los tres 50,34 $, 44,03 € y comimos muy bien a base de ensaladas y pescado.
Las fotos que obtuvimos a lo largo del camino son estas:
Al atardecer nos dimos otra vuelta por la espectacular playa de Waikiki, compramos algo para cenar en el hotel y nos retiramos a descansar:
Al día siguiente nos lo tomamos con más calma. Recorrimos la parte más oriental de la isla visitando Cockroach Cove, una cala preciosa famosa por ser el lugar en el que Deborah Kerr y Burt Lancaster se besaban en 'De aquí a la eternidad'; Makapu's Lighthouse, un faro al que se accede tras una caminata de casi una hora con varios miradores para observar ballenas jorobadas, aunque nosotros no tuvimos fortuna; y no pudimos entrar en Hanauma Bay, un parque estatal donde poder ver tortugas y una variedad enorme de fauna marina, además de poder practicar snorkel:
De noche otro paseo por Waikiki, ya más relajados, para apurar nuestros últimos instantes en Hawaii antes de dar el salto al continente. Nos tomamos un par de cafés en Island Vintage Coffee, dentro del (impresionante) centro comercial Royal Hawaiian Center por unos 9 $ y nos retiramos poco después. Al día siguiente teníamos otra etapa importante de nuestro viaje: la conquista del Oeste americano comenzando con Las Vegas.