Nos despertamos en el tranquilo motel de Haast y, después de preparanos, ponemos rumbo hacia Wanaka. Hoy no será un día de muchos km pero tenemos varias paradas previstas.
Antes de llegar al primer punto de interés, Thunder Creek Falls, encontramos varios miradores interesantes en el margen de la carretera.
Dejamos el coche en el parking de esta primera cascada y, después de andar no más de 5 minutos, te la encuentras.
Muy cerca se encuentra el segundo punto de interés, otra cascada. Esta vez se trata de Fantail Fall. Al igual que la otra, también está muy cerca de la carretera. Como curiosidad, se puede ver como en esta zona la gente ha creado muchos montículos de piedras, algo que también vi en otros lugares.
Nos dirigimos ahora hacia un punto importante, las Blue Pools. Son unas piscinas naturales de un color azul que impacta. El camino comienza atravesando un bosque y, después de pasar un par de puentes colgantes, llegas al punto fuerte. Está claro que el nombre del lugar le hace justicia.
A ambos lados del segundo puente hay un acceso que te acerca hasta el río Makarora. Es domingo y brilla el sol, será por eso que se ven muchas familias locales disfrutando del día.
Bajamos hasta el río y me atrevo a probar el agua, pero no puedo pasar mucho más de los tobillos. El agua, de origen glacial, está lógicamente muy fría. Nos quedamos un buen rato disfrutando del lugar y viendo como algunos valientes se lanzan desde el puente. ¿Qué tipo de piel tiene esta gente?
Seguimos el camino y ponemos ya rumbo a Wanaka. Durante el trayecto hay varios miradores con unas vistas espectaculares, primero del lago Wanaka y un poco más adelante del lago Hawea. Merece mucho la pena parar en alguno de ellos para disfrutarlos. En realidad, es prácticamente inevitable no hacerlo.
Después de parar para comer nos acercamos hasta el Mount Iron. La duración de la ruta, siempre según las indicaciones del DOC, es de una hora y media, y es circular. Las mejores vistas del lago Wanaka las encontramos en el camino hacia la cima. En ese momento no saco ninguna foto pensando que más adelante podré hacerlo, algo de lo que acabo arrepintiéndome.
Una vez en la cima, tenemos unas espectaculares vistas de 360º desde donde podemos apreciar los dos lagos, aunque quizás no de forma tan clara como lo hemos hecho un poco antes. Aún así merece mucho la pena llegar hasta aquí.
Vamos a nuestro alojamiento en Wanaka y hacemos el check-in. Nos planteamos si hacer la ruta de Diamond Lakes ahora, pero la previsión dice que se va a poner a llover en un rato y, además, iríamos un poco justos de tiempo. Así que simplemente salimos a dar una vuelta por el pueblo y disfrutar del lago.
Nos sentamos después a tomar una cerveza, en una terraza con unas vistas más que privilegiadas. Aquí nos pedimos una ración de patatas con queso para “picar”. Esa ración nos podría haber alimentado durante tres días… Es domingo y hay muchos jóvenes neozelandeses bebiendo (bastantes) cervezas en los bares. Todos con sus mejores galas. Desconozco si era un día especial o es algo habitual de cada domingo.
Al rato decidimos retirarnos.
Conclusiones
Esta etapa fue bastante tranquila. No hicimos muchos kilómetros y nos lo tomamos todo con calma. Seguramente se podría meter alguna visita más en una etapa similar. Aún así, nosotros lo disfrutamos mucho.
Las Blue Pools merecen una visita, debería de ser un punto fijo en cualquier ruta.
La subida al monte Iron es interesante y las vistas desde arriba merecen la pena. Aún así, si no se dispone de mucho tiempo por la zona podría ser descartado. En comparación con la ruta de Diamond Lake, de la que hablaré en la siguiente etapa, sale perdiendo.
Wanaka es una “ciudad” con mucho encanto, sobre todo la zona del lago. Vale la pena dar una vuelta por ella y disfrutar de la tranquilidad que se respira.
Alojamiento
YHA Wanaka – 110 NZD
Es una cadena de youth hostels, especialmente pensados para mochileros. Pero dispone de algunas cabañas independientes con baño privado. Nosotros nos alojamos en una de ellas y nos gustó mucho, muy acogedora. Además, las zonas comunes del hostel están muy bien preparadas, tanto las exteriores como las interiores. Fue uno de los alojamientos que más nos gustó de todo el viaje.
La habitación privada, al menos, es muy recomendable.