Nos levantamos muy temprano, desayunamos en el hotel y Mohamed nos llevó hasta la entrada de Petra que está a 1km aproximadamente de Wadi Musa.
Es recomendable comprar el Jordan Pass que por unos 85€ incluye la entrada para 1 día y el visado de entrada al país (si lo compras por separado sale más caro).
Estábamos muy emocionados de ir a visitar por fin esta maravillosa ciudad nabatea, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
El nombre de Petra viene del griego y significa piedra, y no es porque esta ciudad esté construida con piedra, sino porque está literalmente excavada y esculpida en piedra rosada, por eso también se la conoce como "la ciudad rosa".
Desde la entrada hasta donde empieza la ciudad propiamente dicha hay 1,5 kms, para este recorrido te ofrecen carretas, caballos o camellos, pero preferimos hacerlo caminando (aunque luego nos arrepentimos porque es conveniente reservar fuerzas y energías)
Antes de llegar al Siq fuimos viendo algunos vestigios de la civilización nabatea como la Tumba de los Obeliscos.
Tras recorrer esa distancia llegamos al Siq, esa especie de pasillo de unos 500 metros de largo formado por rocas que cada vez se hace más altas y se estrechan más hasta llegar al punto mágico desde el que por una estrecha rendija formada por las onduladas paredes, se ve el Tesoro de Petra.


Siguiendo por la calle de las Fachadas se llega al Teatro, que fue tallado en la piedra por los nabateos hace más de 2000 años.
Continuamos y a mano derecha encontramos 3 tumbas espectaculares aunque no tan bien conservadas como el Tesoro, se trata de la Urn Tomb, Silk Tomb y Corinthian Tomb. Subimos o trepamos a ellas para poder tener unas vistas de todo el valle.

La subida es muy dura, te ofrecen incluso hacerla en burro, pero la verdad, viendo cómo los tratan y los desfiladeros que hay, preferimos hacerla a pie. Por el camino paramos para descansar un poco y tomarnos un té en un puesto que había con mesas y sillas, que falta nos hacía.


Después de contemplar el paisaje desde el mirador, iniciamos el descenso.
Cuando salimos de Petra íbamos totalmente extenuados.
Al llegar al hotel nos sentamos en la terraza para tomar algo y volver a ver el atardecer. Después cenamos y nos fuimos pronto a dormir para recuperar fuerzas, mañana nos espera la Pequeña Petra y el desierto del Wadi Rum.