20 de Abril
Iniciamos el día con la visita al Kremlin, la parada de metro que teníamos más cercana viniendo desde el hotel es Kitay-gorod y desde otras lineas la Teatral’naya, tras una cola de media hora aproximadamente en el Jardín de Alejandro, pasamos los controles de seguridad y entramos a la famosa fortaleza. Consta de cuatro palacios y cuatro catedrales, rodeados por la Muralla y el horario es de 10 a las 17 horas.
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Coincidió que este día hacían un desfile de los cadetes de la academia, así que aprovechamos mientras todo el mundo miraba el desfile a visitar las tres catedrales tranquilamente, a cual más hermosa, lástima que no dejan fotografiar su interior.
Al salir de la última todavía vimos un poco de desfile y seguimos con la visita de los alrededores, donde nos encontramos con el cañón mas grande de treinta y ocho toneladas, construido en 1586, pero totalmente inútil ya que nunca pudo disparar sus gigantes balas de 890 milímetros. También la campana más grande de 210 toneladas del 1735, que nunca pudieron utilizarla y encima se le partió al sacarla del molde.
Al salir del Kremlin comimos en un restaurante cercano, hay una gran variedad para elegir y posteriormente cruzamos la plaza roja hasta la Catedral de San Basilio para visitar su interior, construida en 1560 por orden de Iván el terrible, la entrada tiene un precio de 500 rublos que compramos en la taquilla que esta justo al lado, su interior sorprende porque parece más un fuerte militar que una catedral, con infinidad de recovecos y pequeñas salas.
Al salir de la catedral entramos en el parque Zaryadye para ir a la pasarela de cristal sobre el río, situada en estos bonitos jardines de reciente construcción, donde antes estaba el hotel Rossiya, desde la pasarela de tienen unas magnificas vistas del Kremlin y del paso del río por la ciudad.
Paseamos por la orilla del río hasta la Catedral de Cristo Salvador de Moscú e intentamos entrar pero había una cola muy larga y decidimos no entrar.
Como estábamos cerca de la parada de metro llamada Kropotkinskaya, cogimos el metro y nos bajamos en la estación Arbatskaya, donde recorrimos la famosa calle comercial Arbat, llena de tiendas sobretodo de souvenirs, en la calle hay dibujantes de caricaturas, también nos encontramos con unos hare krishna muy animados cantando y bailando.
Seguimos hasta llegar al final de la calle donde nos encontramos con otro de los rascacielos de la época soviética, el ministerio de asuntos exteriores, en la esquina contraria está la parada de metro Smolenskaya, que tomamos para ir a la estación de Pushkinskaya, para pasear por los jardines cercanos a la estatua dedicada al novelista ruso Aleksandr Sergueyevich Pushkin, el cansancio iba haciendo mella en nuestros cuerpos, así que entramos en el Café Pushkin (Tverskoy Boulevard, 26), donde tienen unos pasteles y pastas exquisitas, junto con zumos o infusiones, en nuestro caso elegimos la Napoleón y una de chocolate especialidad de la casa, riquísimas, si alguna vez vais al café, sobretodo visitad también los baños que están situados en el hotel, todo puro lujo.
Ya recuperadas las fuerzas, fuimos paseando descendiendo por la avenida Tverskaya hasta llegar al famoso teatro Bolshói donde nos hicimos algunas fotos, continuamos zigzagueando por sus calles comerciales de tiendas de lujo, están todas, sobretodo en la avenida Kamergerskiy pereulok.
En la plaza Lubianka está la que es considerada la tienda de juguetes más grande del mundo, fue abierta en 1957, los almacenes están repletos de tiendas y un centro de ocio ocupando cuatro plantas, son los llamados almacenes Detskiy Mir, entramos para ver lo que había en sus múltiples departamentos, es una tienda muy curiosa, cada hora hacen un espectáculo con proyecciones sobre su gran reloj, dicen que es la maquinaria de reloj más grande del mundo, más incluso que la del Big Ben, el espectáculo dura casi diez minutos. Al llegar a la planta superior donde están los cines y restaurantes, subimos a su terraza, que tras previo pago de 50 rublos pudimos tener unas vistas de la ciudad de noche, que si bien no son espectaculares, están realmente bien. Al salir paseamos por la calle comercial peatonal Nikolskaya donde estaban tocando varios grupos de música que lo hacían muy bien, hasta llegar a la plaza roja.
Para cenar fuimos al centro comercial Okhotny Ryad, muy cerca de la plaza roja, donde hay una vidriera del mapa mundi en una de sus cúpulas, el restaurante elegido fue uno de una cadena que tienen una vaca decorativa en su entrada, llamados Mu- Mu, es muy grande con muchas mesas, la comida muy sencilla, pero económica, no me gusto demasiado, si lo podéis evitar mejor. Regresamos al hotel en el metro que ya lo teníamos por la mano.