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Empezamos el segundo día!! Y lo empezamos yendo al Museo Nacional de Dinamarca. Pero antes, vemos que la entrada al Ayuntamiento es gratuita por lo que decidimos entrar. A mí, la verdad, es que me hacía ilusión verlo por dentro porque de las tres series danesas que he visto, una de ellas, The Killing, tenía como uno de sus escenarios principales este edificio. La verdad es que está bien y el patio que tiene es bonito.
El Museo Nacional está muy cerquita, por lo que la parada más próxima es la Estación Central. Situado en la calle Ny Vestergade, yendo por la calle de detrás del Ayuntamiento llegaréis. La entrada al Museo son 75 Kr (unos 10€), menores de 18 años gratis. Esta es la teoría, la realidad... no tengo explicación... entramos y dejamos las cosas en las taquillas para no cargar con las cosas y cuando nos quisimos dar cuenta estábamos dentro del museo no sé si es que hay algún día gratis o había jornada de puertas abiertas ese día, pero no pagamos nada...
En el museo alberga la colección que abarca desde el periodo egipcio hasta la época de los vikingos. Explica la historia danesa, pero también tiene objetos de otras culturas. Lo más reseñable es un barco vikingo.
La verdad es que no se tarda demasiado en ver el museo y, honestamente, me decepcionó un poco, tampoco vi nada que se quedara en mi retina grabado de por vida, así que ¿aconsejo la visita? Depende de vuestro interés y tiempo, la verdad, tampoco creo que sea un crimen no ir.
Una vez salimos de allí, cruzamos Marmorbroe para ver el Parlamento. Éste forma parte del Palacio de Christianborg. Aquí también se encuentra la oficina del Primer Ministro Danés y la sede del Tribunal Supremo.
Sorprendentemente, el palacio solo data de 1928 y tiene varios salones en su interior que se pueden visitar. Los precios varían según las zonas que quieras ver y puedes subir a la torre, que es gratuita, desde donde se pueden ver unas buenas vistas de la ciudad. Nosotras no lo visitamos más que por fuera, ya que habíamos decidido subir a la Torre Redonda.
Justo detrás está la Biblioteca Real de Dinamarca, la más grande de los países nórdicos. Hay mucho contraste, porque hay varios edifcios, uno de corte más clásico y otro ultramoderno, conocido como Diamante Negro, de 1999. La cantidad de obras que alberga es muy importante, y por dentro bien merece una visita. Si os soy sincera, yo de gustos clásicos, me quedo más con la parte antigua y con el patio, realmente bonito.
Por cierto, en este enclave también se encuentra el Museo Judío Danés, por si estuvierais interesados en verlo.
Volvimos sobre nuestros pasos y rodeamos el Palacio de Christianborg y cruzamos el puente para ver la Iglesia de Holmen y el edificio de la Bolsa.
La Iglesia es luterana del siglo XVII y el edificio de la Bolsa, aparte de por el edificio en sí, destaca por la torre en espiral, bastante única. Son varias colas de dragón que representan los cuatro países nórdicos (Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia). La construcción dicen que es típica danesa y es del siglo XVII también, aunque la verdad es que hoy en día no es la Bolsa sino la Cámara de Comercio, pero se quedó ya con el nombre. La verdad es que es uno de los edificios más bonitos de la ciudad.
Justo al lado ya entramos en la ciudad vieja de Copenhagen que, para ser sinceros, no es nada del otro mundo. Es una zona medieval, donde el único que se conserva de la época es la iglesia Helligaandskirken. También está el Teatro Real, la catedral llamada de Nuestra Señora y la Iglesia de San Nicolas, de la que os dejo foto
A todas las iglesias se puede entrar de manera gratuita. En esta zona, también se encuentra el Barrio Latino, con más de 500 años de antigüedad, construido alrededor de la Universidad de Copenhagen. También está la calle Strøget, que es la calle peatonal más larga de Europa con tiendas. Esto la verdad es que es un poco mentirijilla, porque realmente lo componen varias calles, pero bueno no le vamos a quitar el título! Las tiendas son un poco las típicas, algunas caras tipo Louis Vuitton o Gucci y otras más baratas como H&M o Zara.
Como ya era la hora de la comida, ese día fuimos a un sitio que había visto por internet, el buffet Dalle Valle, en la calle Fiolstraede 5. Con un precio en la comida de 99 Kr y agua de 20 kr puedes comer por un total de unos 15€. La comida no es que sea lo mejor del mundo, pero te puedes poner hasta arriba! Aquí fue donde constaté que no es que la comida danesa sea la mejor del mundo, porque no encontré nada excepcional más que un pastel de hígado y algún que otro postre. Pero bueno está bien y es barato, no hay mucho más que añadir.
Por la tarde teníamos preparados unos de los puntos álgidos del viaje: Christiania.
Para los que nunca habéis oído hablar de ello, es un barrio parcialmente autogobernado ya que se autoproclamaron independientes del Estado y así te lo hacen saber cuando abandonas la zona que incluso, abandonas la UE
Fundado en los años 70 a través de un movimiento okupa, permanece con sus propias normas, no tienen impuestos (por lo que comer y beber es más barato), y está permitido la compra y consumo de drogas blandas.
Para llegar, lo hicimos en autobús, en el 1A que se puede coger en el Ayuntamiento. Nos bajamos justo donde la parada de metro de Christianshanv, que es otra de las maneras para llegar. Antes de de entrar, vimos la Iglesia de San Salvador, con su peculiar torre:
Habríamos entrado, pero cerraban a las 18 horas, y nos habíamos pasado por poco de nuevo... es de estilo barroco y puedes subir a la torre, aunque el último tramo es por unas escaleras en el exterior... totalmente descartado con mi vértigo! Pero el horario es hasta las 19 horas para que lo tengáis en cuenta por si sois unos valientes.
Ya en Christiania, las sensaciones que te da el barrio son de uno poco más marginal, con muchos graffitis, esculturas pero en ningún momento llegamos a pasar miedo ni nada así. Hay varios puestos de mercadillo que venden joyas y cosas de ese estilo que están bastante bien. Lo más destacable es que llegas a una zona que te pone no photo... son como 100-200 metros donde venden drogas blandas (marihuana y hachís) ya sea en forma comestible o los típicos cogollos como quien vende las baratijas que hay fuera de ese perímetro. Es algo raro de ver pero si os soy sincera tampoco me paré mucho a mirar. La verdad es que no deja de ser un sitio bastante curioso, que recomiendo totalmente ir si vais a la ciudad:
Ya para cenar, fuimos de nuevo a la Estación Central, donde se encuentra el Tivolli Food Hall. Medio forma parte del Parque y son varios puestos techados donde te venden comida de diferentes nacionalidades y tipos (mexicanos, asiáticos, un español, pizzas, hamburguesas) y no es nada caro, rondan las 10 kr más o menos. Puedes ir tanto si estás dentro del Parque (te sellan al salir de él) como si no has ido, como era ese día nuestro caso.
Y con esto, terminamos nuestro segundo día danés!
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