Comienza nuestra andadura hacia tierras rusas a las 8 de la mañana, hora que cogemos el ave desde Zaragoza camino de Barcelona. A las 10 de la mañana llegamos a Sants y rápidamente para no perder el Rodalies de las 10:10 sacamos los billetes. Una vez en El Prat, cogemos el shuttle para ir a la T1 y sin muchos problemas pasamos el control de seguridad. Tenemos por delante unas 3 horas hasta que salga nuestro avión, las cuales pasamos viendo los diferentes destinos que hay en las puertas de embarque y yendo y viniendo a mirar si habían puesto ya nuestra puerta en la pantalla de información.
El vuelo sale a la hora prevista y durante el trayecto nos dan una comida y después la opción de café o té. El trayecto se me hace corto (dura unas 4 horas) entre que comemos y demás, y sobre la hora marcada llegamos a nuestro primer destino, San Petersburgo, que nos recibe con un clima completamente distinto al que habíamos dejado en Barcelona, ya que hacia viento y una temperatura “fresquita” (unos 15 grados).

Habíamos escuchado que el tramite de aduana era lo más lento, sin embargo, cuando llegamos ahí
, estaban las funcionarias de aduanas de cháchara fuera de las garitas, así que al vernos llegar se volvieron a meter a sus habitáculos y en apenas 5 minutos ya habíamos pasado la aduana, ya que fuimos los primeros de nuestro vuelo en pasar. Una vez en la terminal, buscamos lo primero una tienda de telefonía, la única abierta era beeline, así que allí compramos la tarjeta sim, ahí mismo nos la cambiaron y nos la activaron. Seguidamente, fuimos a un cajero a sacar dinero (elegimos para todo nuestro viaje Sberbank porque te daba la opción de poner en español el sistema).
Posteriormente, continuamos las indicaciones de Rusalia y cogimos el autobús (el cual se paga al revisor que viaja en el) y nos llevó hasta Moskovskaya, una gran avenida donde un poco más adelante y en el mismo sentido está la parada de metro, el cual cogimos hasta Nevskiy Prospect. A las 9, por fin, tras un largo día de viaje, llegábamos a nuestro hotel.

Como no nos habíamos apenas movido en todo el día, dejamos las maletas en el hotel y nos fuimos a dar una pequeña vuelta por la avenida Nevsky. Lo primero que nos sorprendió fue que esa calle estaba llena de gente, mucho trafico y muchos bares y tiendas. Mi idea inicial de que era un país muy distinto al nuestro, con gente mucho más cerrada que los españoles se me difuminaba rápidamente, faltaba comprobar si eran tan bordes y antipáticos como se les pinta...
Tras esa primera toma de contacto, volvimos al hotel y cenamos los bocatas que llevábamos preparados para el viaje por si acaso.

Gastos del día
Tarjeta Sim rusa: 900 rublos
Billete bus aeropuerto-Smolenskaya: 140 rublos
4 tokens de metro: 180 rublos