ABERDEEN
DUNNOTAR CASTLE
CLAYPOTS CASTLE (DUNDEE)
EDIMBURGO AEROPUERTO
LONDRES - CHARMING RETREAT IN VIBRANT CAMDEN TOWN (apartamento para 4 con cama doble y sofá cama): 121€
A las 07.30h ya estábamos arrancando. Llegamos a Aberdeen y nos cogimos unos cafés para llevar y unas pastas. Dimos un paseo por la ciudad de granito. Supongo que con más tiempo habría podido apreciarla mejor. Paramos en un parque que tiene un jardín botánico interior muy bonito.
Después del paseo, nos fuimos a ver el castillo de Dunnotar. Nos costó 7 libras y sin duda creo que ha sido mi preferido. Las vistas son preciosas y el castillo me encantó. Si no queréis pagar, podéis bajar hasta la misma puerta e incluso ver lo que eran las mazmorras. También podéis bajar a la playa y acceder al mirador, pero por 7 libras, yo opino que merece la pena.

Después de la visita, que se nos alargó más de lo previsto (tuvimos que prescindir de Perth), paramos en Dundee para ver el castillo de Claypots. No entramos, lo vimos por fuera.
Íbamos a parar en Perth, pero como no íbamos sobradas de tiempo y había bastante tráfico para Edimburgo, preferimos irnos directas al aeropuerto. Menos mal, porque al final con el tráfico y con la lluvia que ya empezó antes de llegar a Edimburgo, aunque la entrega del coche fue un segundo, había muchas colas para el arco de seguridad y tanto a mi cuñada como a mi suegra les abrieron la bolsa para revisarla, así que llegamos solo 10 minutos antes de que anunciaran la puerta de embarque para Londres.
Cogimos el vuelo a las 18.35h con llegada a Stanstead a las 20:00h. Ya había comprado con antelación los billetes del Stanstead Express, que según entendí era la forma más rápida de ir al aeropuerto (47 minutos).
Un poco antes de las 22:00h estábamos entrando en nuestro apartamento en Londres en Camden. Lo teníamos muy bien, en una calle que se llama Jefferson Street, a tan solo 5 minutos del metro. Después de dejar las mochilas nos fuimos a cenar y tomar algo por la zona. Lástima que mis acompañantes estuviesen tan cansadas porque teníamos de camino al apartamento un local con una free party de música electrónica (mi favorita) que me hizo bailar por la calle (a pesar de que yo también estaba agotada).