Día 22
Nos informaron que en la excursión a Machupicchu no es conveniente llevar las maletas, así que las dejamos en depósito en el hotel de Cuzco hasta nuestro regreso al cabo de un par de días.
A las 7:30h, tras el desayuno, nos pasaron a recoger para la excursión al Valle Sagrado de los Incas, cuando llevábamos unos 45 minutos de ruta hicimos una parada para visitar unos talleres artesanales del trabajo con lana de alpaca de alta calidad, pero los precios eran muy altos, también tenían un pequeño zoo con llamas y alpacas de varias especies.
La siguiente visita ya en el valle sagrado, fue el complejo arqueológico de Pisac, en el valle del Calca, en el cual hicimos un recorrido con el guía con sus correspondientes explicaciones, en el pudimos visitar las terrazas que construyeron para sus cultivos, las fuentes Q´Allaqasa a 3.455 metros del altitud y las ruinas de la población en la colina, desde donde hay unas fantásticas vistas del valle.
Bajamos al valle donde está situado el pueblo actual de Pisac, con bonitos edificios coloniales, en el que hicimos un pequeño paseo por sus calles adoquinadas, visitamos un taller donde trabajaban la plata y almorzamos en un restaurante de la plaza Constitución llamado La cuchara de Palo, nos es económico pero se come muy bien.
Continuamos ruta hacia Ollantaytambo situado junto al río Urubamba, en esta población es donde dormiríamos esa noche, en un encantador hotel llamado Hotel Samanapaq, con un jardín precioso.
Una vez dejamos las maletas fuimos a visitar el complejo inca del mismo nombre, nos encontramos ante una gran fortaleza Inca, con terrazas de piedra para los cultivos, su templo del sol y la fuente de los baños de la princesa, según nos explicaron, Ollantaytambo en su época hacia funciones administrativas, agrícolas y religiosas. Al ser por la tarde estaba repleto de turistas subiendo y bajando sus largas escalinatas.
Regresamos al hotel para descansar un rato, un poco más tarde salimos a pasear por la población, con sus estrechas calles de piedra y encantadoras tiendas, tomamos un combinado de pisco con mate en un pub de la plaza de armas y cenamos en un pequeño y acogedor restaurante con su horno de leña en el centro del local, llamado Nunay Resto Bar, situado en la calle principal, la misma que va al hotel Samanapaq .
Regresamos al hotel ya que los siguientes días no tocará madrugar casi cada día.