Día 23
Nos levantamos a las 5:30h. así estaríamos los primeros justo cuando abrían el bar para el desayuno, ya que según entendimos teníamos que estar a las 6:45h. en la estación, para coger el tren que nos llevaría a Machupicchu pueblo, aunque tuvimos que esperar un poco para poder desayunar, ya que los estaban preparando.
En la plaza de armas cogimos una especie de tuk tuk, negociando con el conductor pactamos un precio de un sol por persona.
Cuando llegamos a la estación, fuimos a preguntar por la salida del nuestro tren y resultó que lo entendimos mal y teníamos que estar a las 7:15h., nos habíamos adelantado media hora, pero como ya estábamos allí no tocaba otra solución que esperar.
A las 7:45h. cogimos por fin el tren para el que teníamos hecha la reserva de billetes, hay varios tipos de trenes y varios precios, en nuestro caso elegimos el tren turístico con cristaleras en el techo, haciendo mucho más espectacular el trayecto cuya duración fue de una hora y media aproximadamente, la mayor parte del recorrido el tren va siguiendo el curso del río Urubamba, mientras va subiendo poco a poco, rodeado de montañas.
Una vez en Aguas Calientes o mejor dicho Machupicchu Pueblo como se llama ahora, al bajar del tren ya nos estaba esperando una guía de Sudamericatour para acompañarnos al hotel a dejar las mochilas y seguidamente ir a los autobuses para subir a la famoso complejo de Machu Picchu, los autobuses son cada 5 minutos, un servicio muy eficaz y rápido, aunque parecía que había mucha gente en pocos minutos estábamos sentados en el autobús.
El recorrido de subida es por una pista de tierra serpenteante que los conductores hacen en pocos minutos. Una vez arriba el paisaje es realmente impresionante, rodeado de altísimas montañas repletas de vegetación tropical y en medio de ese maravilloso paisaje nos encontramos el complejo arqueológico.
Nuestra guía privada nos hizo la visita de todo el recorrido, excepto algunos lugares que están clausurados para su conservación, como era de imaginar había muchísimos turistas, pero menos de los que yo me esperaba.
En las zonas donde se encontraba el punto ideal para hacerse las fotografías del complejo, si que encontramos más gente, en esos casos había que esperar un poco para que terminaran de fotografiarse y ponerte tú, para podernos hacer la típica foto de Machu Picchu. Pero todo fue mucho más tranquilo de lo me pensaba.
En varias de las terrazas habían llamas pastando a sus anchas, sin importarles demasiado los turistas que nos parábamos para hacerles fotografías.
Si bien el complejo arquitectónico de Machu Picchu es muy interesante, lo que más me impresionó fue su entorno, con el Huayna Picchu de fondo en medio de la cordillera central de los Andes peruanos, rodeado de vegetación subtropical.
Durante la visita hicimos cientos de fotografías y vídeo disfrutando del lugar. Una vez nos despedimos de nuestra guía, hicimos un pequeño recorrido por nuestra cuenta, acabando de ver con más detalle algunos puntos del recinto y de sus alrededores.
Cuando llegó la hora de comer decidimos ir a la parada del bus para bajar al pueblo, el inconveniente fue que fuimos muchos los que pensamos lo mismo, así que nos tocó hacer una gran cola para el bus de regreso, suerte que son muy eficientes y en media hora ya cogíamos el autobús.
En el pueblo fuimos a comer en un bar-restaurante cerca de la estación llamado Snack EYFI, comimos bastante bien, tienen mucha variedad de comidas y unas buenas vistas vistas al río.
Después de comer, como teníamos bastante sueño, tras habernos levantado tan temprano, nos fuimos a hacer una gran siesta al hotel.
Al levantarnos mucho más frescos, hicimos un paseo por la población de Aguas calientes, recorrimos la calle principal hacia la derecha donde hay un campo de fútbol, nos fijamos que la gente que paseaba por esta zona era mayoritariamente autóctona, en las cercanías del campo de fútbol habían muchos puntos de comida típica peruana, al dar la vuelta e ir hacia el otro lado del río, nos encontramos que estaba más dedicado a restaurantes y tiendas de recuerdos para los turistas.
Cenamos en uno de los múltiples restaurantes y regresamos al hotel, ya que al día siguiente teníamos el tren a las 5h. de la madrugada.