La idea era hacer unas visitas cercanas a Taormina durante la mañana, disfrutar del hotel por la tarde y volver a cenar en Castelmola.
Primero quisimos hacer una parada en Isola Bella. Es una playa preciosa frente a una isla a la que queda unida por playa cuando la marea está baja. El sitio es precioso, pero nos fastidió la parada un pequeño y resbaladizo animalito que había invadido la zona.... nada más poner un pie en el agua vimos a nuestro alrededor cientos (y no exagero) de medusas, que por algo son el símbolo de la isla. Parecía que los autóctonos no les tenían mucho miedo y los niños se divertían llenando cubos con ellas, pero nosotros no fuimos tan valientes y el baño quedó frustrado. De vuelta al coche vimos a unos cuantos bañistas acercándose a los socorristas de las playas privadas (sí, aquí también playas privadas) para que les curaran las picaduras, así que creo que la decisión fue acertada.
La playa de Isola Bella y sus molestas habitantes

Pusimos rumbo a Savoca. Está a una media hora de Taormina y el motivo inicial de nuestra visita era puramente cinéfilo, ya que queríamos seguir los pasos de Francis Ford Coppola y los escenarios utilizados en El Padrino, cuando Michael Corleone vuelve a su pueblo siciliano, dónde conocerá a su mujer, pedirá su mano en el Bar Vittelli y se casará con ella en la iglesia del pueblo.
Y no nos defraudó... Savoca parece anclado en varias décadas atrás, con sus tranquilas calles de piedra y sus vistas a la montaña. Tienen una oficina de turismo con un mapa de los escenarios de rodaje, así que encontramos muy fácilmente el Bar Vittelli (que se mantiene prácticamente igual que en el 72, cuando Al Pacino se sentó en su terraza) y la Iglesia de St. Nicolo. Recorrimos tranquilamente todo el pueblo, que valdría la pena aunque no fuese cinematográficamente tan importante.
Este es el Bar Vitelli en la escena del Padrino:
Y este es el mismo bar que visitamos más de 35 años después...
Volvimos a comer a Taormina, dónde aprovechamos para ver sus ruinas (¡cómo no!), ya que tiene un teatro perfectamente conservado.
Teatro de Taormina
Pasamos la tarde descansando un poco en el hotel ¡creo que fueron las únicas horas de verdadero relax de todas las vacaciones! Probamos otro restaurante de Castelmola para la cena y nos fuimos a dormir ya con la sensación de que lo bueno estaba llegando a su fin... ¡pero aún quedaba un día enterito!
Primero quisimos hacer una parada en Isola Bella. Es una playa preciosa frente a una isla a la que queda unida por playa cuando la marea está baja. El sitio es precioso, pero nos fastidió la parada un pequeño y resbaladizo animalito que había invadido la zona.... nada más poner un pie en el agua vimos a nuestro alrededor cientos (y no exagero) de medusas, que por algo son el símbolo de la isla. Parecía que los autóctonos no les tenían mucho miedo y los niños se divertían llenando cubos con ellas, pero nosotros no fuimos tan valientes y el baño quedó frustrado. De vuelta al coche vimos a unos cuantos bañistas acercándose a los socorristas de las playas privadas (sí, aquí también playas privadas) para que les curaran las picaduras, así que creo que la decisión fue acertada.
La playa de Isola Bella y sus molestas habitantes


Pusimos rumbo a Savoca. Está a una media hora de Taormina y el motivo inicial de nuestra visita era puramente cinéfilo, ya que queríamos seguir los pasos de Francis Ford Coppola y los escenarios utilizados en El Padrino, cuando Michael Corleone vuelve a su pueblo siciliano, dónde conocerá a su mujer, pedirá su mano en el Bar Vittelli y se casará con ella en la iglesia del pueblo.
Y no nos defraudó... Savoca parece anclado en varias décadas atrás, con sus tranquilas calles de piedra y sus vistas a la montaña. Tienen una oficina de turismo con un mapa de los escenarios de rodaje, así que encontramos muy fácilmente el Bar Vittelli (que se mantiene prácticamente igual que en el 72, cuando Al Pacino se sentó en su terraza) y la Iglesia de St. Nicolo. Recorrimos tranquilamente todo el pueblo, que valdría la pena aunque no fuese cinematográficamente tan importante.
Este es el Bar Vitelli en la escena del Padrino:

Y este es el mismo bar que visitamos más de 35 años después...

Volvimos a comer a Taormina, dónde aprovechamos para ver sus ruinas (¡cómo no!), ya que tiene un teatro perfectamente conservado.
Teatro de Taormina

Pasamos la tarde descansando un poco en el hotel ¡creo que fueron las únicas horas de verdadero relax de todas las vacaciones! Probamos otro restaurante de Castelmola para la cena y nos fuimos a dormir ya con la sensación de que lo bueno estaba llegando a su fin... ¡pero aún quedaba un día enterito!