Dia 14. Parte 2. Te Anau - Milford Sound 121 km

Llegamos al Túnel Hummer y según marca el reloj “solo” debemos esperar unos 20 minutos para pasar los 1200 metros de distancia. Como si de un entretenimiento se tratara, allí acuden los famosos KEA en busca de comida. Está prohibido tocarlos y darles de comer pero siempre hay algún imbécil que se pasa las normas por el forro y consigue tocarlos. Lástima de mordisco…

Después de casi 5 horas y unas veinte paradas, llegamos al Milford Sound. Habíamos leído que no era posible la acampada libre con la CamperVan y nos buscamos un alojamiento. No hay mucha variedad y los precios son altos, así que si o sí, nos alojaremos en el Milford Lodges. Quizás porque es invierno y hay poco jaleo de turistas, descubriremos que más de una Camper pasan la noche aparcadas en el parking público. Leemos en la guia que hay un proyecto, solo proyecto por ahora de hacer un tunel y unos accesos para reducir las distancias desde Queenstown. El trayecto quizás, pero el turismo lo convertiría en un lugar masificado.
El pueblecito de Milford Sound son dos hoteles y un conjunto de casas donde vive la gente que trabaja en los hoteles y barcos. Esta es una de las razones por las que se controla el turismo. Solo entran los que viene a pasar el día o los que tienen reservado un alojamiento.
Cuentan que los maoríes descubrieron el fiordo hace miles de años y de aquí recolectaban el jade, y así pasó desapercibido a los exploradores hasta 1823. Y de hecho, hasta que no se construye la carretera en los años 50 solo se podía llegar por barco…
Nos entra la curiosidad por saber como se organiza la excursión de un día desde Queenstown. Lo buscamos. Se sale a las 7 de la mañana y se regresa de noche con una excrusión organizada. Si se hace en coche, hay que salir antes de las 7 desde Queenstown para llegar al crucero por el fiordo que dura un par de horas y luego el regreso, sin apenas parar para fotos ni disfrutar del paisaje.
El camping MILFORD LODGE está muy bien, es muy moderno y con unas buenas instalaciones, totalmente independientes de la parte de hotel. La pena es que los precios del restaurante son muy caros, así que sí o sí tienes que traer la compra hecha. Hace un día precioso y un sol radiante así que nos vamos hacia el puerto para disfrutar de esta maravilla. Afortundos porque tiene fama de 230 días de lluvia al año!!

Estamos un buen rato paseando por la orilla, aprovechando que la marea está baja. El único incordio, las malditas sandflies que como plaga que son, están por todas partes y más de una nos habremos comido durante el paseo..Habíamos leido que el Capitán James Cook en su diario, en 1773 ya habla de las malditas moscas...
Regresamos al camping para disfrutar de una magnífica ducha de agua calentita y sobre todo del espacio que no tenemos en la ducha de la camper.. Y sobre las 5 volvemos a la orilla para la puesta de sol. Una vez más, y ya van unas cuantas, nos lo guardamos en la memoria para siempre…
