Budapest no se salvó tampoco de nuestro recorrido de cafés famosos y acá fuimos al Café New York precioso, se me acaban los adjetivos así que perdonen las repeticiones.

Otro lugar conmovedor para mí fue la visita a la Sinagoga, hermosa en su exterior e interior y en su patio tiene un árbol de la vida en metal en el cual cada hoja tiene grabado el nombre de un fallecido en el holocausto, en la sinagoga aceptamos hacer una visita caminando por el barrio judío de la ciudad y realmente fue una decisión muy acertada, hicimos algo que casi ningún turista hace, fuera de los recorridos habituales, una visita muy interesante, muy ilustrativa y entretenida.

Otro lugar curioso que visitamos fue las termas Szechenyi, cruzando la Plaza de los Héroes, enorme. El edificio de las termas parecía un palacio todo amarillo, recuerdo que cuando entramos nos dieron unos espacios para cambiarnos, con llave, y ahí nos fuimos a la enorme pileta comunitaria al aire libre, llena de gente. En el interior del edificio también había piletas mucho más chiquitas para tratamientos especiales, que más que termas parecía un hospital, la verdad es que no me fascino.

Hay otra, Terma Gellért que se veía muy linda mucho más chica y si no recuerdo mal en un hotel.