15 Borgarnes – Grundarfjörður (ruta de 269 km / 6:20´)


Tras desayuno, vuelta hacia la gasolinera y sentido hacia la península de Snæfellsnes. Se dice que esa península es como una mini Islandia, encontrando el Parque Nacional Snæfellsjökull, en cuyo centro se encuentra un volcán subglacial que domina el paisaje. Esta península alberga cascadas, formaciones rocosas, playas, pueblos históricos y folclore. Por suerte, hoy hace sol.
El primer punto del día, es Búðir, una pequeña aldea en el municipio de Snæfellsbær en el extremo occidental de la península de Snæfellsnes. La aldea está ubicada en los campos de lava de Búðahraun en la región de Staðarsveit en el oeste de Islandia. Cuenta con un hotel rural y la iglesia de madera negra Búðakirkja, frente al glaciar Snæfellsjökull.

Al poco, nuevo alto en Arnarstapi (parking asfaltado libre). Los asentamientos de la zona se remontan a la saga Bárðar Snæfellsáss, una antigua saga islandesa que habla del mitad humano, mitad ogro que una vez vivió en la península de Snæfellsnes. Aquí encontraremos la estatua de Bárdur, una escultura hecha a base de piedras que representa a Bárður Snæfellsás. Desde su muerte, ha sido considerado el espíritu guardián de la zona. La playa de Arnarstapi tiene un atractivo particular, ya que tiene un arco de piedra circular erosionado, llamado Gatklettur.


Hace un tiempo estupendo y circulando con la ventana abierta.
Aquí todas las zonas de interés están bastante cerca y llegamos al poco a Hellnar, un antiguo pueblo de pescadores en la parte más occidental de la península de Snaefellsnes, unas fotillos y a rodar.
En breve, parada en parking de Lóndrangar (libre y asfaltado). Los acantilados de basalto de Lóndrangar , son enormes torres de lava que desde lejos parecen una fortaleza. Tras los embates del océano, sólo quedan dos grandes pilares sobre un acantilado, uno de 75 metros y otro de 61 metros de alto. Se le llama “el castillo rocoso” y la mejor panorámica, es ir un poco a la izquierda, hacia “view point”. Las vistas del acantilado demuestran su dramatismo y con fondo del faro Malarrif.


En Malarrif se encuentra el Centro de visitantes del Parque Nacional Snaefellsjokull. El faro de Malarrif (Malarrifsviti), se encuentra en el exterior de Malarrif que se construyó en 1917, cerca de Lóndrangar. Da gusto poder tomar imágenes del faro con el fondo del Snæfellsjökull (glaciar y estratovolcán), con buen tiempo.


Accedemos para la zona de Djúpalónssandur beach, con bastante circulación de una estrecha carretera en la que de vez en cuando hay que detener al lado derecho para que pase otro vehículo. Mucha peña, un estacionamiento no muy grande (asfaltado libre), saturado, pero con suerte sale un coche. Buenos paneles de información e incluye también los hundimientos de barcos. Es una playa de guijarros, con rocas de forma misteriosa que emergen del océano, de arenas negras y volcánicas. Conforme estamos en la playa, se ven los restos de naufragios.

Una de las imágenes que tenía en mente, era el poder fotografiar un faro muy característico que me llamó poderosamente la atención cuando estaba preparando el viaje. Es el lugar que he encontrado con mayor dificultad de acceso, con un camino terroso y lleno de piedras y un pequeño parking de difícil maniobra. Este es el faro de Skálasnagaviti (Svörtuloft Lighthouse), es impresionante, de color naranja de 12,8 metros de alto, que se puso en funcionamiento en 1931. Se encuentra en el acantilado Saxhólsbjarg, de lava negra oscura ,un lugar extraordinario de naturaleza extrema.
Sin duda, es uno de esos lugares especiales, porque pude fotografiar algo que quería y además con buen tiempo, consiguiendo contraste de cielos intensos de azul con el fondo del glaciar y el poder lumínico del naranja de la torre.


De aquí, a la capital del arte callejero, la pequeña Hellissandur, una población que data del siglo XVI, localizada en el punto más al noroeste de la península de Snæfellsnes, en el oeste de Islandia. Fue una vez un centro de pesca y comercio y por su población te puedes deleitar con unos hermosos murales pintados sobre las paredes de las viviendas.


Muy cerquita de Hellissandur, otra visita ineludible es Ingjaldshólskirkja. Es una antigua casa parroquial y finca entre los pueblos de Hellissandur y Rif, siendo la iglesia de hormigón más antigua del mundo. Cristóbal Colón parece haberse quedado en Ingjaldshóll durante el invierno de 1477-1478. El motivo de su visita era el de averiguar todo lo posible sobre los viajes de los vikingos y gentes nórdicas por esos desconocidos mares que se extendían al oeste de Europa. La típica imagen de esta iglesia es desde la distancia, con la carretera como guía visual.

Tras un día completo de lugares interesantes, llegamos a Stöð Guesthouse en Grundarfjörður a las 18:15 horas. El trato de Alexandra (habla español), fue extraordinario y nos recomendó también cafetería. Buena habitación y climatización, porque ya estaba haciendo frio.
Tras dejar las maletas, directos a ver caer el sol en una de las montañas posiblemente más fotografiadas, Kirkjufell (montaña de la iglesia). Tiene 463 metros de alto y visible desde la población donde pernoctamos. Junto a la base de la montaña, fotografías del lago. En sentido hacia la montaña y al margen izquierdo, accedes a un parking asfaltado (700 Isk), que es donde está la cascada Kirkjufellsfoss. Se encuentra cerca de Grundarfjörður en el lado norte de la península de Snæfellsnes y frente a ella, el Kirkjufell. El río Kirkjufellsá desciende del volcán Helgrindur y tiene tres cascadas, todas llamadas Kirkjufellsfoss.

Tras fotografiar la puesta de sol, regreso a Grundarfjörður casi en noche y la guesthouse, tiene unas vistas fantásticas de la montaña, con lo que consigo otras panorámicas muy guapas de esta montaña a esa hora.

Aquí, la cena se hace en un gran comedor del alojamiento, porque ha sido un día tremendamente productivo y largo también y sin reservar en el único restaurante de la zona, difícil. Así que tranquilidad.
Grundarfjörður, es una pequeña población de cerca de 900 personas, con industria pesquera e importante tráfico de barcos. Alrededor de la población, hay lugares que apuntan que la región estuvo habitada desde la era vikinga.
16 Grundarfjörður – Reikiavik (ruta de 172 km / 2:42´)



Salida para estar en Reikiavik lo antes posible y aprovechar el día. Continuamos la vía 54 y en lugar se seguir hacia Stykkishólmur, nos desviamos a la derecha a la carretera 56 atravesando la montaña y con carteles de precaución por viento y sí, se notaba. Al descenso, tomamos nuevamente la vía 54 en sentido Borgarnes y respostaje de vehículo.
Pasamos junto a la cafetería del día anterior a la salida de la población en sentido Reikiavik, atravesando el puente Borgarfjarðarbrúin de casi 1 km por el fiordo.
Llegada con tiempo nublo al alojamiento Guesthouse Sunna a las 11:50 horas y conseguimos plaza en su pequeño aparcamiento. A pesar de llegar antes del checking, nos permiten el acceso y dejar todo porque la habitación estaba lista, así que perfecto, a callejear.
Lo bueno de este sitio, es que está junto a la iglesia luterana Hallgrímskirkja, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Esta es la primera visita y el acceso es gratuito salvo que quieras subir a la parte más alta del campanario por ascensor, comprando el ticket en la tienda de souvenirs junto entrada. Las vistas panorámicas de la ciudad desde lo alto, merecen la pena.

Descendemos la calle Frakkastígur y nos encontramos con una panadería en una casa con una decoración exterior de grafitis, es la conocida Brauð & Co (croissant y café de termo, que casi me lo tiro).


Las calles con mucho movimiento, estrechas y coloridas, llegando a la zona del paseo portuario y primera toma de contacto con el viajero del sol (The Sun Voyager -Sólfar en islandés), especie de esqueleto de barco vikingo, pero error, porque según su escultor Jón Gunnar Árnason, representa más bien una vasija de sueños, una promesa de un territorio por descubrir, de esperanza, como uno de los posibles orígenes del pueblo Islandés. Como dato curioso, no fui capaz de encontrar en ninguna tienda de souvenirs miniaturas de esa escultura, posiblemente por sus derechos de autor o copias limitadas, porque las que veía en algún comercio específico, tenía precios desorbitados de 3 o cuatro cifras en euros).
Prefería fotografiar más en hora azul, así que siguiendo este paseo marítimo, se llega al espectacular Harpa, una construcción que destaca por su arquitectura futurista, siendo la principal sala de conciertos y centro de conferencias de Reykjavík, inaugurado en 2011. Impresiona las vistas del interior (paso libre), sólo se permite acceder al hall y primera planta y ciertas partes están acotadas.

En esa zona del puerto viejo, está el famoso puesto de perritos calientes Bæjarins Beztu Pylsur, que no es algo que me llamase la atención.

Parada a comer en Salka Valka eldhús , en la calle Skólavörðustígur (la que sube hacía la iglesia), bien el plato de pescado y precio. Al alojamiento un momento que lo tenemos al lado y vuelta con la mochila y esta vez incorporamos el trípode porque va a ser necesario para larga exposición.
Recorrido por diversas calles y compras por el ingente número de tiendas de souvenirs por el centro de la ciudad, hasta hacer tiempo para la hora azul, permitiendo buenas imágenes al anochecer del Harpa, Sun Voyager y Hallgrímskirkja, finalizando el día con lluvia ligera y nubes.








17 Reikiavik – Keflavik (ruta de 83 km / 1:59´) / España


Abandonamos estas instalaciones de aguas termales pasadas las 15:00 horas y tras repostar, junto a la gasolinera en Njarðvík (a la espalda de un Bonus), hay un puesto de comida llamado “Issi fish and chips”, bastante bueno, con clima soleado, así que aprovechando los bancos de madera junto a él para picar algo.

Entrega del vehículo incluso antes de la hora prevista, sin problema. Posteriormente, enviaron un correo indicando la no existencia de daños.
Aunque el aeropuerto está a 5 minutos andando, hay un autobús exclusivo que hace el circuito por las agencias de alquiler de vehículos, así que subimos al mismo en la misma puerta de la agencia y evitamos ir con las maletas a través de los distintos parkings.
Toca café y una espera tranquila, vuelo en principio en hora.
18 Keflavik – España
Bueno, pues salida sin sorpresas esta vez y llegada a Barcelona de madrugada. Quedamos en zona de tránsito a la espera del vuelo de la mañana.
Tras llegada al Aeropuerto de Alicante, a intentar poner la hoja de reclamación a Vueling (se hizo en oficinas Iberia), pero como los teléfonos que tenían de atención no facilitaban la labor, hubo que desplazarse hasta los mostradores de Vueling, para pedir que alguna persona se personara en su oficina para formular la pertinente reclamación (como así ocurrió).
En éste diario de viaje, he extraído información específica de webs como www.guidetoiceland.com, e www.icelandtravel.com
Si no hay imprevistos, en marzo 2023, subiré hacia el círculo polar ártico (Laponia) en otra aventura y espero publicar otro diario de viaje.
Un saludo.,
Alberto