Nos pusimos en ruta a media mañana y llegamos a Toulouse sobre las 4 de la tarde, en concreto al apartamento Les Loges des Chalets, que estaba bien situado cerca del Canal du Midi, a un kilómetro del centro, y que, aunque no era muy grande, tenía lo suficiente para pasar una estancia agradable. Además, tenía una plaza de aparcamiento cerrado muy cerca, lo que nos fue de mucha utilidad para despreocuparnos del coche.
Comenzamos a pasear por la conocida como ville rose (ciudad rosa) por la cantidad de edificios con fachadas de este llamativo color.
Pasamos por la Basilique St-Sernin (San Saturnino), que destaca por su alta y bonita torre. No pudimos entrar porque ya estaba cerrada. Cerca de aquí entramos en la panadería artesanal Maison Janin a comprar unos panes y dulces para desayunar los siguientes días.
Empezó a hacerse de noche y las calles se iluminaron con luces navideñas.
Llegamos al corazón de la ciudad, la Place du Capitole, donde estaba instalado el principal mercado de navidad. Había muchos puestos de venta de artesanía y adornos navideños, así como muchos puestos de bebida, comida, y dulces típicos de esta época del año. El aroma a vino caliente y canela era notorio y la iluminación de la fachada del Capitole (ayuntamiento) y del mercado daban un ambiente navideño que atraía al gran gentío que había.
Para acceder al recinto del mercado había muchas medidas de seguridad y teníamos que mostrar los bolsos a los encargados de la vigilancia.
Tras la Place de Capitole hay otra pequeña plaza presidida por el Donjon, un bonito edificio que antiguamente alojó las mazmorras de la ciudad y hoy acoge la Oficina de Turismo de Toulouse. Junto a esta torre estaba la Casa de Papá Noel y un original carrousel con forma de gran árbol de Navidad para los niños.
Hacía mucho frío, por lo que fuimos a cenar a la Creperie Saint Georges. Estuvimos en su terraza que tenía calefacción, pero no nos gustaron mucho las galettes que comimos.
Fuimos otra vez al mercado del Capitole a comer algún dulce y nos fuimos al apartamento.
Comenzamos a pasear por la conocida como ville rose (ciudad rosa) por la cantidad de edificios con fachadas de este llamativo color.
Pasamos por la Basilique St-Sernin (San Saturnino), que destaca por su alta y bonita torre. No pudimos entrar porque ya estaba cerrada. Cerca de aquí entramos en la panadería artesanal Maison Janin a comprar unos panes y dulces para desayunar los siguientes días.
Empezó a hacerse de noche y las calles se iluminaron con luces navideñas.
Llegamos al corazón de la ciudad, la Place du Capitole, donde estaba instalado el principal mercado de navidad. Había muchos puestos de venta de artesanía y adornos navideños, así como muchos puestos de bebida, comida, y dulces típicos de esta época del año. El aroma a vino caliente y canela era notorio y la iluminación de la fachada del Capitole (ayuntamiento) y del mercado daban un ambiente navideño que atraía al gran gentío que había.
Para acceder al recinto del mercado había muchas medidas de seguridad y teníamos que mostrar los bolsos a los encargados de la vigilancia.
Tras la Place de Capitole hay otra pequeña plaza presidida por el Donjon, un bonito edificio que antiguamente alojó las mazmorras de la ciudad y hoy acoge la Oficina de Turismo de Toulouse. Junto a esta torre estaba la Casa de Papá Noel y un original carrousel con forma de gran árbol de Navidad para los niños.
Hacía mucho frío, por lo que fuimos a cenar a la Creperie Saint Georges. Estuvimos en su terraza que tenía calefacción, pero no nos gustaron mucho las galettes que comimos.
Fuimos otra vez al mercado del Capitole a comer algún dulce y nos fuimos al apartamento.