En primer lugar indicar que la corona islandesa estaba a 150 ISK por euro en el momento de redactar este viaje.
Llegamos sobre la una de la mañana al aeropuerto de Keflavik en un vuelo de Play procedente de Barcelona. El vuelo nos costó 170€ i/v. Más tarde decidimos añadir un par de maletas, de 23kg a la ida y 20 kg a la vuelta. La idea era llevar comida (más adelante explicaré porque creo que es innecesario). La maleta nos costó 80€ ida (para los 23kgs) y 68€ a la vuelta.
El viaje lo íbamos a hacer en una autocaravana a lo largo de 9 días y medio, recorriendo la ring road. Creo que es el tiempo mínimo para verlo todo con calma. Se puede hacer más rápido, y también más lento, pero con esos días da tiempo de sobra a visitar los puntos más conocidos sin ninguna prisa y con algún margen por si salen días lluviosos. Sólo teníamos una excursión contratada el día 29 en el glaciar Jökulsarlón.
La autocaravana la habíamos contratado con Indie Campers. Conocía esta empresa de un viaje en EEUU por la costa oeste y la verdad es que aquella vez fue todo perfecto. En Islandia no fue del todo bien, contaré más adelante el por qué. Sólo decir, que cuando la devolvimos, había otras tres personas entregando la suya y a todos les sacaron problemas y les tocó pagar de más, igual que a nosotros en cierto modo, pero es algo que detallaré el último día del viaje.
Luis, que llegaba de Suiza más pronto, fue el encargado de recoger la caravana por la tarde. El taxi del aeropuerto al punto de recogida de Indie Campers, le costó 4250 ISK (a nosotros al devolverla nos costó 2850 ISK, desconozco si hay suplemento por salir del aeropuerto).
Como cuando cogimos la autocaravana no seleccionamos opciones de sábanas, fue al IKEA a comprarlas (una pareja que contrató con Indie Campers nos dijo que las sábanas que les dieron estaban llenas de moho). La compra en el Ikea fue de 4 almohadas (15000 ISK), 3 sábanas (20970 ISK) y 2 edredones (13000 ISK), es decir, unos 326€. Las sábanas podían haber sido prescindibles, de esta forma sale más barato que lo ofrecido por Indie Campers. Como tampoco fui yo a comprar al Ikea no pude ver precios, pero en una estimación que habíamos hecho desde España viendo los precios en la web creo que nos podía haber salido más barato.
Luis nos esperó en el camping de Vogar, el más cercano al aeropuerto. Tras coger las maletas, pasamos por el duty free. Si, un duty free al salir del avión (nunca había visto nada así en ningún aeropuerto). Aquí aprovechamos para comprar algunas cervezas pues iban a ser bastante más baratas que en los supermercados de las ciudades al estar libres de impuestos. A continuación cogimos un taxi que tardó 12 minutos y con el suplemento de noche nos costó 11400 ISK hasta el camping.
Llegamos sobre las 3 de la mañana, y dormimos hasta cerca de las 6. No cerramos las cortinas de la caravana y el sol nos despertó. En realidad sobre las 4 de la mañana ya había rayos, pero a las 6 estábamos todos despiertos e iniciamos el día.
Antes comentaba que no veía necesario llevar comida a Islandia. Igual lo único útil son unas latas de atún. Fiambre y comidas crudas son cosas que en teoría no se pueden llevar al estar prohibidas por el gobierno islandés, pero no encontramos ningún tipo de control al llegar.
El camping de Vogar, al ser el más cercano al aeropuerto, está lleno de comida que deja la gente en lugar de tirarla, habiendo normalmente sal, aceite, pasta, arroz, café, té, productos de limpieza… y muchas cosas más que podemos coger para nuestro viaje por el país sin necesidad de tener que llevarlo.
El precio del camping es de 14250 ISK para 5 personas, autocaravana y electricidad. No hicimos uso de las duchas pero no parecían estar muy allá. Hay una aplicación de móvil muy recomendable llamada park4night donde nos aparecen en un mapa todos los campings con las fechas de apertura (esto no es muy fiable del todo), precios (tampoco están del todo actualizados) y opiniones de los usuarios. Sirve sobre todo para ir planificando los días y saber dónde dormir, ya que en temporada baja hay mucha distancia en ocasiones entre dos campings abiertos.
Tras desayunar, decidimos volver a Indie Campers, porque el depósito del agua tenía una pequeña fuga y perdía, y porque en la cama faltaban tres baldas de madera y no era cómoda. No nos solucionaron realmente ninguna de las dos cosas, nos dieron unos travesaños que no entraban y el agua siguió goteando en los días posteriores.
Tras esto, comenzamos nuestra aventura.
Empezamos por el cráter Kerið, en el que estuvimos aproximadamente una hora, dando la vuelta al perímetro y descendiendo a la base del lago. La entrada nos costó 500 ISK. Es de las pocas cosas que había que pagar a priori, pero luego nos dimos cuenta que no se paga entrada en muchos sitios, pero si parking.
El cráter en sí no está mal. Si es de las primeras cosas que se visita es aceptable. Si se han visitado los cráteres de la zona de Mivatn, es totalmente prescindible.

A continuación, nos dirigimos a Bruarfoss. Tardamos 1h30’ en hacer 40,5 km. Los tiempos de Google maps no son reales, al menos en autocaravana. No siempre se puede ir a la velocidad máxima de la carretera. Yo le pondría entre un 10-15% más del que indica a la hora de hacer cálculos.
Esta cascada nos gustó bastante, sobre todo por el color azul turquesa que tenía el agua. La ubicación que marca el Maps es errónea. Marca la cascada dentro del parking de una urbanización privada, pero en la carretera está bien indicado. Hay que hacer un último tramo de carretera de grava sin ninguna complicación (lo hicimos con una autocaravana que no era 4x4).

La mayoría de los parkings se pagan con la app Parka, donde hay que meter la matrícula del vehículo y una tarjeta y se paga de forma sencilla. Este parking nos costó 750 ISK. En 20’ se ve completamente. Después cogimos el coche otra vez hasta Geysir, 15,7 Km y 48’ de viaje. Comimos aquí y echamos una siesta en la caravana. La verdad es que Geysir decepciona bastante. El geiser que estaba activo en los últimos años (no el grande que había hace más tiempo), ha disminuido su actividad, no sé si la erupción de Grindavik tendrá algo que ver o es casualidad.
Tras esto, fuimos a Gulfoss, a escasos 10 minutos. Aquí estuvimos una hora disfrutando de la cascada, una de las más impresionantes.


Seguimos la ruta hasta Seljalansfoss, una cascada a la que se puede acceder a la parte trasera. Esta nos gustó bastante también.

En las proximidades hay un par de cascadas más a las que se puede ir andando en cinco minutos pero no valen mucho la pena.
Finalmente, nos dirigimos hasta Skogar, el camping ubicado en Skogafoss.
Llegamos tarde y no teníamos ningún punto donde conectarnos a la electricidad. Tampoco hicimos uso de los baños ni las duchas, pues teníamos la caravana. Decidimos por tanto no pagar el camping.
Esta es una opinión mía, que posiblemente cause mucha disconformidad. El hecho de que no dejen pasar la noche en cualquier lugar hace que los pocos campings que hay, cobren precios desorbitados por un pedazo de asfalto o césped.
En los campings en los que hicimos uso de electricidad o baño (ya no digo duchas) pagamos lo que se pedía (hay veces que fue cantidades cercanas a 90€ solamente por utilizar los baños), pero en los que no hicimos más que estacionar el vehículo sin utilizar ningún servicio, evitamos pagar siempre que nos fue posible.
Con ello concluimos el primer día. Al día siguiente tocaba empezar por Skogafoss, uno de los platos fuertes del viaje.