Hemos quedado a las 5:45 en la oficina de la empresa que me recomendó la pareja de Corcovado, Roots. Muy recomendables.
De camino a la oficina iban sonando los, siempre presentes, monos aulladores, las oropéndolas y guacamayas verdes. En la oficina me ha recibido el que será el guía, David. Un chaval de Costa Rica casado con una española de... Albacete! En Caudete que ha pasado la Navidad el tío. Increíbles coincidencias. El hombre es pajarero y le tira a la fotografía, se le ve muy competente.
El tour en barca ha estado de diez. Se va en una canoa con un motor eléctrico. Es como ir en kayak pero sin tener que remar. Es lo mejor que he visto yo para ver animales. Te acercas a los pájaros mucho más que con bote a motor, y la sensación de navegar sin ruido es lo mejor. Sin duda es ideal, un motorcillo enganchado a una batería de coche y tiene para todo el tour sobrado. Una experiencia chulísima.
La ruta va por varios canales. Paisajísticamente es algo que ya he visto en Belice, en Nicaragua y en Honduras, pero respecto a la vida, aquí se ve una barbaridad. Hay una realidad indiscutible y es que Costa Rica, está más masificada de turistas y es mucho más cara, pero se ve muchísima más vida que en los demás países de Centroamérica. Pero con mucha diferencia. Ha sido ir de un pájaro a otro aderezado de caimanes y cocodrilos, con monitos e iguanas de fondo. Además, aves que no había visto nunca. El guía muy bueno, por ponerle una pega ha pecado un poco de profesor de biología. Hay que saber también dejar silencios, no hay que estar siempre hablando. Aun así, sobresaliente. Me ha gustado mucho el tour. Ha habido un momento que se han juntado muchas barcas pero, al ser casi todas eléctricas, no ha sido tan grave. De todos modos, se ve mucho turista. Ayer había muchos más, imagino que al ser hoy lunes ha bajado la cosa.
De vuelta al pueblo, me he pillado algo de desayunar y me he ido un rato al hotel a descansar. Antes de comer, me he ido a dar un paseo a la parte terrestre del parque nacional. Un camino que va lindando con la playa. Es un paseo agradable, varios monos arañas y basiliscos. Entre ida y vuelta he echado dos horitas fácil. Después del paseo he comido pollo frito, lo único económico en todo el pueblo.
A la tarde, me he vuelto a pegar un paseo por el parque y me he ido a ver el atardecer al embarcadero. A la noche, he intentado bichear un poco pero nada relevante más allá de grillos y arañas. Día bonito.
Mañana bajo para Cahuita y voy ya poniendo la cuenta atrás de Costa Rica.