Hoy nos levantamos sin prisa alguna, después de desayunar nos acercamos al consultorio para turistas de Rovinj. Poca gente, mejor, tras dar los datos y entregar la tarjeta sanitaria europea esperamos unos 20 minutos para una consulta que no dura ni dos. Contamos lo sucedido al médico, que desde su inmensa sabiduría


Entre que paramos a comprar en un hiper y el trayecto de vuelta, llegamos al apartamento para hacer de comer. Es nuestra última noche en Rovinj, nuestro plan incluía una visita a la parte oriental de la península de Istria, pero, dadas las circunstancias, nos contentamos con dormir una siesta y después acercarnos a una playa cercana, Cisterna beach. El camino de acceso a la playa, camino que no carretera, es una pista de tierra y piedra con buenos baches. Parece mentira que los accesos a una playa sean tercermundistas.
La playa en sí es bonita, con el bosque a la espalda tiene forma de media luna, el oleaje apenas existe y los cantos rodados que se unen a aguas transparentes.
El día se ha ido nublando, hace calor pero el cielo está gris. Disfrutamos un buen rato del agua y de la tranquilidad de la playa. Cuando tenemos suficiente nos volvemos al apartamento y antes de cenar preparamos el equipaje. Descansamos viendo el partido de Alemania de la Euro. Mañana dejamos el apartamento pero aún tenemos un par de días de vacas que disfrutar.