Hoy tendremos un día caluroso en Istria, pronostican mas de 30º, esto, para un coruñés es casi un infierno

Salimos del apartamento con el sol apretando de lo lindo, menos mal que tenemos aire acondicionado en nuestra casita. Para darnos un bañito elegimos una zona que está muy cercana a Porec, de hecho está a unos pocos minutos a pié, aparcamos en un aparcamiento de pago que nos cuesta 2€/hora. En 45 minutos estamos aparcando el coche, son las 11:35 a.m.
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Como veis, la zona de baño está ubicada en un pinar con buena sombra, duchas, chiringuitos, etc. Podemos elegir entre las típicas playas de cantos rodados croatas o plataformas con escalerillas de acceso al agua. Elegimos estas últimas, están mas cerca y no nos apetece caminar.
Disfrutamos de la playa como enanos durante un par de horas. Me voy a dar un paseo para ver la distancia caminando al pueblo, por si vale la pena o no mover el coche del parking, tardo 15 min entre ir y volver pero me olvido de llevar el móvil. Cuando vuelvo veo venir al peque corriendo, mi mujer se ha caido en las rocas

Decidimos volver a Porec para comer y visitar el pueblo improvisando un cabestrillo con una de las toallas

Comenzamos la visita y mi mujer parece que va mejor, insiste en continuar. Entramos en la ciudad por la plaza Slobode y continuamos por el antiguo Decumanus romano (vestigio del campamento romano que originó la ciudad).
Se trata de una calle recta, llena de comercios y hostelería, con el enlosado típico y resbaladizo que utilizan en los cascos antiguos de las costas croatas. Cuando llevamos mas o menos la mitad de la calle recorrida, haciendo caso de las indicaciones, giramos hacia la izquierda. Frente a nosotros está la entrada del principal atractivo turístico de la ciudad, la Basílica Eufrásica.
Se trata de un bonito conjunto monumental compuesto por la iglesia, el Palacio episcopal y otras dependencias. Hay unos bonitos mosaicos romanos en el suelo exterior, y el interior de la iglesia es precioso, con un altar muy digno de ver con sus mosaicos dorados. La entrada cuesta 10 € para los adultos

La visita es interesante, sobre todo la iglesia y está bien organizada, aunque para mi es muy cara, no es el Duomo de Milán ni la Basílica de San Pedro

Terminada la visita continuamos callejeando por la localidad con la intención de llevarnos algo a la boca. Llegamos a la plaza Marafor, otro de los puntos neurálgicos de la ciudad en los que además de algún palacio de estilo veneciano, se encuentra la conocida como Casa romana.
En la plaza hay un par de restaurantes, pero los camareros andan a la caza del turista, cosa bastante común por lo que hemos visto hasta ahora. Decidimos continuar y comernos unas pizzas unos metros más adelante. No fueron nada del otro mundo, pero hicieron su función. Delante de nosotros se encuentran los muelles, en donde atracan barcos recreativos y ferrys que van y vienen desde Venecia.
Nos volvemos por donde hemos venido no sin antes tomar unos heladitos, hace calor, quizás el día de mas calor de los que llevamos y se hace necesario refrescarnos un poquito por dentro.
De vuelta al coche nos vamos al apartamento con la intención de ver como evoluciona el brazo de mi mujer. Comprobamos que existen consultorios médicos para turistas (Porec, Rovinj y Pula) pero que cierra a las 5 p.m. Decidimos acercarnos mañana por la mañana al más cercano y descansar para ir al anochecer a visitar Rovinj, el pueblo más fotogénico de Istria.
Descansamos hasta cerca de las ocho de la tarde, nuestra intención es ver el pueblo de Rovinj y si podemos el atardecer desde allí. Estamos a menos de 15 minutos en coche. Hacemos una pequeña parada en el Lidl cercano y antes de las 8:30 p.m. estamos buscando sitio para aparcar, los aparcamientos mas cercanos están a tope, tenemos que alejarnos un poco, y acercarnos caminando por lo que el atardecer lo vemos desde el parking. La silueta del pueblo, es la estampa mas fotografiada de Istria.
En unos minutos llegamos a la plaza del mercado, en la que los únicos puestos que quedan abiertos son los de productos locales para turistas (aceites, trufas, lavanda...).
Hay mucho gente por todos los lados, en seguida nos encontramos callejeando por las pintorescas callejuelas de la ciudad, unas repletas de gente y de locales de hosteleria y comercios turísticos, otras recogidas y solitarias. El pueblo está lleno de rincones pintorescos que nos vamos encontrando conforme vamos subiendo hacia la Iglesia de Sta. Eufemia.
Cuando llegamos arriba descansamos un poco de la subida, la iglesia no es muy bonita (al menos el exterior), lo que mas destaca es su campanille de estilo veneciano, escuchamos música, bajamos un poco y pasamos unos minutos disfrutando con la actuación de un dúo musical que hace las delicias de los que estamos allí, la hora que es, el clima que acompaña y el entorno nos hacen disfrutar de los mejores minutos de una jornada accidentada.
Descendemos ahora hacia el puerto, pasando por calles muy animadas en donde la gente cena en terrazas, se ve mucha gente guapa, parece que es el lugar en donde dejarse ver, restaurantes con el mar de fondo, terrazas chill out, vamos, un ambientazo. Todo esto se combina con rincones ocultos que parecen detenidos en el tiempo.
Bajando, bajando llegamos a la zona del puerto, desgraciadamente la plaza Marsala Tita está en obras y no se puede acceder a ella, seguimos por la Pza. Pignaton, hasta los topes de restaurantes.
Desde aquí hasta el coche, la cena nos espera en el apartamento ya preparada. Llegar calentar y listo, nos vamos a dormir y a esperar lo que nos depara la jornada siguiente.