Un poquito de ejercicio...
Hoy madrugamos, ya que tenemos reserva de tren a las 9.00 en la estación de Nagoya. Hacemos el checkout y, otra vez, utilizamos el servicio de takkyubin. De verdad, no es una tontería. Viajar por el país sin la necesidad de ir cargando las maletas es una delicia. No es barato ni caro, pero os aseguro que merece mucho la pena. Esta vez las enviamos directamente a Osaka, aunque pasaremos unos días por Kyoto con las mochilas.
Una vez en la estación de Nagoya cogemos el JR Shinano dirección a Nakatsugawa. Casi 1 hora de viaje. Una vez en Nakatsugawa hay 2 opciones, esperar al bus que te lleve a Magome o coger un taxi. Y digo Magome porque de Magome a Tsumago es la ruta más fácil. Cogemos un taxi, ya que el precio es muy poco más caro que los 3 billetes de bus. Una vez en Magome, empezamos... la Ruta Nakasendo!
Nakasendō era una de las cinco principales rutas del periodo Edo y una de las dos que conectaban Edo (hoy Tokio) con Kioto en Japón. En el camino había 69 estaciones entre ambas ciudades, que atravesaban las provincias de Musashi, Kōzuke, Shinano, Mino y Ōmi.
A día de hoy pocas secciones del camino original sobreviven siendo la sección más famosa una de ocho kilómetros de largo localizada en el Valle Kiso, entre Tsumago-juku en la prefectura de Nagano y Magome-juku en la prefectura de Gifu. Las calles principales de Magome-juku y Tsumago-juku recrean hoy el ambiente que tenían ambas estaciones de descanso durante el periodo Edo y toda la zona se ha convertido en un importante punto turístico.
Afortunadamente la mayor parte del camino se adentra en el bosque y podemos cuidarnos del Sol que reina hoy. Hay mucha gente en Magome, pero pocos se aventuran a hacer los 8km. Así que una vez visitado el pequeño pueblo y sus tiendas, con las galletas y el agua en la mochila nos adentramos a nuestra pequeña aventura.
Magome



Ruta



No muy lejos de Tsumago, ya acabando la ruta, nos desviamos unos minutos para ver las cascadas Odaki y Medaki, donde aprovechamos para refrescarnos, mi hijo se quita bambas y calcetines y se refresca los pies y, en definitiva, descansamos un poco del buen camino que llevamos recorrido.


Y, finalmente, llegamos a Tsumago.
Tsumago


Después de celebrarlo en familia (no siempre se puede sacar a la familia a caminar 8km, y más por montaña) vemos que no hay mucha variedad de restaurantes por el pueblo. Y los que hay ya no dejan entrar, siendo las 15.00 de la tarde. Así que de vuelta a Nakatsugawa.
Otra vez se nos ha echado el tiempo encima, y los restaurantes de la ciudad están cerrados. Así que echamos mano de la comida rápida y nos acercamos a un McDonald's. Nos pedimos una hamburguesa samurai.
Aún tenemos tiempo hasta tener que coger el tren de vuelta, así que damos una vuelta por la pequeña ciudad y, afortunadamente, entramos a una tienda de kimonos artesanos. Teníamos un encargo de mi suegra, así que aprovechamos, pedimos consejo al chico de la tienda y compramos un yukata, que viene a ser el kimono de verano, algo más ligero.
Nakatsugawa también es famosa por sus dulces de castaña, así que aprovechamos a una de las tiendas con mejores reseñas y más recomendada, Kurikinton no Kawakamiya, y he de decir que, si os gustan las castañas, os encantarán.
Ahora sí, dando por finalizado el día, nos acercamos a la estación JR de Nakatsugawa y cogemos el JR Shinano de vuelta a Nagoya, pero no para quedarnos, si no para enlazar con el shinkasen y poner dirección a Kyoto. En total, 1 hora y media de camino.
Llegamos a Kyoto, ya de noche, y nos recibe su iluminada Torre.

Tenemos el hotel justo al lado de la estación, así que hacemos el checkin y, mientras mi mujer y mi hijo se duchan y descansan, me acerco al FamilyMart que tenemos al lado. Mañana, ya en Kyoto, volverán antiguos recuerdos...