Hoy nos tocaba descubrir uno de los lugares más emblemáticos de Lituania: el Castillo de Trakai, un sitio que destaca por su belleza y su historia medieval. A diferencia de los días anteriores, decidimos tomarnos este día con más calma y salimos un poco más tarde por la mañana.
Para llegar a Trakai, tomamos un autobús de la empresa Kautra desde la estación de autobuses de Vilnius. El trayecto dura unos 30 minutos, y el billete de ida y vuelta para los cuatro nos costó 15€.
Al llegar, hay que tener en cuenta que la estación de autobuses de Trakai está a unos 2 km del castillo. Decidimos hacer el trayecto a pie, disfrutando del paisaje y de las encantadoras casitas de madera que caracterizan la zona.
Explorando el Castillo de Trakai
El Castillo de Trakai es uno de los monumentos más conocidos y fotografiados de Lituania. Situado en una isla en el lago Galvė, este castillo medieval es un importante símbolo del patrimonio cultural del país. Fue construido en el siglo XIV por el Gran Duque Kęstutis y, a lo largo de los siglos, ha tenido una función defensiva, así como un centro de poder durante el auge del Gran Ducado de Lituania.
La vista del castillo, con su arquitectura gótica y sus torres rojas reflejándose en las aguas del lago, es verdaderamente espectacular. Además, el castillo alberga un museo donde se pueden ver exposiciones sobre la historia del lugar y del Gran Ducado de Lituania.

Uno de los momentos más relajantes del día fue el paseo en barca por el lago Galvė, una experiencia totalmente recomendable para ver el castillo desde una perspectiva diferente y disfrutar de la tranquilidad del entorno natural que lo rodea.

Antes de marcharnos, nos detuvimos en algunos de los puestos de souvenirs y comida que se encuentran cerca de la entrada del castillo.
Regresamos a Vilnius a la hora de comer y decidimos probar Halės Smokehouse, un puesto dentro del mercado Halės Turgus, un mercado tradicional de la ciudad. Si eres amante de la carne, este es el lugar perfecto para disfrutar de productos locales.
Probamos su famoso sándwich de pastrami, y solo puedo decir que estaba ESPECTACULAR. La carne, perfectamente curada y acompañada de pan crujiente, hizo de este almuerzo una experiencia culinaria memorable. ¡Totalmente recomendado! Precio: 18€

Ubicación: Halės Turgus, uno de los mercados más antiguos de Vilnius, que data de principios del siglo XX y es un lugar ideal para disfrutar de productos frescos y auténticos.
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Por la tarde, aprovechamos para seguir explorando Vilnius y visitamos la Iglesia de San Constantino y San Miguel, un ejemplo de la arquitectura ortodoxa en la ciudad. Esta iglesia destaca por su diseño arquitectónico único, con cúpulas doradas y una fachada impresionante que le da un aire majestuoso. Su interior es igualmente impresionante, con frescos y detalles que reflejan el carácter religioso ortodoxo de la comunidad en la ciudad.

Tenía en mente visitar el Museo de las Víctimas del Genocidio, pero me encontré con que los lunes y martes está cerrado. Un dato a tener en cuenta si lo tienes en tu lista de pendientes. Este museo es un recordatorio del trágico periodo de ocupación soviética en Lituania y se encuentra en el antiguo KGB de Vilnius. Es un lugar muy relevante para entender la historia reciente del país.