Hoy toca cambio de destino pero en la misma isla de Bohol. Pero antes de eso, agarro la moto bien temprano y me voy a Napaling a nadar entre sardinas.
A las 7 ya estaba allí. Pagas 300 pesos en varios conceptos, pero es lo que hay. Me asignan un guia , el chico es estupendo, me saca fotos y vídeos con la pro, que muchos de ellos son para enmarcar. Allí hay miles y miles de sardinas, los bancos de sardinas van de un lado a otro a gran velocidad, no había visto nunca nada parecido y me encantó.
A las 7:30, allí hay bastantes asiáticos y a las 8, ya hay más asiáticos que sardinas. A esa hora, el chaval me dice que ya ha concluido su tiempo de guía, pero que me puedo quedar el tiempo que quiera allí yo solito. Perfecto, pero cuando ya me canso que los chinos me den aletazos, manotazos y golpes varios, me voy de allí, eso sí, lo he disfrutado un montón.
Vuelvo al homestay, ducha, recojo todo, y con todo el dolor de mi corazón, me despido de Susana, que ha sido una anfitriona genial, me he sentido mejor que en mi casa. Pillo un Jeepney, transporte típico de Filipinas, que es un Jeep americano de la guerra, que los filipinos han reconstruido para utilizar como transporte público.

Llego a Loboc sobre las 14:00. Mi nuevo Homestay, el más fino que me cogí , el Andresas Place, tiene una cama king size, woww!!! El gerente es un tío muy enrollado y en quince minutos me llegó su colega con dos motos, una que la había alquilado mi abuelo y otra en la que iban los del Rent. Tío, yo no puedo quedarme con la vieja, que es día 14 de Febrero, San Valentín, y tengo que hacerme novio, no voy a buscar churri con una moto oxidada. Tira y afloja, tira y afloja, y al final me quedé con la nueva por 300 pesos el día




