
Día 6 (18-08-19): Kauai North Shore, snorkel y playas
Un día más nos levantamos temprano para aprovechar bien las horas de menos calor (y menos gente), así que a las 6:30 h ya estábamos en pie.
Normalmente no soy mucho de playa, me cuesta aguantar más de una hora de playeo, pero ese día visitamos la maravillosa Tunnels Beach, que bien se merece dedicarle un buen rato, no solo por lo bonita que es sino también por el fabuloso snorkel que ofrece.
Otra ventaja de ir temprano a los sitios es encontrar aparcamiento, cosa que en esa zona no es tarea fácil en hora punta, ya que los sitios disponibles son escasos. Así que, después de aparcar en un pequeño parking cercano a uno de los accesos al mar, nos dirigimos a la que sería una de las mejores playas que vimos en Kauai.


Es una playa nada masificada con un entorno tropical paradisíaco, con la orografía típica de esa zona, y aguas cristalinas.

Tunnels Beach, situada pasada la milla 8 en la carretera 560, es uno de los lugares top de la isla para hacer snorkel y buceo de orilla, y allí nos pasamos 3 horas viendo pececillos y tortugas. Las fotos no hacen justicia a la realidad:


Al parecer en esta playa fue donde una conocida surfista, Bethany Hamilton, perdió su brazo a causa de un desafortunado encuentro con un tiburón tigre en 2003 (en esta historia se basó la película “Soul Surfer”). Por suerte no conocía este dato antes de ir, igual hubiese hecho snorkel un poco acojonadilla en caso de saberlo (aunque la probabilidad de tener este tipo de encontronazos es muy baja), pero el único ataque que sufrimos fue el del sol de justicia que pega en Hawaii.


Consejo: es altamente recomendable utilizar ropa protectora para el sol cuando hagáis snorkel, en mi caso llevaba camiseta y pantalón corto y aún así me churrusqué la parte trasera de las piernas (lo que quedaba expuesto).


Para estar en la arena también imprescindible llevar una sombrilla o conseguir uno de los pocos sitios con sombra bajo los árboles, al cabo de un rato lo agradeceréis. Yo no suelo quemarme y en Hawaii algunos días casi acabo carbonizada, y eso que intentamos no exponernos al sol demasiado rato y llevar siempre buena dosis de protección solar y gorra.
Después de disfrutar del snorkel y la playa nos dirigimos hacia el coche, pero antes visitamos la cercana Manini-holo Dry Cave. Es una cueva sin demasiado atractivo, pero como la teníamos al lado, nos acercamos.


Se llama así en honor a Manini-holo, quién al parecer fue el pescador jefe de los Menehune. Él y otros Menehune excavaron la cueva en busca de bestias sobrenaturales llamadas “akua”, que en teoría habían estado robándoles la pesca (pero me temo que no tuvieron mucho éxito en su empeño).

Regresamos hacia Hanalei, era ya la hora de comer y fuimos a uno de los restaurantes que había, el Kalypso. Comimos unas hamburguesas (la mía era vegetal, de taro) y estuvo bien, el sitio era muy agradable con su decoración playera, pero el precio era caro para lo que es, como casi todo en Hawaii.

Después de comer decidimos ir al apartamento y darnos una ducha antes de seguir con las visitas, ya que no teníamos intención de bañarnos más y era incómodo ir todo el día con tres kilos de sal encima.
Así que tras un merecido descanso, salimos de nuevo para hacer una rutilla en coche por otros lugares de la zona norte de la isla: Secret Beach, faro de Kilauea, Anini Beach Park… Fuimos desde Princeville en dirección opuesta a Hanalei, hacia Kilauea, haciendo las siguientes paradas:
Secret Beach: también conocida como Kauapea Beach, una preciosa playa únicamente accesible tras una caminata de unos 10 o 15 minutos. El camino para llegar hasta allí:

Es una larga playa de arena dorada que también ofrece buen snorkel, aunque no hicimos. Igualmente, vale la pena acercarse hasta allí aunque solo sea para contemplar el magnífico paisaje.




A la derecha se puede observar una islita, Moku’ae’ae Island, que es un santuario de aves ubicado justo frente a la lengua de tierra donde se encuentra el faro de Kilauea. Vistas del faro desde la playa (con zoom claro):

Faro de Kilauea: situado sobre un acantilado frente a la inmensidad del océano Pacífico, abre de 10 a 16, pero cierra los domingos y los lunes. Nosotros llegamos y ya estaba cerrado, así que lo vimos desde fuera. El precio en 2019 era de 5 dólares por persona y permite una visita autoguiada a la zona del faro, pero no incluye la subida al propio edificio.

El faro de Kilauea es el punto situado más al norte de las islas Hawaii y fue construido en 1913.

Anini Beach: dejando la carretera principal y tomando una carreterita que bordea la costa se llega hasta esta playa, muy frecuentada por los locales. Es una zona rodeada de casas de ricos (y famosos). También es uno de los puntos de la north shore más seguros para nadar si te quedas cerca de la orilla, ya que está protegido por un largo arrecife. Cerca del borde exterior del arrecife se puede hacer el mejor snorkel, pero no es tan seguro.
No hicimos muchas fotos en este sitio, la marea estaba muy alta y apenas había playa cuando lo visitamos. Parecían manglares:

Al finalizar esta agradable ruta nos dirigimos al centro comercial de Princeville a comprar la cena y de paso a probar el conocido “Shave ice”, típico de la isla. A tener en cuenta que el auténtico “Shave ice” no es tan solo de una montaña de hielo picado con un poco de sirope de frutas encima, sino que se utiliza una hoja afilada para literalmente “afeitar” un bloque grande de hielo, generando un polvillo fino helado al que se le añaden copiosas cantidades de sabores de frutas exóticas y se coloca todo encima de una bola de helado.
Nosotros probamos el “Shave ice” de coco, piña y helado de vainilla y no estaba nada mal.
Tras esta deliciosa y calórica merienda, compramos la cena (ensaladas y más poke, como no) y nos retiramos a nuestro acogedor apartamento a descansar.
Al día siguiente nos esperaba una de las actividades estrella del viaje: el vuelo en helicóptero sobre Kauai, la isla jardín, donde, después de haberla visto por tierra y por mar, disfrutaríamos de la maravillosa costa de Napali desde el aire.
