Me pongo en marcha con mi equipaje, que es muy llevadero, una mochila mediana con 6kg o poco más. Lo ideal para llegar incluso andando a Famagusta, que es lo que al final haré. Pero por el momento puedo usar los autobuses que llevan de Protaras a Paralimni, la actual capital administrativa de la zona tras la ocupación turca de Ammojostos (Famagusta en griego). Esta costa está urbanizada igualito que la mayor parte del Mediterráneo español, es un paisaje conocido y enteramente diseñado para el turismo, por lo que no me interesa especialmente.
En la plaza de Paralimni abordo un segundo autobús que lleva casi hasta el check point de Deryneia, pero me bajo en el núcleo urbano para ver algo el ambiente. Todas las salidas están cortadas por anuncios de que se entra en una zona de acceso prohibido; aunque no da la impresión de que haya minas o francotiradores ni nada de éso, está claro que aquí hay una frontera.
En una de estas puertas al no man’s land se levanta lo que llaman el Famagusta Viewpoint Café, un negociete que algún vecino listillo se montó a costa de la ya lejana guerra de 1974 www.tripadvisor.com/ ...trict.html
La consecuencia más aparatosa de aquella guerra para Famagusta fue el abandono del distrito llamado Varosha, o Maras en turco. Su historia se resume perfectamente aquí: es.wikipedia.org/wiki/Varosha
Como se ve, hay una especie de mirador hacia la ciudad fantasma… O no tan fantasma, si es cierto que la administración turca, tras 50 años de respetar una moratoria exigida por la ONU, ha comenzado ya a reconstruir y explotar la zona. Las tarifas de este viewpoint están expuestas en la entrada; por 12€ incluye el uso de prismáticos, un café y hasta una pizza

Pronto llego al puesto fronterizo propiamente dicho; aquí decido no hacerme el chuleta y no saco fotos

Para información de quienes pasen por allí, las casetas que conforman el checkpoint turco son éstas:
- la que ofrece suscribir una extensión de seguro para vehículos, con las tarifas expuestas (creo recordar que 25€ por un mes, para un turismo)
- la de control de documentos propiamente dicha, donde examinan mi pasaporte pero no lo sellan, ni tampoco se recrean mucho.
- por último hay otra rotulada “Turizm”, donde supongo que podría pedir un taxi para llegar a la ciudad.
Me abstengo de preguntar nada, porque sospecho que, dada la distancia y los precios que he visto en la zona griega, el trayecto me iba a costar no lejos de los 50€, y sé que no me va a suponer demasiado esfuerzo llegar a pie. En el lugar desde luego no hay ningún transporte esperando, ni taxis ni dolmus.


El único problema es que no dispongo de datos móviles para orientarme; sigo lo mejor que puedo el camino hacia la parte nueva de la ciudad, donde he reservado un hotel, gracias a lo cual también hice un par de capturas de plano para tener una idea de su situación. Solo al final de la caminata, en medio de avenidas con tráfico agobiante y sin indicaciones útiles, tengo que preguntar a uno o dos transeúntes para llegar a mi destino; me encuentro que aquí por suerte la gente también entiende algo de inglés, aunque no sea con el nivel del sur de la isla.


Por fin llego a mi hotel a la hora de más calor, con lo que puedo ducharme, hidratarme y descansar un poco. El hotel es moderno y confortable, casi de lujo por unos 70€ la noche con desayuno. Se llama Ekor Elegance y lo primero que llama la atención es que en la planta baja ofrece una típica pastane turca, magníficamente surtida de dulces y tentempiés, con un salón elegantísimo que parece tener un éxito tremendo entre la gente del lugar. Lástima que no voy a tener ocasión de disfrutarlo ni una sola vez, aunque la verdad es que tampoco me gustan los dulces

No hay que olvidar que, al igual que en Turquía, en el norte de Chipre no existe acceso a los servicios de la plataforma Booking, a menos que uno pueda navegar a través de una VPN que enmascare la posición del navegador. Yo nunca lo hago, por eso he tenido que arriesgarme a hacer un par de reservas desde la zona griega, con la limitación de no poder anular ni cambiar nada desde que he entrado en la turca.


Por último, para acabar de concienciarme de que he llegado a Turquía sin estar legalmente en Turquía

