5 y 6 de marzo de 2010
Los dos últimos dias hemos estado en Xi'an, la antigua capital de China. Llegamos el viernes por la mañana y no hubo tanto follón para llegar hasta el hotel, autobús al centro y andar 10 minutos.
Xi'an es la ciudad que más gratamente nos ha sorprendido, quizás por el desconocimiento que teníamos de ella. Es una ciudad en pleno crecimiento con obras de edificios nuevos por todas partes pero dentro de la muralla, es una ciudad moderna y limpia mezclada con barrios clásicos como el musulmán, que está lleno de puestecillos de comida y baratijas. Muy recomendable darse una vuelta y probar algún pincho, torta rellena o dulce. Nosotros disfrutamos un rato de él después de la correspondiente visita a las torres de la Campana y el Tambor (que tiene un chorro de tambores), desde la primera puedes ver las arterias principales de la ciudad de norte a sur y de este a oeste, cada una con su puerta de entrada. Las avenidas están abarrotadas de coches todo el día, y también aquí escasea la educación vial. Definitivamente los chinos no destacan en la conducción (al menos en la no temeraria).



Por cierto, en el McDonals venden una especie de pastel de manzana relleno de algo azul y otro de una clase de legumbre con chocolate. Hemos visto gente desayunando a las 9:00 un wok de fideos con sopa en el KFC. La comida es especial aqui...
Hoy hemos superado otro reto en China: llegar a los Guerreros de terracota sin tour guiado (que nos ofrecieron ayer insistentemente en el hotel), es decir, al estilo chino. Pillamos un bus interior en la ciudad que nos llevó a la estación de trenes, que estaba, para variar, petaísima de chinos, pero que no os podéis hacer una idea. El autobus que va a los guerreros es el 306, estuvimos dando vueltas por los alrededores un rato esquivando chinos cargados de sacos y/o cajas de cartón (¿que coño llevarán dentro?) que salían o entraban en la estación hasta que dimos con él. Estaba pasando la estación en una explanada donde paran los autobuses. Lo cómodo hubiera sido ir con el guía del hotel en una furgoneta como hicimos para visitar la muralla, pero como nosotros somos más guays, y estamos en plan rata del todo, en vez de pagar 320 yuanes por ir en el tour, fuimos, vinimos, entramos en los guerreros y almorzamos allí por 165... los dos. Y es que la yinkana es la yinkana.



A la vuelta vimos un atascazo en sentido contrario por culpa de un trailer que se había cruzado en la calzada tras pegarse una leche tremenda con un minibus. El follón no os lo podeis imaginar porque aquí no se estilan los guardias de tráfico, cada uno hace lo que le sale, y los coches se empezaron a meter por la calzada contraria hartos de esperar. Algunos se saltaban la mediana que tenía un bordillo el doble de lo normal. ¡¡ Están como putas cabras!! Que locura de verdad. He llegado a pesar que no debe existir el permiso de conducción, las multas de tráfico ni nada de lo que estemos acostumbrado.
Por último hemos dado una vuelta por la calle Shuyuan, llena de puestos y tiendas de antigüedades, láminas chinas, caligrafía y bisutería. Han caído también unos dulcecitos.
Mañana volamos a Shanghai...