Bueno pues después de casi un año os quiero presentar mi relato, os lo debo a todos los usuarios de LOSVIJAEROS.COM, entre los que me encuentro.
No lo voy a hacer por etapas porque no lo recuerdo con meridiana claridad.
Evidentemente no recuerdo lo que hice día a día pero fijándome en las fotos os contare más o menos mi viaje.
De Madrid salíamos con el Hacienda Club contratado en el Bávaro, pero luego pasamos por el Ámbar (sencillamente espectacular) y acabamos con una semana en Cayo Levantado (un pelín aburrido el estar metido en la Isla, pero un enclave único).
El Domingo 26 de Julio fue nuestra el día de nuestra salida con Pullmantur, al igual que cuando fuimos a la Riviera Maya, desde Madrid Barajas, nuestra ciudad.
Después de 8 horas si no mal recuerdo aterrizábamos en el aeropuerto de Punta Cana, un calor agobiante, como en La Riviera Maya.
Esperamos las salidas de las maletas y directitos al autobús, sabíamos que hacían el checkin directamente en el autobús y es todo un acierto, porque no tienes que hacer cola a la llegada al hotel.
Al llegar al hotel bebida refrescante y la famosa canción de Bienvenida.
Subida a los trenecitos.
Y llegada a nuestra villa, la número 34.
En primera línea con la piscina, ubicación fantástica.
Primera sorpresa al entrar a la habitación, es lo que tiene viajar con un amigo del sector hotelero. Botellita de Ron, un par de camisetas y un plato de fruta.
Nos pusimos los bañadores y, previo paso por la piscina que teníamos en la puerta, acabamos en la playa…ya estábamos de vacaciones!!!
Cenamos en el Buffet general, que deciros del buffet, a mi entender es bastante bueno y variado. Si no mal recuerdo cada noche hacían cenas temáticas, que si Americana, mejicana, etc. Tomamos algo en el Lobby y cuando veíamos que se nos cerraban los ojos los cuatro a la cama, que estaba siendo un día muy largo.
Al día siguiente nos quedamos en el Hotel todo el día, piscina, playa, piscina otra vez playa…por el medio Banana Mama, Piña colada…que buenas son las vacaciones. Jeje
Por la noche, a arreglarnos a la habitación y embadurnarnos con repelente de mosquitos, he de decir que fue la primera y última vez porque vimos que no había mosquitos como en la Riviera Maya. Días después comprobamos por que no había y era porque fumigaban a media tarde. Todo un acierto.
Y primera cena en restaurante temático, El Pescador. Muy bueno el pescado y la atención como siempre espectacular, fue una constante en los 3 bahías.
Pero eso sí, nos dimos antes una vuelta por el Lobby y sorpresa…Coco Locos, creo que se llamaban así.
Después de la cena, fotito de rigor a la piscina por la noche.
Y a la cama que al día siguiente teníamos la excursión a Isla Saona con el Capitán Gringo y tocaba madrugar.
Que deciros de la excursión, pues que nos lo pasamos genial, puede dar fe alguien de este foro y que repetiría. Lo peor el chofer, Rafael un loco al volante. Por lo demás genial comida y diversión garantizada.
La playa desde donde salíamos con las lanchas y donde estaban haciendo una sesión de fotos a una ¿modelo?
De camino en las lanchas
La llegada a la playa Saona si no mal recuerdo el nombre. Que deciros, la playa es Caribe y el agua impresionante. Podíamos observar varios tonos de azules de camino a la playa, impresionante.
Menuda playa
Y después de la estancia en la Isla, a las lanchas y a comer a otro sitio. Eso si, por el camino nos llevaron a otra isla para intentar vendernos algo, había infinidad de cuadros, pulseras….o te abrían un coco.
Un ejemplo de los cuadros que vendían.
A continuación fuimos al famoso bautizo del Ron, nos reímos un montón. Te llevan al medio del mar y todos al agua, parece mentira pero no cubre, una gozada, no tengo fotos, lo siento.
A continuación, de nuevo a tierra para coger la furgoneta, santiguarse por culpa del loco de Rafael y de regreso al hotel. Por el camino convencimos a Rafael para que parara en Iberia, un supermercado conocido de allí, para comprar Ron y Cacao a muy buen precio, al precio que pagan ellos y no a precio de turista como en el cortecito. Casi llegando el hotel casi nos llevamos una furgoneta con nosotros debido al exceso de velocidad, esa noche tuve que rezar a San ABS, si no llega a llevar ABS el vehículo, nos matamos. Cenita y a la cama sin mas, había sido un día bastante largo.
Al día siguiente nada mas salir de la habitación me quedo alucinado como cuidan todo, para que este perfecto, os puedo asegurar que con el calor que hace, tiene más merito todavía.
Daban ganas de sumergirse ya en la piscina pero debería esperarse
Desayunamos en EL Capricho, es temático pero los que se hospedan en el Club Diamond y Golden pueden comer y desayunar también. Después del desayuno a mirar el correo al lugar que tiene habilitado para el Club Diamond.
Ese mismo día nos sucedió algo que originó que nos pasarán automáticamente a el Ámbar y después la semana al Cayo Levantado. Pasamos el día en el Hotel y al llegar por la noche teníamos las pulseras del Ámbar en nuestra habitación.
Ese mismo día cenamos en el que hay en la playa que es tipo americano, te hacen a la brasa carne, chorizo, nos gusto bastante a los cuatro y mas aún el enclave, estas oyendo las olas y es al aire libre.
Después de cenar fuimos a pueblo príncipe a ver el casino y después nos pasamos a la discoteca. Nos lo pasamos genial, los españoles en cuanto nos metieron música conocida nuestra como locos a la pista. Nos tomamos cuatro Ron Añejo tostado con Coca Cola y a dormir como angelotes.
Pues para el Ámbar que nos fuimos a la mañana siguiente, hacer las maletas y para el Ámbar. He de decir que no he hecho tantas maletas en mi vida, contando las de ida y regreso, en total 4 fueron las veces.
La verdad es que es espectacular, merece la pena hacer el Upgrade.
La entrada al Lobby
Y a la playa de cabeza, queríamos aprovechar para ir a comprar al Cortecito. No tengo fotos pero fue una autentica excursión. Pasamos, entre otras cosas, por una charla en un hotel, de camino al cortecito, de una multipropiedad y os preguntareis, ¿a cambio de que?, pues a cambio de que nos acercaran al cortecito en barca y nos regresaran al Hotel nuestro en barca. La verdad es que nos llevaron dos chavales de Haití que nos acompañaron en las compras para que no nos engañaran y nos regresaron al hotel, les regalaron mi pareja amiga un par de gafas de sol y su propina. Lo pasamos genial, fue como nuestra segunda excursión.
Tarde de piscina y a arreglarnos a la habitación para cenar, no sin antes hacer una foto del atardecer en la piscina del Ámbar.
Que deciros de la habitación del Ámbar …impresionante, además, debido al problema que tuvimos nos dieron las mejores habitaciones, en esquina que son las más grandes y en primera línea de playa.
EL baño
La cama con dosel
Vistas desde la terraza
El bar de la piscina
Nuestra habitación es la de la esquina arriba del todo.
Por la noche cenamos en el Olivo, que esta genial.
Eso si, antes de la cena, nos tenían preparada una sorpresa en la habitación, gentileza del hotel.
Después de la cena, foto de rigor de la piscina de noche, a la izquierda podéis ver el
Olivo
Al día siguiente lo pasamos la mar de relajados en el Ámbar, observando al artista que hacia esto con las frutas, increíble.
Comimos en el snack bar pegadito a la playa, todo perfecto, es que el Ámbar no tiene nada malo. Y cenamos con el director del hotel en el Gourmet, que deciros de la cena…IMPRESIONATE. Si el servicio es ya bueno de por si, imaginaros cenando con el director del complejo Ámbar, mil atenciones y la comida ESPECTACULAR. Es el mejor restaurante de las dos semanas que comimos.
Después tomamos una copa en el Lobby con el director y nos acostamos pronto porque al día siguiente, después de una semana en Bavaro, nos íbamos al Cayo Levantado y eran 6 horas de coche, una autentica paliza para esas carreteras. La que os pongo en la foto era de peaje, por eso estaba tan bien.
Pasamos por los el parque nacional de los haitises.
Y llegamos a Samaná,
Aquí nos hicieron el checkin y cogimos el barco del propio hotel para llegar a Cayo Levantado.
Nada mas coger el barco ya veíamos la isla a lo lejos donde se haya enclavado el hotel, un lugar único y por ello lo hace tan especial.
Una vez en la isla, desde el embarcadero, fotografía de rigor a la entrada del hotel.
Nos fuimos de cabeza a comer algo, estábamos hambrientos y realmente cansados. Realmente fue un palizón de viaje.
Solo estaba abierto el snack bar para tomar algo, pegado a la piscina y para allí que nos fuimos. Nos quedamos alucinados con el mirador, que vistas…
Y después de comer a ver la habitación, una Júnior Suite, como el Ámbar.
Este era el aspecto de nuestra Villa.
Jacuzzi para 2 personas impresionante, el del Ámbar solo era para uno.
La cama
El resto de la habitación y la terraza.
Debajo de la villa teníamos este camino para bajar a la playa que veis en la imagen.
Allí pasamos la semana como auténticos reyes, miles de atenciones, nos llamaba el director de alimentos para ver donde cenábamos y nos preparaba una cena espectacular y un trato, de por si bueno, en exquisito
Llegábamos a la habitación antes de cenar y miles de atenciones…
Todas las noches bombones en la cama y pétalos.
Nunca salimos por la noche a Samana, que es donde estaba Pueblo Príncipe, nos daba pereza el tener que estar pendiente del barco para regresar, pero a lo lejos se veía donde estaba por la luz que había.
Tomábamos algo en la playa pública y rápido a dormir que estábamos reventados, eso si por el camino fotito a la entrada al embarcadero.
Y fotito desde el mirador a la piscina, podéis observar el tono verdoso del agua, andaban de cabeza para solucionarlo, la verdad es que el agua estaba asquerosa, todo lo contrario al Ámbar. No estaba verde pero era un azul sospechoso.
AL día siguiente decidimos que ya era hora de salir de la isla y dar una vuelta para comprar regalos y para allí que nos fuimos. Nos enteramos a que hora salía el barco y para el embarcadero y mientras llegaba el barco unas fotitos de la playa…
Del edificio central…
Y esta era la playa pública, si, la mejor playa y no es del hotel. Por ello, solo fuimos un día porque llegan excursiones y se acababa la tranquilidad. Hecha desde el barco la foto.
Nos llamaron a un taxi y así fue como conocimos a Biloria, un taxista buena persona y que trabajaba con la Isla de los famosos en Honduras. Nos contó mil anécdotas de Mario Picazo, Paula Vázquez y demás famosos que han participado.
Nos llevo al pueblo de Samaná, primero a un mercado típico y luego a tiendas varias para comprar regalos.
La de motos que hay, una locura y este el concesionario con una nueva.
De vuelta al hotel, foto al Pueblo Príncipe.
Al final de la tarde quedamos con él para realizar nuestra única excursión con él, Playa El Rincón, Las Terrenas y Cascada Limón. Fue un acierto porque es encantador, reímos, lloramos y lo pasamos genial.
Llegamos al hotel y todavía nos dio tiempo para darnos un chapuzón en la piscina del hotel. Todas las tardes nos íbamos a esta piscina a última hora porque estábamos en la gloria, solitos y veíamos pasar a la gente arregladita para cenar.
Pues dicho y hecho, al día siguiente quedamos con Biloria para la excursión, de camino a la playa El Rincón nos paro para tomar una piña, simplemente estaba buenísima, la mejor que he tomado en mi vida.
En la foto vemos a Biloria seleccionando la piña.
Curioso bicho apoyado en el coche, dice que da buena suerte y le llaman Esperanza. Enteramente parece una hoja.
Y el vehículo de Biloria, amplio y cómodo.
A lo lejos ya veíamos El Rincón.
Y la playa catalogada como una de las 10 mejores del mundo, sencillamente..sin palabras. No lucia mucho el sol y la foto no hace justicia.
Y de aquí a la cascada del Limón. Paramos en un sitio para coger los caballos y en el que después comeríamos.
La verdad es que es muy bonita pero es una paliza y con el calor que hace, se agradece el chapuzón final.
Después comimos y para las terrenas que nos fuimos, lo siento pero no tengo fotos porque nos vamos en la playa y de vuelta al hotel. Llegando a Samaná nos detuvimos para fotografiar la isla Cayo Levantado, que le da nombre al hotel.
Nos despedimos de Biloria y de vuelta al hotel, se nos fue en las mismas narices el barco y tuvimos que esperar al siguiente.
Llegamos al hotel nos arreglamos y nos fuimos a cenar, al Gourmet. Tomamos algo en el Lobby como casi todas las noches y nos acostamos pronto porque queríamos aprovechar a tope el último día que era el último en la isla.
Amanecía nuestro último día, como siempre a desayunar al edificio central. Allí estaba el Buffet principal y siempre se desayuna allí, se puede comer y cenar.
De camino a la playa, cada paso sonaba a despedida, nuestra bajadita a la playa…
Y pegado a la playita, en primera línea, los bungalows. El precio es astronómico y hay lista de espera para hospedarse en ellos.
Y por fin estábamos en la playa, al frente el islote
Y a nuestra derecha, la clase de Aeróbic diaria. Tambien hacían juegos, clases de baile, todo lo necesario para pasarlo bien, un diez por el equipo de animación, especialmente Fran y Chiquita.
Ese día comimos en la playa, prepararon una paellita y en medio de la comida, tromba de agua.
Tarde de playa, con siesta incluida y a prepararnos para nuestra última cena. Elegimos el Mediterráneo para despedirnos, el metre, no recuerdo el nombre, era competente a más no poder. Tomamos algo en el Lobby y a la cama, al día siguiente nos esperaba otras 6 horas de coche y luego coger el avión hasta Madrid.
Última mirada atrás a nuestra casa durante la última semana y rumbo a Madrid
Y este ha sido a grandes rasgos mis 14 días en la República Dominicana. Como veis pasamos por 3 hoteles, para mi el mejor el Ámbar. EL Cayo Levantado es el Hotel número uno de la República según Trip Advisor pero le falla algo y es que tienes una sensación de agobio importante, todos los días es lo mismo y si quieres variar, como ir a la discoteca o casino a pueblo príncipe, tienes que coger el barco y es algo que lo limita mucho. Lo pasamos genial, nos reímos como nunca y disfrutamos como siempre.
Saludos y para cualquier duda aquí me tenéis.