Museo del Louvre, zona de la Opera (sin la Opera), Arco del triunfo y Campos Elíseos
El sábado era el día de ir al Louvre. Pensábamos estar toda la mañana en el museo, luego ir a la zona de la Opera pero sin entrar porque los horarios de visita de ese día nos cuadraban muy mal y acabar el día viendo anochecer en el Arco del Triunfo.
Salimos del hotel tempranito (como siempre…) y cogimos el metro hasta Louvre-rivoli y como el museo no abría hasta las 9 y aún faltaba media hora, primero entramos a la iglesia de Saint Germain L’Auxerrois…. ya empezábamos a confundir unas iglesias con otras, menos mal que íbamos apuntando el orden de las visitas para luego poder identificar las fotos….
La iglesia de Saint-Germain L`Auxerrois es una Iglesia gótica que fue la parroquia de los reyes de Francia. El interior está formado por cinco naves sostenidas por columnas. Todo el conjunto está decorado con obras de arte, como el frontal flamenco de madera esculpida con pequeñas escenas que representan hechos de la vida de Jesús. Tiene magnificas vidrieras del siglo XV.
Junto a la iglesia esta La antigua Alcaldía del primer distrito parisino, construido en 1858. Entre el ayuntamiento y la iglesia hay una torre-campanario de estilo neogótico florido, de 1860. Este campanario no forma parte de la iglesia, sino del Ayuntamiento.
Nos encaminamos al Museo del Louvre. Fue construido a principios del siglo XIII, como fortaleza de protección de la ciudad y posteriormente se convirtió en la residencia Real. Finalmente Napoleón lo convirtió en un museo. La última modificación que se le hizo, durante el mandato de Mitterrand, fue la construcción de la Pirámide de Cristal. En el museo se exponen antigüedades orientales, egipcias, griegas, etruscas y romanas, esculturas, pinturas, artes gráficas, joyas de la Corona Francesa y objetos de arte. Alberga varios de los más celebres cuadros del mundo: La Gioconda, de Leonardo da Vinci, La Libertad Guiando al Pueblo, de Eugene Delacroix, La Coronación de Napoleón y El Retrato de Napoleón, de Jacques Louis David, Las Bodas de Caná de Veronés, La Encajera de Bolillos de Johannes Vermeer, La Duquesa de Villars y Gabriela d’Estrée, atribuido a Jean Cousin el Joven,
Sus obras escultóricas más afamadas podrían ser la Venus de Milo, la Victoria de Samotracia, el Código de Hammurabi, el Escriba Sentado y Amor y Psiqué.
Es un palacio enorme y aunque estuvimos casi toda la mañana, solo vimos unas pocas obras. Para verlo bien tendríamos que haber estado allí tres días….
Del Louvre salimos hacia El Jardín de las Tullerías, un gran jardín entre el Museo y la Plaza de la Concorde. Se construyó en el S XVI por mandato de Catalina de Médicis. En el Jardín hay varios estanques y fuentes y esculturas.
Al inicio del paseo se encuentra el Arco Del Triunfo del Carrousel. Napoleón Bonaparte hizo construir este arco entre 1806 y 1808 en conmemoración de sus victorias militares, con figuras de bronce y oro, otras expoliadas en sus victorias militares y bajorrelieves relatando sus victorias. Las cuatro columnas corintias son de mármol rosa, y sirve de pedestal a una estatua de un soldado con el típico uniforme de la Gran Armada napoleónica. Tras la caída de Napoleón el Arco sufrió diferentes transformaciones y restauraciones hasta su aspecto actual.
Atravesamos Las Tullerias, cuyos jardines estaban mustios y pelados por el frio (como yo, que ya empezaba a manifestar los primeros síntomas del tremendo gripazo que estaba incubando) y en la Place de la Concorde cogimos el metro hasta Saint lazare para ir a ver la Chapelle Expiatoire. La verdad es que nos podíamos haber ahorrado el viaje, ya que nos decepcionó bastante.
La Chapelle Expiatoire se construyó en 1815 como lugar de entierro de Louis XVI y María Antonieta, los últimos reyes de Francia. En dos tablas de piedra están inscritas las últimas misivas de los condenados de la familia real, incluidos los motivos de Dios para perdonar a sus enemigos. Es una capilla muy sobria, vacía y desangelada….igual era por que en todos los monumentos en los que habíamos estado había mucha gente, Parisinos, turistas y sin embargo aquí no había nadie y daba la sensación de abandono y tristeza. Puestos a comparar enterramientos, nada que ver con el ostentoso Memorial de Napoleón en Les Invalides que veríamos al día siguiente.
Tras hacer una paradita para comernos una Quiche, fuimos a ver las Galerias Lafayette. Ropa y artículos de lujo a tutiplén. No íbamos a comprar nada, pero el edificio es muy bonito con una gran cúpula de cristal en estilo Art Nouveau, junto con unas magníficas escaleras y balcones en cada piso.
Nos volvimos al Metro para ir a ver la Iglesia de San Eustache, que se había quedado pendiente el jueves por que ya estaba cerrada cuando pasamos por ella. Nos sorprendió ver ese día que en una de las puertas laterales de la Iglesia había una cola de gente esperando para poder entrar a cenar en un comedor social que tiene la Iglesia.
La Iglesia de Saint-Eustache es una de las iglesias más visitadas de Paris y una de las más grandes. Se comenzó a construir en 1532 y tardó casi un siglo en acabarse. Por su proximidad con el Louvre, era considerada iglesia real. Es una iglesia muy bonita, con muchas de las paredes pintada, techos altísimos y un gran órgano construido en 1854. Este órgano es uno de los más grandes de Francia (el tercero después de Notre Dame y la Iglesia de Saint Sulpice) y la Iglesia tiene una acústica excelente, por lo que se suelen celebrar conciertos en su interior….pero por desgracia esos días no había y no lo pudimos disfrutar.
Y de nuevo al metro para ir, ya casi anocheciendo, al arco del triunfo
El Arc de Triomphe fue mandado construir por Napoleón Bonaparte tras su victoria en la batalla de Austerlitz (1805). Esta inspirado en la arquitectura romana y alcanza una altura de 49 metros de alto y 45 metros de ancho. En su interior hay una exposición de acontecimientos históricos y de la construcción y decoración del Arco. Las vistas desde la zona superior del arco son muy buenas. Se observa como se unen las doce avenidas en la plaza, ves toda la avenida Champs Élysées, la zona de rascacielos modernos (a la que no fuimos) y la Torre Eiffel. En la base del arco hay inscripciones con los nombres de las batallas y la tumba del soldado desconocido, donde nos coincidió el cambio de guardia.
Para acabar el día nos faltaba dar un paseo por la calle más representativa de Paris, Les Champs-Élysées, con sus cafeterías y terrazas, sus tiendas de lujo, músicos ambulantes y multitud de gente paseando por ella…y un cafecito y un bollo para entrar en calor!!!
Nos dimos un saltito al Pont de Alexander III para hacer unas fotos.
Y tras los 7 km del día cogimos el metro para cenar cerca del hotel, en Le Reveil Du Xeme. Menos mal que el camarero hablaba español, por que la carta estaba escrita en una pizarra y eran comidas típicas y no teníamos ni idea de lo que eran. Pero estaba todo muy bueno y muy bien de precio.
Como era sábado nos fuimos a tomar unas cervecitas a Quartier General, un garito medio rocker donde además había un conciertillo (con canción de Manu Chao en Castellano incluida).
Estaba bien, aunque era bastante caro.
Y a descansar, que aún nos faltaba mucho que ver el domingo.