El 11 de julio alcanzamos Trondheim para una escala de 12 a 19 horas. En este puerto lo habitual es atracar en el puerto (que está muy próximo al centro); pero nos llevamos la sorpresa de que el Costa Pacífica iba a atracar y tendríamos que bajar en lanchas hasta el muelle. Una faena porque eso siempre implica pérdida de tiempo y nosotros llevábamos de casa un recorrido de unos 20 kilómetros para visitar todos los recovecos de la ciudad.
Al igual que sucediera en Leknes, Costa nos avisaba en el Diario de a bordo que los cruceristas que no tuviéramos excursión contratada con ellos íbamos a tardar en bajar. Pero en la práctica ocurrió lo mismo y nosotros desembarcamos en el primer bote. A las doce y cinco estábamos en puerto, con la mochila a la espalda, dispuestos a realizar nuestro recorrido. Bajamos de las lanchas y nos dirigimos hacia Sverresborg, un museo al aire libre en el que hay expuestas infinidad de casas construidas con diversos estillos noruegos. De camino allí pasamos por un mirador con unas vistas excelsas sobre Trondheim, disfrutando de las curvas del río Nidelva y de la imponente Catedral. También atravesamos un monte con encanto, con sendas forestales preciosas que desembocan directamente en el citado museo al aire libre.


La entrada a Sverresborg cuesta 150 coronas noruegas y nosotros le dedicamos unas dos horas a admirar todo lo que allí nos muestran. Además de ver las casas, puedes entrar dentro de muchas y ver cómo están distribuidas.Y algunas sorpresas que más que tampoco es plan desvelarlas. Aunque nosotros fuimos andando, hay buses urbanos que llegan hasta allí y si no, pues tenéis taxi (la dirección es Sverresborg Allé 13, 7020 Trondheim). Andando llevará unos 45 minutos. En internet tenéis guías que os dan más datos, yo os dejo a continuación la página web oficial:
sverresborg.no/english/



Salimos de Sverresborg y volvemos al centro de Trondheim pero por otro camino. Esta vez lo haremos bordeando un embalse y acompañando un río, con un bonito merendero y una cascada incluidos. Una vez abajo, vamos por la calle principal directos a la Catedral. Pasamos por la plaza central y por los principales monumentos, desembocando en Nidaros, la verdadera joya arquitectónica de la ciudad. Allí al lado está la única tienda de recuerdos que nos encontramos (al margen de la del museo).





Prácticamente todo lo importante de Trondheim está junto, así que tus gustos son diferentes a los nuestros y te gusta moverte menos, no te preocupes que aquí lo tienes fácil. Cerca de la Catedral está el puente viejo, desde donde hay unas bonitas vistas sobre el río Nidelva, con los bonitos almacenes de colores colgando sobre sus aguas. La típica foto que si vas a Trondheim la tienes que hacer sí o sí.


En el otro margen del río hay varias cafeterías típicas para turistas y está el punto de inicio de la empinada cuesta que te lleva hasta el fuerte. Desde arriba tienes vistas de Trondheim, pero a mí personalmente me gustaron más las que había desde Sverresborg. Dimos una vuelta rápida porque el tiempo empezaba a echársenos encima y regresamos en dirección al muelle. En el punto de recogida de las lanchas realizamos una de las pocas colas que hicimos en todo el crucero. Casi todos los pasajeros coincidimos en ir a última hora y se montó un pequeño atasco.





NOTA: Como os comento en otras entradas, si alguien está interesado en el track para llevar nuestro recorrido en un GPS podéis mandarme un mensaje directo contándome vuestro e-maul y os lo mando sin problemas.