5 noches en Satara Camp
Ay Satara!!! ¡Cuánto me acuerdo de nuestro querido amigo D.C! Él es Kruger adicto empedernido y el responsable de nuestra adicción y siempre me recomendaba SataraSataraSatara y Satara. Y cuanta razón tiene. Nuestro primer año solo pasamos allí una tarde-noche mal optimizada que no se nos dio demasiado bien…recuerdo que escuchábamos leones pero no los podíamos ver en la vaguada, hicimos un game drive al amanecer un poco sosete, también salimos demasiado pronto para Olifants…en definitiva le dedicamos muy poco tiempo. Pero en los siguientes viajes le hemos dedicado más y mejor tiempo….y sin duda para ver felinos para nosotros es la zona más interesante y tranquila del centro-sur. Mucha felina sabana y algo alejado del meollo concentrado desde Skukuza hacia el Sur.
Tanto nos mola que en el anterior viaje íbamos a pasar tres noches y acabamos pasando cuatro, y esta vez íbamos a pasar cuatro y finalmente han sido cinco…y no nos hubiera importado alguna más.
Supongo que es una mezcla de suerte, de timming -eso de estar en el lugar y momento adecuado-, de que nos vamos conociendo la zona, de las lluvias o no lluvias…Pero sin duda Satara también en esta ocasión nos ha regalado el momentazo del viaje porque ¡por fin hemos conocido al escurridizo, veloz y esbelto guepardo o cheetah!.
Hay pocos guepardos, solo unos 225 según el San-park cuaderno en una extensión como Cáceres decía el blablablá de la Wikipedia. Es un experto en el camuflaje,…la altura del bush/vegetación dificulta encontrarlo, esconde sus inodoras crías…. No lo pone nada fácil el gatito aunque hay quien lo ve a la primera. Pero para nosotros se había convertido en una especie de entelequia y en nuestra excusa para volver a Kruger. Dicen que siempre hay que dejarse una especie para volver pues el gato veloz de lunares era la nuestra.
Y por fin cuando Urano y Plutón se alinearon…alguien nos indicó en un inglés caótico: delante del big tree hay un matojo pues detrás, al lado, a la derecha, en medio y a la izquierda todo eso junto hay un guepardo. Yo miraba y remiraba con los prismáticos el matojo en cuestión y no encontraba nada, me pareció ver algo diferente justo en el medio…pero no cuadraba del todo con la confusa explicación de la chica que ya se había ido. Armados de paciencia, suerte y prismáticos, acabamos encontrándolo en ese centro sospechoso del matojo …y a unos ¿500 metros? Por fin podíamos disfrutar algo de él...Lejos, pero estuvimos más de una hora disfrutando de él a ráfagas fugaces; salía de entre el matojo, se ponía de pie, se sentaba un instante, ladraba hacia los cuatro puntos cardinales, esperaba inquieto moviéndose apenas nada, solo las orejas, y de nuevo se escondía haciéndose invisible como un fantasma…Cuando salía lo veíamos regubien, algo lejos, poco tiempo…y sin duda queríamos más. Decidimos apostar todo al cheetah y usar nuestro super poder la paciencia.
A ratos estábamos solos, a ratos se paraba alguien, preguntaba, miraban un ratito lo veían o no según el timming de cada uno y se iban…Nosotros esta vez teníamos muchos días, mucho tiempo que nos hacía sentir relajados y afortunados…No nos importó esperarle y… la paciencia tuvo su premio.
Al caer la tarde, estando nosotros solos con el motor apagado, el animal salió de su escondite mucho mas inquieto, ladraba y esperaba respuestas más desesperado que en la mañana, …cuando de repente vino caminando directamente hacia nosotros y estuvo a nuestro lado, a metro y medio, dos metros,…sentado junto y frente a nosotros, luego sentado en un cercano y clásico termitero desde donde oía y oteaba…también se sentó en la carretera,….se movía, iba, venía, llamaba, escuchaba, y de nuevo esperaba sin haber respuestas,…solo silencio...
Inquieto, nervioso, cruzó al otro lado, y cuando creíamos que desaparecería corrió y apareció de nuevo a nuestro lado, tan cerca, tan bonito, tan emocionante, que todo el cuerpo me temblaba de una agradable y nueva wild-emoción.
Los ladridos y la falta de respuesta daban pista de que algo le pasaba, parecía haber perdido a alguien…quizás a las crías…todo eran conjeturas…
Pero un guía acabó corroborando nuestra hipótesis de que unos leones, que no andaban lejos, habían matado las crías…una pena a la vez que cosas de la wildvida.
Con ella y sus llamadas apuramos la satara-tarde…que nos regaló recuerdos, miradas, sonidos, carreras, siluetas, silencios, colores, luces, pieles,…inolvidables.
Pero aún hubo más… Satara fue muy generosa y al día siguiente por la tarde decidimos volver a pasar por allí, más bien por los alrededores de aquella encrucijada…Con el motor apagado me pareció escuchar su ladrido,… ya parecíamos bosquimanos jajaja no solo usamos la vista si no que os prometo que usamos el oído, el olfato y esta vez le hemos hecho hasta más caso a las huellas
Y el oído funcionó, no era un pájaro, era ese sonido…esa llamada… ¿era ella?, no podía ser!, pero con Urano y Júpiter de nuevo alineados…ante mi en la lejanía apareció su silueta fugaz y lejana como un fantasma, solo la vi un nanosegundo puesta en pie…y hasta me costó convencer al maridín del fugaz avistamiento….pero mientras discutíamos en modo “que sí”, “que no”, “que sí sí al 100% “…. Me da por mirar hacia la parte de atrás del coche y ahí estaba ella ...en mitad de la solitaria pista de nuevo junto a nosotros…para nosotros…y de nuevo tiemblo de emoción.
Que momentazo cuando miré y lo encontré allí después de verlo como un fantasma cuadrúpedo en la mucha distancia. "Estufectada" me quedé. ¡¡Que belleza de animal!!, ¡¡que piel y que caderas!!...Y así posó, llamó, regalándonos una prórroga y acabar desapareciendo de nuevo entre la alta sabana.
Y fue entonces cuando vimos dos cabezas, andaba acompañada quizás por su compañero...y los dos cheetahs se esfumaron juntos como un espejismo. No daba crédito de nuestra suerte, de la suma de casualidades, y daba las gracias al timming dichoso y a los planetas . Fue un re-encuentro inolvidable, una sorpresa y un lujo volverla a ver de nuevo en la intimidad, …. Disfrutamos mucho, y es de los avistamientos que se queda con nosotros para siempre.
En Satara hemos tenido muchos de nuestros mejores avistamientos, allí vimos el año pasado dos manadas de leones que teníamos localizados y visitábamos con frecuencia…fue allí donde vimos al único león blanco de Kruger, la muerte anunciada de un hipopótamo, los carroñeros, algún leopardo fugaz, “el león verde o león como papas” que llamamos entre nosotros cariñosamente porque estuvimos con el horas y estuvimos comiendo a su lado… Guardamos muy buenos recuerdos de esos leoninos avistamientos, casi todos muy íntimos y con íntimo me refiero a estar a solas con el animal, …nada de peloteras de coches que a veces es cierto que en algunos avistamientos se forman. Y no solo los cats,… también hay peloteras digamos que casuales debido por ejemplo a las manadas ó imponentes individuos solitarios…
El año pasado en Satara los leones los disfrutábamos en las pistas, sobre todo en la muy interesante y clásica S100, donde leones, leopardos y guepardos comparten sabana y ribera del río. Pero este año ha sido en la H6 donde hemos disfrutado de las manadas de leones. Revoleados en el calentito asfalto, rodeados de boñigas de elefante disfrutaban ellos y nosotros de las vistas...
Una mañana vimos el comienzo del acecho de una leona a un ñu, pero el escandaloso motor de un viejo camión convertido en caravana preparada para una guerra nuclear que va viajando por el mundo le cortó el rollo a la leona y a los demás que con los motores apagados intentábamos a espaldas de la leona interrumpir lo menos posible la escena. Una pena, pero esto a veces pasa.
No hay que olvidar que un safari es un game, un literal juego, y hay muchas variables con las que jugar, entretenerse y aprender…Y nosotros, como siempre, le prestamos atención no solo a los grandes mamíferos y felinos…si no que también observamos lo pequeño incluso a los nuevos aliens que nos cruzaban la carretera y que rozan lo pelín desagradable…o a las graciosas “mangurrinas”…
Tener tiempo te permite entretenerte más con todo, disfrutarlo mucho más, correr menos…porque realmente, siempre lo digo, en Kruger no cabe la vida el tiempo vuela y hay tanto por ver y conocer. Hemos disfrutado mucho de las aves, intentando aprender de un mundo más desconocido para nosotros. Son muchos los “pajareros” que practican el birding en Kruger, tanto el Sur como el Norte son buenas zonas. Nosotros hemos disfrutado desde las rapaces.
De los pequeños abejarucos multicolores
De los imponentes carroñeros
De coloridas acuáticas
De pacientes garzas goliats
Y hemos disfrutado mogollón con las enoorrmes, acrobáticas y espectaculares bandadas de pequeños Williams que encontramos solo por esta zona de Satara. Y que nos regalaron momentos increíbles en la carretera, al amanecer y atardecer cuando iban o venían en tropel a sus dormideros…
Tardamos en ver a nuestras queridas gallinas de Guinea, pensábamos que habían desaparecido…pero se ve que andaban criando y que han cambiado sus hábitos. Nos gustan, y las disfrutamos.
Vimos muchísimas carracas europeas que junto a la carretera y pistas se juegan la vida para cazar a lo fácil los abundantes saltamontes atontados o espachurrados.
Francolines de natal sustituyendo en los arcenes a nuestras preferidas gallinas, muchas hermosas águilas Bateleur, águilas pescadoras, marciales, browns, ….
Quizás pocas avutardas Kori, calaos y serpentarios/secretarios comparado con otras visitas… y como siempre mogollones de escandalosos güe-uei...
Jirafas, elefantes, avestruces…"cebrañus"… kudus, algunos rebozados en barro como éste...
La zona de Satara como bicheo gatuno es considerada de las mejores, aunque las instalaciones del campamento quizás no son nada del otro mundo. Es quizás un campamento aparentemente poco escénico pero su ubicación privilegiada rodeada de la sorprendente sabana y su orientación este-oeste regala momentos como estos amaneceres …
…y atardeceres …
Satara camp es de tamaño mediano y en él los bungalows están ordenados en círculos, oferta zona de acampada/caravanas, baños y cocinas comunes, alguna safari tent, alguna cottage que no tengo muy ubicada. Tienda-supermercado mediana bastante apañada, restaurante tipo cadena, pizzería take away y un par de mostradores con magdalenas y algo de bollería dulce y salada.
Su perímetro aparentemente es el más feo dando a la pura y llana sabana aparentemente vacía
Pero no os dejéis engañar por la falta de verde, que la sabana según sus luces regala…momentos bonitos como estos …
En general acción vimos poca acción pero acompañamos a este chacal mientras merendaba...
Además de la S100, la H6, la H7, S36, S39, S40… solemos acercarnos al mirador de Orpen que creo que ya es una costumbre comernos allí algún picnic,…frente a los cocodrilos, hipopótamos, esporádicos impalas, jirafas, waterbacks, remotos elefantes, rapaces volando….nos gusta y reconozco que le tenemos como cierto cariño.
Sin duda nuestro balance y enamoramiento de Satara aumenta en cada viaje por la suerte que tenemos con los avistamientos…por sus felinos…por estar algo mas al norte y quizás ser mas tranquilo…Y en eso nos vamos pareciendo, además de a nuestro amigo, y a los propios sudafricanos que suelen elegirlo como campamento único y base para sus escapadas.
Como os comentaba en preparativos pensábamos pasar cuatro noches, y acabamos cambiando sobre la marcha para disfrutar de los lindos gatitos y pasando cinco
Desde ahí pensábamos ir quizás más al norte pero al final solo nos acercamos al puente sobre el río Olifants. Esta vez no hemos usado Olifants camp, el más panorámico de los camps, pero sí lo hicimos en la primera visita.