La segunda jornada la teníamos reservada para la visita obligada de Monreale. Estar tan céntricos tenía sus ventajas y el autobús que nos llevaría a Monreale estaba a 10'. Saliendo del hotel y andando por la Via Maqueda hasta Quatro Qanti y de ahí sigues arriba por la Via Vittorio Emanuele pasando junto a la catedral llegas a la Porta Nuova, desde la que accedes a la Piazza Independenza donde pegado al complejo del Palazo Normanni está el puesto de venta de billetes: I/V 2’80 €/persona, autobús nº 389, el trayecto dura 30’ y te deja al inicio de una calle empinada que recorres en 5’ pues la plaza de la iglesia no llega. Estando a punto de comprar el billete del bus en el kiosco nos abordó un joven ofreciendo el servicio de un taxi para ir a Monreale por 40 €, estuvo un buen rato intentando convencernos de evitar esperas de bus y subidas de calles pero al final declinamos con acierto pues no es para tanto. El tema de los espontáneos saliendo al encuentro es recurrente en Sicilia, la verdad es que uno no llega a acostumbrarse a eso.
La iglesia de Monreale es impresionante y bien vale la visita la entrada es gratuita aunque la sacristía se paga, el claustro anexo cuesta 6€. El conjunto se puede ver en 2 hrs.
Iglesia de Monreale
Claustro de la iglesia de Monreale
Comimos un arancini en el bus de vuelta a Palermo con tal de que nada más llegar ver el Palazo Normanni y Capilla Palatina que se accede por la misma Piazza Independenza , está a 5’ de la parada del autobús. La entrada al complejo cuesta 12€ y entra la capilla palatina que está en la primera planta que es como si estuvierais viendo Monreale pero en pequeño, y el palacio que es básicamente las dependencias del parlamento Siciliano incluido la sala de plenos. También había en la planta baja una exposición del novecento italiano.
Iglesia palatina en el Palazo Normanni
Volvimos por la Via V. Emanuele para dirigirnos a la catedral de Palermo, donde como no, estaban celebrando una boda (no ha habido un día en Sicilia sin ver como mínimo una boda). No vimos las catacumbas con el tesoro ni el paseo por el tejado y no teníamos ganas, una vuelta por los alrededores y unas cuantas fotos, la verdad es que es más bonita por fuera que por dentro.
Catedral de Palermo
Aunque daba morbo visitar las catacumbas de los monjes capuchinos que no está muy lejos de ahí, desde el primer momento decidimos no incluirlo en el itinerario aunque algún lugareño nos dijo que realmente impresiona ver las momias en la pared y su estado de conservación.
Al hotel pronto para estar antes de las 21 hrs. en el restaurante Ferro di Caballo, ahora sí que pudimos cenar y por poco, pues a los 10’ ya había cola para sentarse. Cenamos muy bien, selección de antipasto típico siciliano, pescado por 35€ en total.
Después recorrimos la animada Via Maqueda hasta el teatro Massimo, y vuelta al hotel.