Día 19 de Agosto, salimos temprano con el coche, este día tocaba llegar al Cape Tribulation, que son unas tres horas aproximadamente, pero como queríamos visitar varios lugares trasladamos más .
Por el camino cerca de Trinity Beach, hay una gran explanada de hierba, a la altura de la salida hacia Trinity Beach, allí hay varios canguros comiendo hierba, la lástima es que cuando fuimos nosotros estaban en el punto más alejado de la carretera y en el campo ya pone que esta prohibido entrar, propiedad privada, por lo que no los vimos demasiado bien.
Primero nos dirigimos a Kuranda, que está en la cima de una montaña cerca de Cairns, subimos con el coche, aunque también se puede subir en teleférico, aunque es bastante caro, es un pueblo hippie que se creo de los años 60, la idea era primero ir al centro artesanal donde hay mercadillos todos los días, pero a la hora que llegamos todavía no había nada montado.
Por lo que nos dirigimos a la Barron Gorge, que está a tan solo unos minutos de distancia en coche, dejamos el coche en el aparcamiento y cogimos el camino hacia el río, al cabo de poco rato llegamos al mirador que nos ofreció unas espectaculares vistas de las cataratas del Río Barron.
Como era época seca no tenía un gran caudal de agua pero igualmente es un lugar muy a tener en cuenta, el camino de ida y vuelta fueron unos treinta minutos y las vistas son fantásticas.
De vuelta a Kuranda ya habían abierto algunos tenderetes y tiendas, aprovechamos para comprar un boomerang muy bonito en un centro tradicional.
Bajamos otra vez a la carretera principal de la costa y paramos en Palm Cove una playa, donde no te aconsejan bañar pues hay bastantes cocodrilos, medusas, etc., las vistas valen la pena, estuvimos paseando un poco por la playa.
La siguiente parada la hicimos en Port Douglas, es la población turística por excelencia de la zona noreste de Australia, donde van muchos de los famosos Australianos.
Al final de Macrossan St. hay la preciosa playa, la four mile beach, donde paseamos y continuamos visitando la población, con algunos edificios del siglo XIX, que para ellos son muy antiguos. En esta zona empieza el Daintree Forest, la selva tropical más grande de Australia y la más antigua del planeta, aprovechamos para comer en Port Douglas.
Siguiendo por la carretera, atravesando muchísimas plantaciones de caña de azúcar, llegamos al rio Daintree, el cual cruzamos con el ferry, hay que pagar 25 dólares que vale la ida y vuelta, la duración es de aproximadamente 5 minutos.
Una vez al otro lado cada vez la selva es mas frondosa, con letreros avisándote de cuidado con los Casuarios, un pájaro enorme, que la verdad no vimos ninguno, por el camino paramos en el mirador Monte Alexandra, donde hay buenas vistas de la selva junto al mar.
Llegamos a la zona de playas de Cape Tribulation, aquí mi mujer quedo enamorada del lugar, son kilómetros de playa, con la selva entrando en el mar, sin casi turistas, en aquel momento eramos solo cuatro personas en una playa inmensa, impresiona ver los cientos de manglares a pie de playa como van remojando sus raíces en el mar, es una preciosidad.
Nos dirigimos al hotel que era el Cape Tribulation Beach House, un hotel dentro de la selva, con cabañas de madera, es un lugar muy especial y con mucho encanto, tiene una salida a la playa desde el restaurante, pero ya nos avisaron que no nos acercáramos al agua, pues el día anterior había algún que otro cocodrilo merodeando por la zona.
El hotel está totalmente integrado en la selva, tiene un restaurante al aire libre bastante bien de precio, donde por la noche hacen una hoguera como centro de reunión, lastima estar tan poco tiempo, pues el lugar vale mucho la pena, no es que hayan muchas cosas que hacer pero se respira muchísimo relax.
Por el camino cerca de Trinity Beach, hay una gran explanada de hierba, a la altura de la salida hacia Trinity Beach, allí hay varios canguros comiendo hierba, la lástima es que cuando fuimos nosotros estaban en el punto más alejado de la carretera y en el campo ya pone que esta prohibido entrar, propiedad privada, por lo que no los vimos demasiado bien.
Primero nos dirigimos a Kuranda, que está en la cima de una montaña cerca de Cairns, subimos con el coche, aunque también se puede subir en teleférico, aunque es bastante caro, es un pueblo hippie que se creo de los años 60, la idea era primero ir al centro artesanal donde hay mercadillos todos los días, pero a la hora que llegamos todavía no había nada montado.
Por lo que nos dirigimos a la Barron Gorge, que está a tan solo unos minutos de distancia en coche, dejamos el coche en el aparcamiento y cogimos el camino hacia el río, al cabo de poco rato llegamos al mirador que nos ofreció unas espectaculares vistas de las cataratas del Río Barron.
Como era época seca no tenía un gran caudal de agua pero igualmente es un lugar muy a tener en cuenta, el camino de ida y vuelta fueron unos treinta minutos y las vistas son fantásticas.
De vuelta a Kuranda ya habían abierto algunos tenderetes y tiendas, aprovechamos para comprar un boomerang muy bonito en un centro tradicional.
Bajamos otra vez a la carretera principal de la costa y paramos en Palm Cove una playa, donde no te aconsejan bañar pues hay bastantes cocodrilos, medusas, etc., las vistas valen la pena, estuvimos paseando un poco por la playa.
La siguiente parada la hicimos en Port Douglas, es la población turística por excelencia de la zona noreste de Australia, donde van muchos de los famosos Australianos.
Al final de Macrossan St. hay la preciosa playa, la four mile beach, donde paseamos y continuamos visitando la población, con algunos edificios del siglo XIX, que para ellos son muy antiguos. En esta zona empieza el Daintree Forest, la selva tropical más grande de Australia y la más antigua del planeta, aprovechamos para comer en Port Douglas.
Siguiendo por la carretera, atravesando muchísimas plantaciones de caña de azúcar, llegamos al rio Daintree, el cual cruzamos con el ferry, hay que pagar 25 dólares que vale la ida y vuelta, la duración es de aproximadamente 5 minutos.
Una vez al otro lado cada vez la selva es mas frondosa, con letreros avisándote de cuidado con los Casuarios, un pájaro enorme, que la verdad no vimos ninguno, por el camino paramos en el mirador Monte Alexandra, donde hay buenas vistas de la selva junto al mar.
Llegamos a la zona de playas de Cape Tribulation, aquí mi mujer quedo enamorada del lugar, son kilómetros de playa, con la selva entrando en el mar, sin casi turistas, en aquel momento eramos solo cuatro personas en una playa inmensa, impresiona ver los cientos de manglares a pie de playa como van remojando sus raíces en el mar, es una preciosidad.
Nos dirigimos al hotel que era el Cape Tribulation Beach House, un hotel dentro de la selva, con cabañas de madera, es un lugar muy especial y con mucho encanto, tiene una salida a la playa desde el restaurante, pero ya nos avisaron que no nos acercáramos al agua, pues el día anterior había algún que otro cocodrilo merodeando por la zona.
El hotel está totalmente integrado en la selva, tiene un restaurante al aire libre bastante bien de precio, donde por la noche hacen una hoguera como centro de reunión, lastima estar tan poco tiempo, pues el lugar vale mucho la pena, no es que hayan muchas cosas que hacer pero se respira muchísimo relax.