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La siguiente etapa es un parque de atracciones llamado Six Flags Great Adventure & Safari, situado en el municipio de Jackson New Jersey. Salimos de Nueva York a la tarde, para llegar a dormir a un hotel cercano al parque, así conseguíamos despertarnos cerca del parque para llegar pronto, y por otra parte dormir en un hotel fuera de Nueva York, que siempre es más barato. Este parque está a una hora, más o menos, de Nueva York.
A las 10 de la mañana abría el parque, y ahí estábamos los primeros para después salir casi los últimos. La entrada al parque era más bien cara, y nosotros compramos un paquete que incluía la noche en el Holiday Inn, 5 entradas al parque y parking para el coche por algo menos de 400$ (supongo que habrá alguna forma de encontrar entradas baratas, pero no la descubrimos).
La primera sorpresa al entrar al parque era la seguridad. Pasamos por los arcos de seguridad para detectar metales y las mochilas las pasaban por rayos X, pero……no eran armas lo que buscaban. Estaba prohibido meter comida al parque, así que los bocatas que llevábamos preparados para comer y la fruta, la detectaron con los rayos X y no nos la dejaron pasar. Por supuesto, después la comida dentro del parque tenía un precio prohibitivo, pero ya no te queda otro remedio que comer dentro.
El parque tenía un montón de montañas rusas: una que vas de pie, otra que vas tumbado, una caída libre brutal….. Había un montón de montañas rusas, y cada una más espectacular que la anterior. Como fuimos un miércoles, no había demasiadas colas y tenían una app que informaba del tiempo de espera en cada atracción.
Al final del día, prácticamente nos dio tiempo de subir en casi todo.
Lo bueno de este parque, además de las atracciones tan espectaculares es el Safari. Aquí fue donde hicimos algo más de cola, y de haberlo sabido, hubiéramos venido aquí a primera hora que había menos gente. El safari está fenomenal. Te suben en unos camiones y hacen un recorrido donde ves todo tipo de animales: jirafas, osos, canguros, cebras, leones…. A mi esta fue la parte que más me gustó de este parque.
Al final, acabamos el día rendidos. Nos fuimos casi a la hora de cerrar el parque y todavía nos quedaba casi dos horas de coche hasta llegar a dormir a Lancaster. Lo curioso de estas carreteras, que aun siendo de noche, van llenas de coches.
En Lancaster, dormimos en el hotel “The Country Inn of Lancaster”. El hotel más barato de todas las vacaciones, y posiblemente el que más encanto tenía de todos en los que hemos estado. El desayuno no era muy variado, pero todo lo que había era de buena calidad. El personal del hotel fue super atento, y aparte de todo eso, tenían una máquina de hacer palomitas que mis hijos no se despegaban de ahí.
En Lancaster, solo estuvimos un día, pero si volviésemos a repetir el viaje, al menos pasaríamos allí un par de días. Mi mujer, que le gusta el tema de patchwork, entraba en las tiendas de telas y ya no salía de allí. Estuvimos en un Farmers Market donde nos gustaba todo lo que tenían. Muchos de los puestos los atendían Amish, y había un poco de todo (mermeladas, chocolates, adornos…) Comimos en un puesto de este mercado y estuvo fenomenal.
Dimos un paseo por un centro comercial llamado Kitchen Kettle Village, y entre las tiendas de artesanía, y muchas familias de Amish haciendo por allí la compra…. La verdad es que volvimos encantados.
Al principio, llevábamos la idea de dar un paseo en un coche de caballos de los Amish, pero en cuanto vimos a unos turistas se nos fueron las ganas. Era tan bonito ver a madres con sus hijos en los carros, que luego ver a turistas en carros parecidos ya no tenía ningún encanto. Por cierto, además de los carros, lo mejor de todo eran las bicis sin pedales, eran preciosas...
Con el coche, nos fuimos a recorrer carreteras secundarias para ver los puentes cubiertos de madera, y el paseo también fue muy bonito. En una de las carreteras, había un puesto de sandías, con una caja para que dejes dos dólares y cojas la sandía que te guste. Por supuesto, nos compramos una sandía que nos supo a gloria.
A la tarde, nos fuimos a Hershey, que está a unos 45 minutos de Lancaster. Queríamos ver la fábrica de chocolate de Hershey donde hacen tours guiados a la fábrica. Cuando llegamos, descubrimos que no era una fábrica de chocolate normal, era un parque de atracciones dedicado al chocolate. Solo teníamos tiempo de hacer el tour de la fábrica. Parque de atracciones ya habíamos hecho el día anterior. El tour lo tenían muy bien montado, aunque por supuesto, mejor montado tenían después la tienda. Había todos los productos d echocolate que alguien se pueda imaginar. Al salir, aun sacamos tiempo de entrar en un outlet cercano, aunque solo estuvimos 20 minutos porque era la hora de cerrar.
Al final del día, de nuevo al coche y rumbo a Washington que teníamos un par de horas de coche.
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