Ahora, nos toca disfrutar de Washington un par de días. Nos alojamos en el hotel Homewood Suites by Hilton Washington DC Convention Center, que está a unos 15 o 20 minutos caminando del National Mall.
Al llegar al National Mall, estábamos casi solos. No se si será así, pero yo me llevé la idea de que la mayor parte de los turistas, lo que hacen es una excursión en el día desde Nueva York, por eso a primera hora está todo bastante tranquilo, hasta que comienzan a llegar autobuses de turistas.
Al llegar al National Mall, fuimos al Smithsonian Castle, donde está el visitor center donde informan de los lugares que pertenecen a la institución Smithsonian, y además son todos gratis. Al salir, nos dirigimos al museo del aire y del espacio, y es uno de esos sitios que sabes que vas a recordar para siempre. El Apolo XI no lo pudimos ver porque creo que lo tenían de gira en algún sitio, pero aun así, todo lo que había era impresionante.
Nada más entrar, tienes de frente un módulo lunar, levantando un poco la vista, estaba el mítico Spirit of St Louis, y en cuanto te metías un poco por las salas, cada una era más impresionante que la anterior. Había una sala dedicada a los hermanos Wright, otra de los pioneros de la aviación…… Nosotros cogimos una audioguía en español que ayuda bastante a entender los objetos expuestos. El museo abarca desde los comienzos de la aviación, hasta aviones de la guerra mundial, misiles… y también todo lo relacionado con la historia espacial, explicando las misiones Apolo a la luna, mostrando trajes de astronauta…. Además de las salas, entramos en una proyección en 3D (esta ya era de pago) y vimos un reportaje de la próxima misión que se está preparando para que el hombre pueda llegar a Marte que era más que interesante.

Al final, echamos casi toda la mañana en el museo del aire, y cuando salimos, ya se veía el National Mall cargadito de turistas. Mos fuimos hacia el Capitolio, donde nos hicimos la foto de rigor, y justo detrás otro de los descubrimientos de Washington: la biblioteca del congreso. Dentro, tenían una Biblia de Guttemberg, y aunque a la biblioteca no teníamos acceso, se podía ver desde un balcón y era preciosa. El edificio no tenía desperdicio.


Al salir, ya era tarde y comimos en el primer sitio que vimos en Pennsylvania Avenue (había varios sitios para elegir). Terminamos de comer con un helado para refrescarnos (ese día también hacía mucho calor) y fuimos recorriendo el National Mall hasta el museo de historia natural (también gratuito). Como habíamos pasado tanto tiempo en el museo del Aire, aquí llegamos tarde y tuvimos que recorrerlo bastante rápido. Fuimos a ver el diamante Hope (que según cuenta la leyenda tiene una maldición que persigue a sus dueños), vimos los dinosaurios, al elefante Henry, y estuvimos con un guía del museo que nos contó cosas interesantísimas de la vida de las abejas.
Cuando cerró el museo, seguimos caminando por el National Mall, pasando por el obelisco hasta llegar al Lincoln Memorial, aunque aquí había ya demasiada gente. Había un grupo de música ambientando un poco el lugar.

Al final, volvimos por el Vietnam Memorial hasta llegar a la Casa Blanca. A estas alturas del día ya estábamos reventados, así que cogimos un Uber que nos llevó hasta el hotel. Compramos algunas cosas en un supermercado que había al lado (abierto 24h) y cenamos en la habitación (creo que todos los hoteles Homewood tienen cocina en la habitación).

A la mañana siguiente, salimos caminando del hotel, hasta llegar a una parada de metro (5 o 10 minutos andando). Subimos al metro y nos dirigimos al cementerio de Arlington, un lugar que impresiona. Hicimos la visita típica, a la tumba del soldado desconocido, vimos el cambio de guardia, y la tumba de los Kennedy. Nos confundimos de camino y estuvimos un buen rato caminando dentro del cementerio. Al final, cogimos el metro de vuelta hacia el centro y nos metimos a visitar el museo del espía. Es un sitio curioso, sobre todo para los fans de James Bond, tienen muchos de los artículos usados en sus películas, incluido un Aston Martin, pero lo más divertido debe ser contratar una misión, pero nosotros no lo hicimos ya que íbamos un poco mal de tiempo. Volvimos al hotel a coger el coche y nos fuimos al Zoo que también es de la institución Smithsonian y por tanto es gratis. El zoo era un lugar muy agradable para dar un paseo, sin embargo, no es el más espectacular de los que hayamos visto. Había muchos sitios que o bien estaban vacíos, o no conseguíamos ver a los animales. Pero bueno, monos, elefantes y osos pandas si que pudimos ver.

Al final ya era tarde, y nos quedaban casi 4 horas de coche hasta un hotel cercano al Woodbury Common Outlet. El día siguiente, para alegría de mis hijas, lo dedicamos entero a ese Outlet (de esto pocas cosas interesantes os puedo contar), y del outlet, otras 4 horas más hasta llegar a Boston, última etapa del viaje.