Nada más desayunar la exquisitez que nos dieron en el campamento, salimos hacia el Mar Muerto por interminables carreteras desérticas.
De vez en cuando se veían pueblecitos cuyas casas me recordaban mucho a las casitas de un Nacimiento.
Antes de llegar, Mohamed nos mostró una estatua de piedra y nos explicó que en aquella zona había transcurrido los pasajes bíblico de Sodoma y Gomorra donde la mujer de Lot se convirtió en estatua de sal por desobedecer a Dios y que aquella estatua lo representaba.
Los paisajes al acercarnos al Mar muerto, eran ya increíbles. Está a 400 metros bajo el nivel del mar y es el punto más bajo de la tierra.
Tras 4 horas de viaje, llegamos al Holiday Inn Resort Dead Sea, que recomiendo totalmente. El hotel tiene unas instalaciones formidables, está justo en la orilla y tras instalarnos en la habitación, dar una vuelta por el hotel y un bañito en la piscina, pudimos contemplar una preciosa puesta de sol.
Cenamos en el hotel y después disfrutamos de un cóctel al aire libre, hacía una noche magnífica.
Nos fuimos a dormir deseando de que llegase el día siguiente para experimentar lo que era bañarse en el mar Muerto.