Blogs / Diarios 
Este día nos pegamos el madrugón padre, a las 4:30 h., ya estábamos danzando, con la intención de coger el autobús de las 6:00 h. Salimos del hotel y cogemos un túk-túk y le decimos que nos lleve a la estación de autobuses, dadas las horas que son nos mete un palo de 130 Bahts y se permite el lujo de pararse a hablar con otros conductores de túk-túk y alardear de ello. Durante el camino volvemos a pasar por la zona de alterne en la que todavía quedan extranjeros, (algunos con cara de estar borrachísimos), que están con chicas tailandesas y pasamos por el mercado de las flores ¡Que ya está abierto!
Llegamos, pero no llegamos, porque el conductor nos ha llevado a la estación de trenes y no a la de autobuses. En el trance de que no sabemos donde estamos, preguntamos y volvemos a por el conductor, Merce se tropieza y al caer se lastima una rodilla, bueno, el conductor nos lleva, evidentemente sin cobrar nos más dinero, a la estación de autobuses. Nos montamos por fin en el bus, que no es ni mucho menos como el que nos trajo a Chiang Mai, este es un autobús mucho más antiguo y dormimos como podemos un poco, ya que hasta las diez y media el autobús es una nevera y además hace más paradas que un cercanías. Me entero de la nuestra de punetera casualidad, ya que en mi duermevela, abriendo un ojo, veo un par de carteles que indicaban Sukhothai en direcciones opuestas, por lo que pregunto justo en la estación de autobuses y Nos bajamos corriendo.
Aprovechando que estamos en la estación compramos los billetes para Bangkok del día siguiente. Tardamos unos veinte minutos, porque decidimos sí paramos en Ayutthaya o vamos a Bangkok directamente, (al final descubrimos que el precio del billete es el mismo a los dos sitios). Mientras hablamos, un hombre nos espera para llevarnos al hotel, pero lo que al principio parecía amabilidad, se convierte en engaño, porque el paisano nos pide por llevarnos al hotel 10$ y cuando los conductores de túk-túk que están en la misma estación dicen que hacen el servicio por 100 Bahts, dice que lo hace por 120. Al final, gracias a la intervención de una señora encantadora, que s la misma que nos ha ayudado en la compra del billete a Bangkok, vamos en un sorgn-taa-ou por 80 Bahts.
Por fin llegamos al hotel, el Baan George's Hotel, que es una mansión de tres plantas con una piscina estupenda. La habitación es enorme, con aire acondicionado, una ducha con efecto lluvia y ¡sábanas de raso rosas! Nos vamos a comer al Poo Restaurant, que es del mismo dueño que el hotel. El dueño, George, es un belga de la zona flamenca y habla, por lo menos, flamenco, francés, inglés, alemán, thai y algunas palabras de español y es una de las personas más amables y enrollaas que conocimos en el viaje. Le alquilamos un scooter para lo que queda de día por 200 Bahts, para visitar el parque histórico, (en realidad yo no tengo carnet de moto, es mas, solo había montado en moto anteriormente una vez en mi vida y fue una Vespa de un amigo en el parking de un centro comercial, pero George me dice que la licencia no importa y sólo me pregunta si soy capaz de llevarla).
Comemos, un pad thai de pollo y un arroz frito con verduras, ambos bastante buenos y nos vamos con la moto. Llegamos al parque histórico, (la entrada 100 Bahts cada uno y 20 más de la moto) y comenzamos la visita. Son las tres de la tarde y hace más calor que en el infierno, pero las ruinas merecen mucho la pena, hay unas statuas de Buda espectaculares y algunos templos realmente preciosos, pero lo mejor de todo es que ese fin de semana se celebra el festival del Loi Krathong, en el que los tailandeses agradecen al río la vida que les trae y le piden perdón por la contaminación que vierten en el. El festival se celebra en todo el país, pero es Sukhothai donde la celebración es más espectacular, de hecho, hay montada una feria en la que hay una zona exclusiva con puestos de comida.
Seguimos paseando por las ruinas y la feria, hasta las cuatro de la tarde, más o menos, porque a esa hora se pone a diluviar. La tormenta dura unos 50' y hay momentos en los que se pone peligrosa, porque aunque no hace mucho viento, el que se levanta provoca que se caigan ramas enteras que estaban medio sueltas y cocos de las palmeras, pero aquí no se va nadie. A nosotros nos dejan dos banquetas de plástico para que nos sentemos debajo de un toldo mientras se pasa. Cuando para de llover, la temperatura a bajado un poco, aunque del suelo suben una humedad tremenda y empiezan a salir mosquitos, pero se queda un atardecer precioso.
Cenamos en la feria. Compramos un vaso lleno de una leche dulzona con fideos de colores y hielo que me tomo yo solo, medio pollo a la parrilla, por 75 Bahts, (está exquisito), nos langostinos con gabardina y arroz. No pica nada, porque la salsa picante te la ponen aparte en una bolsita y está todo muy bueno. Volvemos a las ruinas y mientras damos un paseo y vemos que, debido a la tormenta no pueden encender muchas de las lámparas que tienen preparadas en los monumentos. A las siete y media aproximadamente, (ya es noche cerrada), cogemos sitio para ver el espectáculo.
El show, por lo que pudimos entender y nos contó un señor muy amable, consiste en la escenificación de la historia de Tailandia con juegos de luces sobre las ruinas y bailes y cantos de grupos de chavales y adolescentes que representan la historia, la verdad es que es una pasada de bonito. Dura en torno a una hora y en medio hay una bronca, porque hay gente de pie que le tapa la visión a la gente que está sentada y que llevan esperando más tiempo.
Al terminar el espectáculo me doy cuenta de que no llevo las llaves de la moto encima y empiezo a buscar por todos los sitios. Imaginaros el panorama, son las nueve y media de la noche, estamos a diez kilómetros del hotel en un país extranjero y he perdido las llaves de la moto. Vuelvo corriendo al sitio donde dejamos la moto y allí está ¡con las llaves puestas!, menos mal, pero claro, la moto no arranca, al dejarme las llaves puestas se quedan las luces encendidas y la motor está sin batería. Como la moto es automática no se puede arrancar empujando, (para arrancar hay que tener apretada la maneta del freno), por lo que preguntó a un grupo de chavales, esperando que supieran arrancarla, así fue, uno de ellos cogió la moto, saco un pedal de detrás de la estribera del acompañante y la arrancó a la vieja usanza, (la verdad es que quitando algún elemento, la gente fuera de Bangkok es especial, siempre con una sonrisa).
Después de dar alguna vuelta más, salimos del recinto del parque histórico hacia la ciudad. Durante el camino comprobamos que es cierto lo que nos dijo George al salir, que teníamos que tener cuidado porque había un montón de perros callejeros. Muchos de ellos están tullidos o lisiados debido seguramente a atropellos y peleas.
A llegar al restaurante, (la moto la cogimos allí), me dice la mujer que atiende que puedo dejar la moto en el hotel y que el tema de la gasolina, (al volver la única gasolinera del pueblo, estaba cerrada) lo hable con George al día siguiente. Término el día comiendo unas galletas dulces de arroz que hemos comprado en la feria y e están deliciosas. Mañana salimos a Bangkok.
Etapa anterior
Últimos comentarios al diario: 
Tema: 
Ir a tema del foro
. Entiendo que con Mae te refieres a Mae Hong Song.
Lo de Ao Nang lo había descartado porque ya hemos estado en Krabi antes, estuvimos en el Sheraton pero ibamos allí a coger los ferries y prefería conocer algo nuevo. Koh Lipe lo había descartado porque o yo no lo se mirar bien o el traslado hasta allí es bastante largo (he visto que se tardan unas 3 o 4 horas desde el aeropuerto de Hat Yai) y nosotros somos un poco comodones, la verdad. Koh Samui la descarto porque... 
