París, lluvia y niños ✏️ Blogs of France

Durante el puente del 1º de Mayo (algo ampliado en esta ocasión por nuestra cuenta), hemos estado en Paris dos familias de cuatro miembros cada una (padres y dos hijos, de 4, 5, 7 y 7 años). Tenemos la suerte de que los ocho nos llevamos fenomenal, y tenemos las mismas inquietudes viajeras. Por ello, ésta ha sido la tercera vez que nos embarcamos en un viaje las dos familias juntas.
Anteriormente, habíamos estado en Londres y en Bélgica (Bruselas, Brujas y Gante). Según nuestro planteamiento, Paris era el siguiente destino, y en seguida encontramos aspectos que podían enganchar a los niños para estar deseando organizar el viaje y que llegase el día de encontrarnos allí.
Saldríamos el 30 de abril a mediodía, y regresaríamos el 5 de Mayo por la tarde. De esa forma, tendríamos 4 días completos y dos medios.
Si nos poníamos a pensar en qué queríamos ocupar el tiempo, nos dábamos cuenta de que se nos iba a quedar corto. Pero, en fin, pensamos que al menos podríamos elegir algunos “imprescindibles”, y después, en función de las condiciones climatológicas y del interés de los integrantes del grupo, iríamos adaptando las visitas.
Las cuatro primeras noches, nos alojamos en dos apartamentos, en el 4º arrondissement, muy próximos entre sí (menos de 50m) y de muy similares características y precio. Ha sido todo un acierto. El barrio muy bien situado, los apartamentos cómodos, limpios y perfectamente equipados. El precio ha sido más o menos 120€/apartamento/noche.
El mío era este:
www.homelidays.es/ ...o/p6410401
Una de las dudas era Disneyland. Tenemos la suerte de que nuestros niños se ilusionan con múltiples cosas, y son capaces de disfrutar casi en cualquier lugar, y más aún los cuatro juntos. Por otra parte, tampoco son “fanáticos” de Disney. De esta forma, pensamos en visitar el parque uno o dos días. Finalmente, por motivos logísticos y de precio decidimos pasar allí una noche (la última), entrando a los parques un día completo y el segundo hasta las 15h que salíamos para el aeropuerto.
Siguiendo las recomendaciones del foro, comparamos los precios de la web oficial de Disneyland, y finalmente cogimos la oferta de la página francesa, con una noche en el hotel Newport, el desayuno y las entradas para los dos días por 390€ (cada familia)
El vuelo lo reservamos con bastante antelación, la ida con EasyJet a Charles de Gaulle, y la vuelta con Transavia desde Orly. El total, fueron 420€
De nuevo gracias a los forofos, solicitamos los traslados del aeropuerto a Paris, y de Disneyland al aeropuerto con la compañía Iris Shuttle. No podemos hablar mejor. Puntuales, correctos, nos enviaron un sms y whatsapp tanto el día de la llegada como el de la vuelta para confirmar horarios y lugar de recogida. Pagamos al finalizar el servicio (el día 5 en Orly) y fueron160€ por todos.
Reservamos también, antes de ir, las entradas para la torre Eiffel (de nuevo siguiendo las instrucciones de los viajeros experimentados del foro), y de nuevo todo un acierto, sobre todo para evitar colas.

De esta forma, el presupuesto por familia (mi caso concreto, por el precio del apartamento) fue:
Vuelos 420+Apartamento 520+Disney 390+traslados 80 = 1410 €

Una vez allí, utilizamos de nuevo mucha de la información recogida en las fructíferas lecturas de los diferentes hilos (para perder el mínimo tiempo en los traslados, para escoger restaurante). Ha sido una suerte poder recibir toda esta información antes de viajar, y por eso he querido compartir la experiencia con vosotros, por si puede servir de ayuda a alguien.

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Día 30/04

Llegamos en hora a CDG.
Como sabíamos, llueve en Paris. Hace buena temperatura, pero se espera lluvia durante toda nuestra estancia.
Para rematar, fin de semana largo festivo, con lo cual la entrada a la ciudad por carretera es un auténtico caos. Llegamos al apartamento alrededor de las 20h.
La dueña del nuestro, Christel, un sol. Nos explica el equipamiento del mismo, se ofrece para ayudarnos en todo lo que necesitemos. El apartamento nos encanta, con enormes ventanales y particularmente limpio y equipado.
Hacemos compra en el supermercado del barrio, para desayunos, almuerzos y demás.
Y nos vamos a comer a Pain vin fromage (3 rue Geoffroy l´Angevin), muy cerca de los apartamentos. Habíamos reservado por mail dos días antes. Nos colocaron en un “reservado” del salón, que tiene una parte que es una antigua cueva del S XVII. Estábamos los 8 solos, se esforzaron en hablar algunas palabras en español para los niños y nos atendieron muy amablemente. La comida nos encantó: fondue de queso, de carne, croute campagnarde, ensalada…. Con vino y postre, pagamos cada familia 65€. Por cierto, los niños nuestros son de los que comen (podría equipararse la cuenta a la de 6 adultos)
Y, poco más, seguía lloviendo, así que dimos un paseo hasta la plaza de Notre Dame, pero nuestra intención de caminar algo más se pospuso hasta el día siguiente

Día 01/05

A la mañana siguiente, teníamos reservada la subida a la Torre Eiffel a las 11:30.
Nos planteamos el Batobus como método de transporte complementario al metro, pero la verdad es que no lo recomiendo.
A nosotros nos vino muy bien, porque como estuvo todo el fin de semana lloviendo, cuando arreciaba la lluvia, nos subíamos al barco. Pero como método de transporte, es poco operativo.
Bueno, nos subimos la primera vez esa mañana, y fuimos en barco hasta la torre Eiffel. Fuimos explicando a los niños algo de la historia de los puentes bajo los que íbamos pasando y de paso, aprendiendo todos algo sobre ellos. Fue muy especial irnos acercando a la torre, y verla desde el río. Era un momento muy esperado sobre todo por los pequeños.
Habíamos reservado la subida al segundo piso en ascensor, y una vez allí no decidimos subir más. Aprovechamos para hacer unas fotos y disfrutar de la vista. Bajamos por las escaleras hasta el primer piso, y allí con el suelo transparente y el globo terrestre, nos entretuvimos un buen rato.
Al bajar, fuimos caminando hasta la explanada de Invalides, y allí cogimos el metro para ir a Abbesses.
Se nos había echado encima la hora de comer, así que de nuevo tiramos de la sabiduría del foro y fuimos a Le relais gascon (6, rue des Abbesses). Todo un éxito. Comida abundante, bien elaborada y servida con una sonrisa. El magret de pato, muy rico, y la cuenta con cervezas (para los padres) y postre salió por unos 70€ por familia.
Subimos en el funicular hasta la basílica del Sacré Coeur, y paseamos (entre riadas de gente) hasta la plaza del Tertre. Después, conseguimos perdernos un poco y callejear, buscando el cementerio de Montmartre. Cuando lo encontramos, estaban a punto de cerrar, así que sólo pudimos tener una impresión general.
Comimos unos crêpes por el camino (uno de los objetivos principales del viaje) y cogimos el metro hasta el museo del Louvre. Paseamos por los exteriores, vimos la pirámide y el arco de triunfo de Carrusel.


Después, de nuevo en batobus fuimos a los apartamentos.
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Pasamos a ducharnos y sentarnos un ratito antes de salir a cenar. Habíamos reservado a través del tenedor un japonés muy cerca de “casa”, el Kyo Marais. Nos gustó bastante la comida, y el precio asequible para ser Paris. Sin embargo, el servicio fue particularmente lento. Creemos que tenía que ver con los niños… los camareros nos evitaban un poco Aunque se portaron particularmente bien, nuestra mesa (comparada con la de gente joven de todas las mesas de alrededor) imponía.

Agotados, nos fuimos a dormir.
El sábado queríamos empezar subiendo a las torres de Notre Dame.

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Día 02/05

Sigue lloviendo en Paris. La anterior vez que visité la ciudad fue en Enero, y aunque la temperatura era bastante fría, vi el sol mucho más que en esta ocasión.

Con los niños, no es fácil hacer previsiones de horas.
Por este motivo, salimos con 15 minutos de retraso sobre la hora prevista, y llegamos al entorno de la catedral de Notre Dame alrededor de las 10:20. Eso nos supuso 1h30´de cola para subir a las torres. Sólo chispeaba, de forma que nos pareció buen momento para hacerla. Cuando estábamos arriba, en la galería de las gárgolas, colocaron en la plaza un cordón de seguridad y nos desalojaron por amenaza de bomba. Después de hora y media esperando con los cuatro enanos, y la lluvia…. No pudimos subir a la segunda torre ni ver la campana. Menos mal que la amenaza de seguridad no fue real.

Paseamos por el mercado de las flores, y llegamos a la Sainte Chapelle. Tuvimos que elegir entre esta y la Conciergerie, porque veíamos a los niños un poco “al límite” de visitas artísticas. De forma que, como llegamos antes a la primera, fue la que visitamos. Quedamos impresionados con las vidrieras, pero de nuevo esperamos más colas de las que hubiéramos querido. Mi hijo pequeño insistió en ese momento en que era la última maravilla del arte Gótico que veíamos ese día. Y así fue.

Paseamos por el barrio latino y fuimos a comer a una crêperie. Cumpliendo objetivos esenciales del viaje, no despreciamos ni las galettes ni los crêpes dulces. También nos atendieron bien, se esforzaron por que nos entendiéramos y pagamos alrededor de 70€ por familia.

Queríamos haber ido a los jardines de Luxemburgo, pero de nuevo llovía. Así que fuimos a ver la famosa librería Shakespeare & company, donde tuvimos que contenernos para no hacer demasiadas compras, y donde hubiéramos pasado más rato si no fuera por el miedo a que en algún momento alguien tirase una estantería o se sentara demasiado cerca del gato que custodia un sofá en la primera planta.

Ya que la lluvia no nos daba tregua, y el museo de historia natural (otra de nuestras visitas propuestas) estaba ya cerrado, decidimos dar un paseo en batobus, confiando en que la lluvia cesara y poder pasear por el entorno del Petit y el Grand Palais. No lo hizo, pero nosotros paseamos. De forma que, a pesar de los impermeables, acabamos calados. Nuevo batobus y a casita, pasando primero por la catedral de Notre Dame, que pudimos visitar en ese momento mientras se celebraba una misa, con la música del órgano de fondo.

Esa noche, compramos unas pizzas (“a emporter”) e hicimos una cena casera escuchando musiquita y charlando tranquilos. De nuevo, había sido un día completo.

Sabemos la clase de niños que llevamos con nosotros, pero nos demostraron otra vez más que son unos “todo terreno”

Día 03/05

El último día en la ciudad, el propósito era “museístico”. Queríamos empezar en el D´Orsay. Habíamos leído en la web que tiene un recorrido para hacer de forma libre con niños, y era nuestra intención comenzar por ahí. Pero de nuevo llovía. Y en esta ocasión con ganas. Cambiamos el orden para evitar la cola bajo la lluvia.

Fuimos en primer lugar al parque de la Villette, para visitar la Cité des sciences et de l´industrie, y la Cité des enfants. Nos encantó. A niños y a mayores. Y pasamos allí toda la mañana.
En un edificio enorme, conviven las exposiciones permanentes, varias exposiciones temporales y la propia ciudad de los niños. Esta, se visita en “sesiones” de hora y media, que se quedan un poco justas. Está dividida en dos tramos de edades, 2 a 7 y 5 a 12. Entramos a esta última zona, y había varias secciones: juegos de agua, el cuerpo humano, la fábrica, el jardín y el estudio de tv. Todo interactivo, original, divertido y educativo. Podíamos haber pasado allí todo el día. Pero queríamos ir al museo D´Orsay.

Comimos en un hipopotamus, y la verdad es que nos sorprendió gratamente. De nuevo, la media por familia estuvo alrededor de 70€.

Metro hacia el Museo….y decepción. Aunque faltaba una hora para el cierre, ya no nos dejaron ponernos en la cola.

Al menos había salido el sol.

Fuimos, por el puente de Solferino hasta el jardin de las Tullerias, y aprovechamos el mejor tiempo de toda nuestra estancia para pasear.


Visitamos la plaza de la Concordia, la Madeleine, paseamos por los Campos Elíseos y vimos (aunque de lejos) el Arco del Triunfo.

Desde Campos Elíseos, cogimos un bus que nos dejó en los Campos de Marte. Allí, jugaron un rato, se revolcaron por el suelo e hicimos otra serie de fotos que nos encantará ver siempre, de su primer viaje a Paris.

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Nuestra intención era que pudieran ver la Torre iluminada. Así que habíamos reservado (de nuevo con el Tenedor) un bistró a 200m de la plaza de Trocadero. Se llama Poincaré, y fue otro éxito. Comimos muy bien (algo estrechos de espacio, pero es Paris) y por 60€ por familia.

Después de cenar, estuvimos viendo la Torre. Con una luna llena de fondo, y la iluminación, parecía que estábamos delante de un decorado. Es uno de los momentos que más han contado los niños a todo el mundo.

Vuelta a casa…
Este día tocaba organización, maletas y recoger el apartamento, porque por la mañana temprano salíamos para Disneyland.

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