Llego el gran día, como ya he comentado antes había una huelga del sector del taxi amenazando que bloquearían las entradas y salidas de vehículos del aeropuerto por lo que en previsión decidimos ir muy temprano aunque tuviéramos que estar varias horas esperando en el aeropuerto y como también había huelga de celo de los vigilantes de seguridad, pues nada, a esperar lo que haga falta con tal de poder ir de vacaciones.
Todos los vuelos de larga distancia con Emirates son con el A380 de dos pisos, un espectacular avión, comodisimo, que apenas se notan movimientos, ni casi ruido, una maravilla, vaya.
Llegamos a Singapur el 28 de Julio a las 15h, nos dirigimos al hotel seleccionado que era el Carlton, pues encontramos una oferta de habitación para 3 personas que salía más barata que otros hoteles más alejados y de menos categoría, además su situación es magnífica muy cerca de todo, teníamos contratadas 3 noches.
La primera toma de contacto con Singapur es el de una ciudad muy limpia y ordenada, bastante tropical, más de lo que yo me creía, con grandes rascacielos y avenidas.
La primera tarde nos dirigimos a Clarque Quay, que está a unos quince minutos andando desde el hotel, aquí estaban los antiguos muelles de la ciudad, convertido hoy en día en una de las zonas nocturnas más populares de la ciudad, las antiguas shophouses ahora están ocupadas por bares y restaurantes, en el puente que cruza hay una magnifica vista del edificio más famoso de Singapur el Marina Bay Sands. Por la zona está el Coleman Bridge, El edificio del Ministerio de Cultura, y un largo etcétera de edificios emblemáticos.
Aprovechamos a coger uno de los barcos eléctricos que salen de Clarque Quay para dar un paseo por la bahia mientras va anocheciendo y se van encendiendo las luces de la ciudad, es una preciosidad, además de la extrema limpieza y tranquilidad que se respira en esta ciudad.
Una vez de regreso aprovechamos para cenar en una de las terrazas que están sobre la bahía en Clarque Quay.
Todos los vuelos de larga distancia con Emirates son con el A380 de dos pisos, un espectacular avión, comodisimo, que apenas se notan movimientos, ni casi ruido, una maravilla, vaya.
Llegamos a Singapur el 28 de Julio a las 15h, nos dirigimos al hotel seleccionado que era el Carlton, pues encontramos una oferta de habitación para 3 personas que salía más barata que otros hoteles más alejados y de menos categoría, además su situación es magnífica muy cerca de todo, teníamos contratadas 3 noches.
La primera toma de contacto con Singapur es el de una ciudad muy limpia y ordenada, bastante tropical, más de lo que yo me creía, con grandes rascacielos y avenidas.
La primera tarde nos dirigimos a Clarque Quay, que está a unos quince minutos andando desde el hotel, aquí estaban los antiguos muelles de la ciudad, convertido hoy en día en una de las zonas nocturnas más populares de la ciudad, las antiguas shophouses ahora están ocupadas por bares y restaurantes, en el puente que cruza hay una magnifica vista del edificio más famoso de Singapur el Marina Bay Sands. Por la zona está el Coleman Bridge, El edificio del Ministerio de Cultura, y un largo etcétera de edificios emblemáticos.
Aprovechamos a coger uno de los barcos eléctricos que salen de Clarque Quay para dar un paseo por la bahia mientras va anocheciendo y se van encendiendo las luces de la ciudad, es una preciosidad, además de la extrema limpieza y tranquilidad que se respira en esta ciudad.
Una vez de regreso aprovechamos para cenar en una de las terrazas que están sobre la bahía en Clarque Quay.