Washington: Olympic NP y Seattle. 28/07/2015 ✏️ Travel Journeys of America North

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Nuestro camino nos ha llevado al rincón noroccidental de los Estados Unidos. Al estado de Washington le llaman el “evergreen state”, y con razón, siempre está verde porque llueve mucho, incluso en verano. Lo hemos vivido en nuestras propias carnes, primero con la amenaza en los volcanes, y luego con la constatación de la lluviosa realidad en la península Olympic. Aquí existen los llamados “Rain forests”, y para disfrutarlos en todo su esplendor, lo suyo es eso: que te llueva. Así que hemos disfrutado mucho de ellos. Lo cierto es que son lugares fantasmagóricos, bosques impenetrables si no fuese por las sendas que han hecho a través de ellos, con ramas de árboles retorcidas llenas de líquenes colgando que le dan ese aspecto tenebroso.

Árbol fantasmagórico:
Lake Quinault - Olympic N.P. (Washington) by Juan Hernando Martín, en Flickr

Cuanta humedad:
Hoh rain forest (Olympic N.P.) - Washington. by Juan Hernando Martín, en Flickr

En cualquier momento te puedes llevar una sorpresa:
Hoh rain forest (Olympic N.P.) - Washington. by Juan Hernando Martín, en Flickr

Dormimos en un camping que estaba dentro del “bosque lluvioso”, junto al lago Quinault. La noche que llegamos pudimos disfrutar de una placentera hoguera cuyas llamas realzaban las sombras de los árboles de alrededor. El día siguiente fue lluvioso así que recorrimos el bosque con todo su encanto, y por la tarde nos refugiamos en un “Lodge”, hotelito típico campestre de los parques nacionales, donde pasamos la tarde tan a gusto al calor de una enorme chimenea. Pero por la noche, el bosque se vengó de nuestra intrusión…y nos pinchó el colchón de aire !!. Después de inflarlo dos veces durante la noche, terminamos en el suelo de la furgoneta con nuestro correspondiente dolor de espalda. Al día siguiente tuvimos que comprar un nuevo colchón que esperamos dure hasta el final del viaje.

Campfire, osea, fuego de campamento, en el Rain Forest:
Lake Quinault - Olympic N.P. (Washington) by Juan Hernando Martín, en Flickr

Aquí pasamos la tarde al calorcito...y luego dormimos en el coche. Cosas del dinero:
Lake Quinault lodge - Olympic N.P. by Juan Hernando Martín, en Flickr

Ya se sabe que nuestro viaje es bastante cinematográfico. En esta zona está ambientada toda la serie de “Crepúsculo”, pero como a nosotros no nos ha interesado, tampoco hemos prestado mucha atención a los lugares que los fans de estas películas, si que hubiesen disfrutado. Crepúsculo aparte, hay que decir que en la zona hay unas inmensas y preciosas playas, no aptas para el baño, pero sí para su disfrute y contemplación.

Las playas están llenas de troncos de árboles muertos arrastrados al océano y que luego éste los devuelve con ímpetu a la orilla:
Playas de Olympic N.P. (Washington) by Juan Hernando Martín, en Flickr

Ruby beach:
Ruby beach (Olympic N.P.) - Washington. by Juan Hernando Martín, en Flickr

Playa de La Push:
La Push (Olympic N.P.) - Washington. by Juan Hernando Martín, en Flickr

Como aún no teníamos el nuevo colchón comprado, tuvimos que dormir en un motel en Port Ángeles, al norte de la península, y desde la que se ve la enorme isla de Vancouver, que ya es territorio canadiense. Más pintoresco que Port Ángeles es la población de Port Townsend, puerto de bastante importancia a finales del S. XIX y principios del XX, y que conserva un aire victoriano.

Port Townsend:
Port Townsend (Washington) by Juan Hernando Martín, en Flickr

Esta parte del continente está tan rota, que todo son islas, entrantes y salientes del océano. Para llegar a Seattle, la ruta más corta, es tomar un ferry desde la isla de enfrente, a la que a su vez se llega por dos largos puentes. Además, es la manera más pintoresca de aproximarse a la ciudad, ya que desde la embarcación vas viendo su skyline acercarse poco a poco.

Media hora parados en el puente y un atasco de narices, para que pasase el barquito de la derecha:
Camino de Seattle (Washington) by Juan Hernando Martín, en Flickr

En el ferry, antes de desembarcar en Seattle:
Camino de Seattle (Washington) by Juan Hernando Martín, en Flickr

Seattle tiene más cuestas de lo que pensábamos, y es tan nueva, que todavía no la han terminado de hacer. El Pike Place Public Market, es sin duda lo más pintoresco, y viene a ser como el Gran Bazar de Estambul pero en americano. En este antiguo mercado venden de casi todo, y como pasa en otras muchas partes, más enfocado al turista que otra cosa. Después de sortear una extensa zona de obras, se llega a los muelles, donde está su famoso acuario (que no vimos) y un montón de restaurantes con especialidad en pescado y marisco. Nosotros probamos en un chiringuito típico de fast food, el bacalao de Alaska y las ostras, todo ello rebozado y con muchas patatas fritas para rellenar. El bacalao no nos sorprendió, pero las ostras, que eran baratas, estaban sorprendentemente buenas. Quien más disfruta de esta comida son las gaviotas, que te acosan con su presencia y graznidos para que la gente las alimente a base de patatas fritas.

En Pike place market. Más gente mirando que comprando:
Seattle (Washington) by Juan Hernando Martín, en Flickr

No tocar...si no vas a comprar:
Seattle (Washington) by Juan Hernando Martín, en Flickr

Gaviotas esperando su ración de patatas. Incluso a ellas les gusta el fastfood:
Seattle (Washington) by Juan Hernando Martín, en Flickr

Para ver la ciudad desde las alturas, primero nos hemos acercado al emblema de la ciudad, que es la Space Needle, una esbelta torre que se hizo para la Expo de 1962. Pero costaba 26 dólares por persona, así que no subimos. Luego hemos ido al edificio más alto a este lado del Mississippi. Pero también costaba una pasta asomarse desde su piso 73, así que tampoco. Por último, y gracias al consejo de Adrián y Marta que han estado aquí recientemente, fuimos al Kerry Park, situado en una colina desde la que se ve perfectamente todo Seattle y su bahía, y es gratis.

Space Needle. La torre tiene nuestra edad pero se conserva mejor:
Seattle (Washington) by Juan Hernando Martín, en Flickr

Skyline de Seattle desde Kerry Park:
Seattle (Washington) by Juan Hernando Martín, en Flickr

Mañana tenemos previsto dejar los Estados Unidos para pasar a Canadá, donde estaremos un tiempo indeterminado. También será indeterminada nuestra posibilidad de comunicarnos en estas páginas, ya que hasta ahora hemos conseguido conectar bien casi siempre gracias al Wifi itinerante que nos proporcionó Marta (¡¡¡muchas gracias, nuera!!!), pero éste aparatillo solo funciona en EEUU, por lo que en Canadá dependeremos de los posibles wifis públicos o de los lugares donde nos alojemos. Si hay muchos días de silencio, no nos abandonéis. ¡¡ Volveremos !!.

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