DÍA 8 (CONTINUACIÓN)
El barranco de Pokljuka (Pokljuška soteska) permanece en estado semivirgen, hay poca intervención de la mano del hombre; por eso se recomienda ir con precaución, con buen calzado y bastones. Está sobre el valle del río Radovna, cerca de Krnica (desde aquí seguimos la señal Pokljuska soteska, por una carretera estrecha entre las casas que al final es de grava). Tiene 2 km de largo y 40 m de profundidad. La ruta principal nos lleva por la parte inferior. A diferencia de la famosísima Vintgar de Bled, nos encontramos con muy poca gente, incluida alguna familia con niños.
El camino no es llano, hay que caminar casi constantemente entre piedras y subir por ellas. Al inicio, vamos alternando un camino de tierra y de rocas blancas, que es el antiguo lecho seco de un riachuelo, mientras subimos por pendientes. Llegamos a una zona con altas paredes verticales y tenemos dos opciones: ir hacia la galería o ir hacia la cueva. Siguiendo algo que leímos, fuimos a la izquierda por la señal “galerjia”, ya que a la cueva (“luknja”) se pasa a la vuelta.
Este camino nos lleva a la parte superior de la garganta, por piedras grandes y pasos estrechos, a veces algo resbaladizos. Una vez arriba, estamos ante un espacio abierto con un puente natural a la izquierda de frente, a 24 m sobre el fondo del barranco, y una galería-pasarela de madera a la derecha. Subimos y caminamos por la pasarela; nos esperan unos escalones de madera y un paso estrecho entre las paredes de la garganta, con bastante humedad y suelo mojado. Salimos a un claro abierto, con mucha vegetación y poca claridad en la senda.
El camino seguiría recorriendo el bosque, cruzando otro puente natural por un camino, según leímos, difícil... pero no teníamos la certeza de contar con las indicaciones correctas, por lo que nos dimos media vuelta hasta el cruce anterior, siguiendo ahora hacia la cueva (luknja Pokljuška). También se accede con una subida en pendiente; es una amplia cueva rocosa con techo caído con varias oquedades en su interior. Una de ellas conecta en la parte superior con el bosque; probablemente, si hubiéramos seguido el camino por encima de las galerías hubiésemos llegado hasta aquí.
Nuestro destino final del día es un pueblito cerca del lago Bohinj, Srednja vas v Bohinju, donde pasaremos las siguientes cuatro noches. En vez de ir por la carretera que pasa por Bled, lo hacemos por la 905, la carretera panorámica de Pokljuka. Hay incluso un bus que hace recorrido por ella, con varias paradas, incluido en la Bohinj card, por lo que pensamos que sería interesante; pero la verdad es que no supimos encontrarle el atractivo ni vimos grandes paisajes. Paramos a medio camino en la Gostilna Zatrnik pr'Jagru porque vemos al pasar columpios y una cama para saltar. Nos tomamos una Radler de limón, con poquita graduación (2.5º), varios refrescos, un trozo de apfelstrudel y una tarta con helado por dentro (cassata). Hace bastante calor y se agradece esta parada.
A media tarde llegamos a nuestro apartamento en Srednja vas v Bohinju. La zona de Bled nos pareció bastante cara y tan tildada de turística que decidimos buscar un alojamiento más alejado. El Apartma Ema nos gustó y cuando llegamos a él nos quedamos impresionados: enorme, con salón-comedor y cocina, dos habitaciones grandes, una de ellas con sofá-cama, con televisión en cada una, sillón de masaje en el salón, lavadora... en las inmediaciones del monte Rudnica.
Se ve que todo estaba nuevo, decorado con mucho gusto. Nos comentó la dueña que van haciendo reformas poco a poco. Tuvimos un pequeño problema con el termo y enseguida buscó arreglo. Para compensarnos nos invitó a comer antes de irnos. Está situado encima de la pizzería, negocio de la familia. Desde la terraza veíamos el sin parar de entrar gente y cómo trabaja el personal; lo más importante, las vistas desde aquí. Un poco antes del apartamento, en la Gostilna Rupa, hay columpios, justo en el km 2 de la carretera.
Después de descansar un poco en la terraza, nos vamos hacia el Bohinjsko jezersko, para hacernos una idea del lugar y ver la caída del sol desde allí. La carretera que pasa por distintos pueblitos es estrecha y hay casas a los lados, pero apenas espacio para los peatones. Pasamos Stara Fuzina (hay aparcamiento junto a la iglesia de St. Pavel y un poco más adelante junto a la oficina de información, aunque hay que caminar bastante para llegar al lago) y nada más entrar en Ribcev Laz, que es el pueblo más cercano, hay un aparcamiento grande a la derecha; otra opción es dejarlo un poco más adelante, antes de la iglesia de S. Juan Bautista y cruzar el puente a pie.
Atravesar el puente con el coche nos pareció que hubiera sido pesado, porque hay mucha gente paseando también por él. Una vez en la otra orilla, encontramos un ambiente muy animado, lleno de gente, restaurantes, tiendas... Para ver zonas de parking, puedes consultar la web de la tarjeta Bohinj Mobility Guest card.
Antes de cruzar el puente, sale a la derecha una senda peatonal que rodea el lago, no siempre por la orilla, sino también entre los árboles. Nuestra intención era recorrerla, pero nunca nos dio tiempo o preferimos dedicarlo a otras cosas. No se puede ir en coche por esta orilla norte; una vez pasado el puente, la carretera sigue a la derecha por la parte sur hasta Ukanc, desde donde sale el teleférico al monte Vogel. Paseamos un poco por los alrededores, bajamos a unos de los embarcaderos y hasta la misma orilla del lago, mientras escuchábamos truenos que cada vez se acercaban más. El día que nos bañamos por la tarde aquí también los oíamos, así que parece algo normal de la zona.
Mañana seguimos por aquí
El barranco de Pokljuka (Pokljuška soteska) permanece en estado semivirgen, hay poca intervención de la mano del hombre; por eso se recomienda ir con precaución, con buen calzado y bastones. Está sobre el valle del río Radovna, cerca de Krnica (desde aquí seguimos la señal Pokljuska soteska, por una carretera estrecha entre las casas que al final es de grava). Tiene 2 km de largo y 40 m de profundidad. La ruta principal nos lleva por la parte inferior. A diferencia de la famosísima Vintgar de Bled, nos encontramos con muy poca gente, incluida alguna familia con niños.
El camino no es llano, hay que caminar casi constantemente entre piedras y subir por ellas. Al inicio, vamos alternando un camino de tierra y de rocas blancas, que es el antiguo lecho seco de un riachuelo, mientras subimos por pendientes. Llegamos a una zona con altas paredes verticales y tenemos dos opciones: ir hacia la galería o ir hacia la cueva. Siguiendo algo que leímos, fuimos a la izquierda por la señal “galerjia”, ya que a la cueva (“luknja”) se pasa a la vuelta.
Este camino nos lleva a la parte superior de la garganta, por piedras grandes y pasos estrechos, a veces algo resbaladizos. Una vez arriba, estamos ante un espacio abierto con un puente natural a la izquierda de frente, a 24 m sobre el fondo del barranco, y una galería-pasarela de madera a la derecha. Subimos y caminamos por la pasarela; nos esperan unos escalones de madera y un paso estrecho entre las paredes de la garganta, con bastante humedad y suelo mojado. Salimos a un claro abierto, con mucha vegetación y poca claridad en la senda.
El camino seguiría recorriendo el bosque, cruzando otro puente natural por un camino, según leímos, difícil... pero no teníamos la certeza de contar con las indicaciones correctas, por lo que nos dimos media vuelta hasta el cruce anterior, siguiendo ahora hacia la cueva (luknja Pokljuška). También se accede con una subida en pendiente; es una amplia cueva rocosa con techo caído con varias oquedades en su interior. Una de ellas conecta en la parte superior con el bosque; probablemente, si hubiéramos seguido el camino por encima de las galerías hubiésemos llegado hasta aquí.
Nuestro destino final del día es un pueblito cerca del lago Bohinj, Srednja vas v Bohinju, donde pasaremos las siguientes cuatro noches. En vez de ir por la carretera que pasa por Bled, lo hacemos por la 905, la carretera panorámica de Pokljuka. Hay incluso un bus que hace recorrido por ella, con varias paradas, incluido en la Bohinj card, por lo que pensamos que sería interesante; pero la verdad es que no supimos encontrarle el atractivo ni vimos grandes paisajes. Paramos a medio camino en la Gostilna Zatrnik pr'Jagru porque vemos al pasar columpios y una cama para saltar. Nos tomamos una Radler de limón, con poquita graduación (2.5º), varios refrescos, un trozo de apfelstrudel y una tarta con helado por dentro (cassata). Hace bastante calor y se agradece esta parada.
A media tarde llegamos a nuestro apartamento en Srednja vas v Bohinju. La zona de Bled nos pareció bastante cara y tan tildada de turística que decidimos buscar un alojamiento más alejado. El Apartma Ema nos gustó y cuando llegamos a él nos quedamos impresionados: enorme, con salón-comedor y cocina, dos habitaciones grandes, una de ellas con sofá-cama, con televisión en cada una, sillón de masaje en el salón, lavadora... en las inmediaciones del monte Rudnica.
Se ve que todo estaba nuevo, decorado con mucho gusto. Nos comentó la dueña que van haciendo reformas poco a poco. Tuvimos un pequeño problema con el termo y enseguida buscó arreglo. Para compensarnos nos invitó a comer antes de irnos. Está situado encima de la pizzería, negocio de la familia. Desde la terraza veíamos el sin parar de entrar gente y cómo trabaja el personal; lo más importante, las vistas desde aquí. Un poco antes del apartamento, en la Gostilna Rupa, hay columpios, justo en el km 2 de la carretera.
Después de descansar un poco en la terraza, nos vamos hacia el Bohinjsko jezersko, para hacernos una idea del lugar y ver la caída del sol desde allí. La carretera que pasa por distintos pueblitos es estrecha y hay casas a los lados, pero apenas espacio para los peatones. Pasamos Stara Fuzina (hay aparcamiento junto a la iglesia de St. Pavel y un poco más adelante junto a la oficina de información, aunque hay que caminar bastante para llegar al lago) y nada más entrar en Ribcev Laz, que es el pueblo más cercano, hay un aparcamiento grande a la derecha; otra opción es dejarlo un poco más adelante, antes de la iglesia de S. Juan Bautista y cruzar el puente a pie.
Atravesar el puente con el coche nos pareció que hubiera sido pesado, porque hay mucha gente paseando también por él. Una vez en la otra orilla, encontramos un ambiente muy animado, lleno de gente, restaurantes, tiendas... Para ver zonas de parking, puedes consultar la web de la tarjeta Bohinj Mobility Guest card.
Antes de cruzar el puente, sale a la derecha una senda peatonal que rodea el lago, no siempre por la orilla, sino también entre los árboles. Nuestra intención era recorrerla, pero nunca nos dio tiempo o preferimos dedicarlo a otras cosas. No se puede ir en coche por esta orilla norte; una vez pasado el puente, la carretera sigue a la derecha por la parte sur hasta Ukanc, desde donde sale el teleférico al monte Vogel. Paseamos un poco por los alrededores, bajamos a unos de los embarcaderos y hasta la misma orilla del lago, mientras escuchábamos truenos que cada vez se acercaban más. El día que nos bañamos por la tarde aquí también los oíamos, así que parece algo normal de la zona.
Mañana seguimos por aquí