Hemos tenido muchas dudas antes de iniciar el viaje: primera y más importante (como veremos posteriormeme): ¿Que coche llevar? Por comodidad y espacio estaba clara que teníamos que llevar el Opel Zafira; 134.000 Km, todas las revisiones en orden, y mucho espacio. Los asientos de atrás son bastante más cómodos... en fin, al final convencí a la familia para que llevásemos el Opel Zafira y no el BMW.
En fin que salimos. Conduce Silvia y los niños duermen. Sobre las 6 de la mañana pasamos la frontera. Los niños se despiertan y decidimos a parar sobre las 7 en una estación de servicio. Todo está muy limpio y ordenado. Tienes máquinas de café, y los lavabos están bastante limpios. Continuamos con el viaje: peajes y más peajes (llegas a perder la cuenta del número de peajes que pasamos durante el viaje de ida), repostaje (el gasoil en las autopistas está sobre 1,34 Euros el litro), etc. Paramos a comer pasado Limoges. Empezamos a notar que algo no marcha bien. El coche comienza a temblar al salir de los peajes y después de las paradas. Se trata de un temblor al poner la 3a. Marcha y acelerar a la 4a. También ocurre de 4ª a 5ª, pero cuando alcanzas la velocidad de crucero (sobre 120 km/hora) ya no pasa.
El problema viene cuando salimos del autopista y cogemos el desvío hacia la ciudad de Tours, primer destino de nuestro viaje. Estos últimos 80 kilómetros se convierte en un verdadero infierno, el coche tiembla que parece que se va a desmontar. Nos asustamos y llamamos al Padre de Silvia, que ha sido mecánico muchos años pero la única solución es llegar al destino y ver que pasa. Llueve ligeramente en Tours y nos dirigimos al Hotel: el Ibis Budget Tours Centre, situado junto a la estación de ferrocarril y justo al lado del centro de la ciudad. Metemos el coche en el Parking y tras hacer el check-in (con un amable joven que habla español) y pagar los 89 euros de la factura, nos dirijimos al centro de la ciudad. Vemos la catedral de St. Gatien y unos bonitos jardines donde encontramos un árbol bicentenario que fue importado del Líbano en su día. Nos acercamos a uno de los puente sobre el río Loria, muy caudaloso para estar en esta época del año
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[align=justify]Finalizamos el paseo muy cerca del hotel, en una zona repleta de restaurantes, La Plaza Plumereau. Cenamos unas pizzas en un establecimiento donde los camareros también chapurreaban el español.Yo casi no pruebo bocado, tengo un nudo en el estómago tras lo sucedido con el coche... La cena, sobre los 45 euros
[/align]. [align=justify]Finalizamos el paseo muy cerca del hotel, en una zona repleta de restaurantes, La Plaza Plumereau. Cenamos unas pizzas en un establecimiento donde los camareros también chapurreaban el español.Yo casi no pruebo bocado, tengo un nudo en el estómago tras lo sucedido con el coche... La cena, sobre los 45 euros