01.10.13 Kumamoto
Empezamos mes y a nosotros aún nos quedan muchos días por delante en Japón… la noche de hoy también la pasamos en Kumamoto así que tenemos todo el día para ver la ciudad sin estrés. Desayunamos en el hotel lo comprado anoche y salimos hacia el castillo.
Ayer ya nos percatamos y hoy lo vemos por todas partes. Hay un oso (que mi marido dice que le recuerda al Osito Pedófilo de los dibujos (Pedo Bear) ) en todas la tiendas, en carteles, en restaurantes… resulta ser la mascota de la ciudad jaja!
De nuevo me llaman la atención las tapas de alcantarilla. No sé si lo he comentado alguna vez, pero todas las ciudades de Japón tienen las tapas de alcantarilla decoradas de distinta forma. Algunas tienen el sello o escudo de la ciudad, otras un símbolo que las distinga, otras una flor típica de la zona… las de Kumamoto me gustan mucho!
Nos dirigimos al castillo. Está apenas a 5 minutos a pie del hotel. Entramos por una de las puertas de la muralla (640¥ entrada combinada castillo y villa samurai x 2) y vamos recorriéndola hasta llegar al castillo. En la zona de la muralla hay un parque enorme, algunos jardines de peonías (qué pena que no sea el tiempo porqué es una de mis flores favoritas!) y cuervos, muuuuchos cuervos! no os extrañéis cuando visitéis el país de verlos por todas partes… son considerados como algo sagrado en el sintoísmo, como los acompañantes de este mundo al más allá.
El castillo, construido originalmente por Kato Kiyomasa de 1601 a 1607, es uno de los tres castillos fortificados más importantes y mejor conservados de Japón. Cuenta con un avanzado diseño de arquitectura e ingeniería para la época en que fue construido, aportando el diseño de murallas inclinadas hacia dentro, lo que lo hacía casi inexpugnable, sobretodo por los ninjas, magníficos escaladores y muy bien preparados físicamente, que encontraban más dificultades durante el asedio y que poco a poco se fueron añadiendo a todos los castillos ya construidos. Fue incendiado durante la rebelión de Satsuma.
El castillo es realmente bonito, muy bien conservado y construido en madera oscura que le da un aire de poder increíble. Echo las fotos de rigor al castillo, así como a las murallas y edificios que lo rodean y nos deleitamos con la vista mientras nos tomamos unas bebidas fresquitas a la sombra de unos árboles… he dicho ya que en Kyushu nos hizo un calor terrible??!!! Tras el pequeño descanso, saco el trípode molón que nos acompaña en todos los viajes y nos hacemos unas fotos con el castillo de fondo (es que si no no saldría nunca en las fotos ), la gente se queda mirando el trípode, nos pasa siempre y nosotros nos echamos unas risas con ello
Vemos que hay un tipo disfrazado de “osito pedófilo” -lo llamábamos así siempre que lo veíamos- que intenta escalar el muro del castillo, hay un chico que lo graba todo por lo que deducimos que debe ser algo de coña…
Recorremos la explanada que hay y nos vamos a visitar la torre más antigua y conservada de origen del castillo.
Se puede entrar en ella e ir subiendo por sus empinadas escaleras hasta la última planta, desde la cual hay unas vistas geniales del castillo y de la ciudad. En todas las plantas, encontramos carteles en inglés (si! casi no nos lo creemos!!!) con explicaciones.
Tras la visita, vamos a ver el castillo por dentro. Para llegar a él, primero hay que pasar por un pasillo bajo los muros de la muralla interior.
Y sales de nuevo a otra explanada, ésta algo ajardinada. En ella, hay varios chicos disfrazados de ninja y samurai con los que te puedes hacer fotos. El trípode molón nos saca una foto con la mascota del castillo.
Y tras ello, entramos. Aquí también encontramos algunos carteles con información en inglés sobre lo que se expone, a qué estaban destinadas cada una de las salas, tácticas de defensa… vamos subiendo y al llegar a los últimos pisos hay una cola tremenda para subir. Las escaleras son muuuy empinadas, algunas tienen los escalones de medio metro de alto cada uno, así que os podéis imaginar la dificultad, sobretodo para las japonesas que son más bajitas… Desde aquí arriba también hay unas vistas geniales y además es súper agradable andar por los suelos de madera pulida descalzos.
Ya de vuelta en la calle, nos echamos una foto con unos photocall muy monos que hay:
Y tras unas buenas risas, nos dirigimos hacia la salida. Ésta vez vemos decenas de estudiantes sentados en el suelo pintando el paisaje. Aquí veo algo que me pone de muy mala leche… un chico de unos 12 años, le está poniendo una bolsa en la cabeza a un compañero y éste está que no se puede ni mover… hay como 30 y pico grados de temperatura y está con una bolsa en la cabeza, debe estar medio asfixiado y nadie le dice nada, hasta las profesoras miran hacia otro lado!!! me parece increíble y me dan unas ganas terribles de ir a darle un callejón a ese crio! Sé que en Japón el moving escolar está en apogeo, pero verlo en vivo… ufff!
En fin, salimos del castillo y nos vamos a tomar un heladito. Hace un calor y una humedad terribles… llevamos las camisetas y el pelo chorreando y tenemos hasta sensación de mareo… nos tomamos un helado de leche de soja riquísimo en un sombra y luego seguimos con la visita. Vemos en el mapa que hay que rodear el castillo por un parque para llegar a la residencia samurai Hosokawa Gyobutei (para la que tenemos la entrada combinada). Así que vamos rodeando el castillo, lo primero que vemos es un pequeño parque y un santuario shinto chiquitín (Kato Shrine) pero con una gran torii de piedra.
En el parque que rodea al castillo es dónde se dice que tuvo lugar la última batalla samurai, y cuenta con una gran extensión de cerezos y azaleas, así como un museo sobre la batalla y un monumento a los más de 14000 soldados que murieron aquí que no logramos encontrar (el parque es enoooorme!). La guerra civil de Seinan, tuvo lugar entre 1874 y 1877, y en la batalla se enfrentaron las fuerzas de Satsuma, lideradas por Saigo Takamori y las fuerzas del gobierno central comandadas por el general Nogi. La batalla más famosa fue la de Tabaruzaka, conocida también como "la batalla del último samurai", en la que después de 17 días de asedió, comenzó un ataque frontal en el camino de Tabaruzaka.
Seguimos paseando unos 30-45’, suerte que hay alguna sombra… hasta que damos con la residencia. Más tarde descubriríamos que habíamos salido por el lado equivocado (dando una vuelta hiper-larga) y que además hay un bus que te lleva de un punto a otro de interés dentro del recinto del parque del castillo por 100¥. Pero bueno, el paseo nos permitió ver un parque la mar de mono y el santuario. La residencia Hosokawa Gyobutei, es una gran villa samurai con unos jardines exteriores e interiores espectaculares así como una casa de té, construida para uno de los clanes samurai más poderosos de Kumamoto, los Hosokawa.
La villa cuenta con varios edificios dónde vivían todos las familias que conformaban el clan, cuenta con un edificio destinado a las cocinas, a los baños, la “escuela”, las dependencias privadas y el edificio para recibir audiencias. Se puede entrar en casi todos ellos y además hay exposiciones (de vajillas, muebles, ropas…).
Cuando estábamos en lo alto del castillo, ví que había muy cerca un par de santuarios, así que tras la visita a la villa, seguimos con un paseo de unos 10-15’ junto a las murallas para llegar a éstos. El primero (no recuerdo el nombre) tiene una gran torii de piedra con banderines a la entrada, y es curioso verlo tan cerca del castillo.
Llama la atención que se pueda acceder a él con coche y que haya viviendas y restaurantes en su recinto.
El segundo que visitamos, ya más cerca de la zona comercial de la ciudad, está dedicado a Inari. Tiene una torii roja en la entrada y cuenta con varios edificios, un cementerio y varios símbolos zen.
Hacemos el símbolo del infinito cruzando el círculo zen y encendemos unos inciensos para atraer nuestra buena suerte.
De ahí nos dirigimos hacia Shimotori Arcade, las calles comerciales cubiertas en busca de sombra y comida, ya es medio día y el hambre aprieta. Hay multitud de restaurantes pero nos llama la atención uno que es restaurante, tienda de souvenirs, sushi para llevar y pescadería, todo en el mismo local
Nos pedimos un menú de pescado rebozado como si fuera un tonkatsu (súper fresco! vimos como lo sacaban de una pecera vivo y nos lo preparaba en un momento!!!) con su arroz y su sopa de miso y la chica nos explica como puede que hay buffet de ensaladas japonesas y bebidas (té, zumos, cafés y agua) gratis. Éste será, uno de los sitios dónde mejor comimos, por 1500¥ los dos. Tengo que decir además, que seguramente no hubiéramos entrado en un sitio así en nuestro primer viaje, pero en este segundo ya íbamos con más confianza y con ganas de descubrir el verdadero Japón
Tras una comida fantástica, de esas que te apetece desabrochar un botón de lo mucho que has comido , vamos a buscar el tranvía para ir al Suizenji Koen. Tengo que decir, que hay un pase de tranvía diario por unos 500¥, pero nosotros no lo compramos, pues al tener el hotel tan céntrico sólo hicimos uno o dos trayectos al día por lo que no nos compensaba… Pagamos 150¥ x 2 del tranvía (es tarifa plana, da igual la distancia que siempre vale lo mismo) y buscamos el jardín. La entrada son 400¥ x 2. Éste es el mayor parque de la ciudad y tiene una reproducción de las 53 estaciones de la ruta Tokaido, incluida una miniatura del Mt Fuji, incluye un salón de té y dulces que fue trasladado desde el Palacio Imperial de Kyoto, así como un gran lago en el centro. Nos encanta! como todos los parques japoneses está muy bien cuidado, todo súper limpio y se agradece mucho la sombra que hacen sus árboles. Y nos reímos un rato con el mini Mt Fuji jaja! parece cualquier cosa menos un Mt Fuji (es el montañuco verde del fondo de la siguiente foto).
Nos tomamos un café yo, y una bebida energética mi marido, de unas máquinas… e aquí la lata de la bebida energética:
Tras un paseo de una hora al menos, volvemos hacia la calle principal para tomar el tranvía de vuelta al hotel. Queremos aprovechar que esta noche también dormimos aquí para poner unas lavadoras y, disfrutar de los baños después de la pateada de hoy!
Así que después de poner las lavadoras, nos enfundamos el yukata, cogemos las toallas y nos vamos a los baños, son separados por sexos. Como estoy sola en el de chicas, aprovecho para sacar unas fotos. Están genial, hay una zona de vestuario con tocadores con todo tipo de amenities y unos cestos para dejar la ropa, de ahí pasas a la zona de las duchas con cubilete incorporado y luego tienes una sauna, dos baños interiores (uno de agua helada y otro de agua hirviendo) y por último un baño exterior de agua menos caliente.
Cuando llevo unos 20’ de relax total y absoluto allí sola, llega una japonesa y se queda flipando de ver una gaijin disfrutando del baño jaja! De echo, creo que flipa mucho porqué apenas está unos minutos en el de agua caliente y se va, así que me vuelvo a quedar sola. Cuando ya estoy arrugada como una abuela, salgo y me reúno con mi marido en la lavandería para pasar la ropa de la lavadora a la secadora y nos vamos a la habitación. Nos sienta de maravilla ese baño!!!
Una vez tenemos la ropa lista, nos vamos a probar algo que tenemos muchas ganas y que no hicimos en el primer viaje: vamos a un Neko Café!!!! Mi marido lo buscó por internet y vio éste que lo recomendaban, así que allá fuimos. Pagamos unos 1000¥ + consumición cada uno por 30’ con esos adorables animalillos. Nos costó un poco aclararnos con los chicos del local, pero al final gracias al Translate pudimos apañarnos jaja!
El de la corbata es súper gracioso, seguro que es el jefe!
Al principio, estaban todos los gatos durmiendo y pasando de nosotros…
hasta que el chico nos dio unos frasquitos con unos “caramelos” para gatos. No os podéis imaginar lo interesados que son!! se empiezan a desperezar en el mismo momento que abrimos los frascos y todos vienen a por su caramelo ipso-facto jaja!
Pasamos un buen rato, y los chicos del local son la mar de majos. Pasado el tiempo que teníamos pagado, salimos de nuevo a la zona comercial.
Después de esta experiencia, que seguro repetiremos, buscamos un kombini dónde compramos cena y desayuno para mañana (1300¥ todo) y nos vamos al hotel. Hoy ha sido un buen día y Kumamoto también nos ha dejado buen sabor de boca, lo recomendamos!
Empezamos mes y a nosotros aún nos quedan muchos días por delante en Japón… la noche de hoy también la pasamos en Kumamoto así que tenemos todo el día para ver la ciudad sin estrés. Desayunamos en el hotel lo comprado anoche y salimos hacia el castillo.
Ayer ya nos percatamos y hoy lo vemos por todas partes. Hay un oso (que mi marido dice que le recuerda al Osito Pedófilo de los dibujos (Pedo Bear) ) en todas la tiendas, en carteles, en restaurantes… resulta ser la mascota de la ciudad jaja!
De nuevo me llaman la atención las tapas de alcantarilla. No sé si lo he comentado alguna vez, pero todas las ciudades de Japón tienen las tapas de alcantarilla decoradas de distinta forma. Algunas tienen el sello o escudo de la ciudad, otras un símbolo que las distinga, otras una flor típica de la zona… las de Kumamoto me gustan mucho!
Nos dirigimos al castillo. Está apenas a 5 minutos a pie del hotel. Entramos por una de las puertas de la muralla (640¥ entrada combinada castillo y villa samurai x 2) y vamos recorriéndola hasta llegar al castillo. En la zona de la muralla hay un parque enorme, algunos jardines de peonías (qué pena que no sea el tiempo porqué es una de mis flores favoritas!) y cuervos, muuuuchos cuervos! no os extrañéis cuando visitéis el país de verlos por todas partes… son considerados como algo sagrado en el sintoísmo, como los acompañantes de este mundo al más allá.
El castillo, construido originalmente por Kato Kiyomasa de 1601 a 1607, es uno de los tres castillos fortificados más importantes y mejor conservados de Japón. Cuenta con un avanzado diseño de arquitectura e ingeniería para la época en que fue construido, aportando el diseño de murallas inclinadas hacia dentro, lo que lo hacía casi inexpugnable, sobretodo por los ninjas, magníficos escaladores y muy bien preparados físicamente, que encontraban más dificultades durante el asedio y que poco a poco se fueron añadiendo a todos los castillos ya construidos. Fue incendiado durante la rebelión de Satsuma.
El castillo es realmente bonito, muy bien conservado y construido en madera oscura que le da un aire de poder increíble. Echo las fotos de rigor al castillo, así como a las murallas y edificios que lo rodean y nos deleitamos con la vista mientras nos tomamos unas bebidas fresquitas a la sombra de unos árboles… he dicho ya que en Kyushu nos hizo un calor terrible??!!! Tras el pequeño descanso, saco el trípode molón que nos acompaña en todos los viajes y nos hacemos unas fotos con el castillo de fondo (es que si no no saldría nunca en las fotos ), la gente se queda mirando el trípode, nos pasa siempre y nosotros nos echamos unas risas con ello
Vemos que hay un tipo disfrazado de “osito pedófilo” -lo llamábamos así siempre que lo veíamos- que intenta escalar el muro del castillo, hay un chico que lo graba todo por lo que deducimos que debe ser algo de coña…
Recorremos la explanada que hay y nos vamos a visitar la torre más antigua y conservada de origen del castillo.
Se puede entrar en ella e ir subiendo por sus empinadas escaleras hasta la última planta, desde la cual hay unas vistas geniales del castillo y de la ciudad. En todas las plantas, encontramos carteles en inglés (si! casi no nos lo creemos!!!) con explicaciones.
Tras la visita, vamos a ver el castillo por dentro. Para llegar a él, primero hay que pasar por un pasillo bajo los muros de la muralla interior.
Y sales de nuevo a otra explanada, ésta algo ajardinada. En ella, hay varios chicos disfrazados de ninja y samurai con los que te puedes hacer fotos. El trípode molón nos saca una foto con la mascota del castillo.
Y tras ello, entramos. Aquí también encontramos algunos carteles con información en inglés sobre lo que se expone, a qué estaban destinadas cada una de las salas, tácticas de defensa… vamos subiendo y al llegar a los últimos pisos hay una cola tremenda para subir. Las escaleras son muuuy empinadas, algunas tienen los escalones de medio metro de alto cada uno, así que os podéis imaginar la dificultad, sobretodo para las japonesas que son más bajitas… Desde aquí arriba también hay unas vistas geniales y además es súper agradable andar por los suelos de madera pulida descalzos.
Ya de vuelta en la calle, nos echamos una foto con unos photocall muy monos que hay:
Y tras unas buenas risas, nos dirigimos hacia la salida. Ésta vez vemos decenas de estudiantes sentados en el suelo pintando el paisaje. Aquí veo algo que me pone de muy mala leche… un chico de unos 12 años, le está poniendo una bolsa en la cabeza a un compañero y éste está que no se puede ni mover… hay como 30 y pico grados de temperatura y está con una bolsa en la cabeza, debe estar medio asfixiado y nadie le dice nada, hasta las profesoras miran hacia otro lado!!! me parece increíble y me dan unas ganas terribles de ir a darle un callejón a ese crio! Sé que en Japón el moving escolar está en apogeo, pero verlo en vivo… ufff!
En fin, salimos del castillo y nos vamos a tomar un heladito. Hace un calor y una humedad terribles… llevamos las camisetas y el pelo chorreando y tenemos hasta sensación de mareo… nos tomamos un helado de leche de soja riquísimo en un sombra y luego seguimos con la visita. Vemos en el mapa que hay que rodear el castillo por un parque para llegar a la residencia samurai Hosokawa Gyobutei (para la que tenemos la entrada combinada). Así que vamos rodeando el castillo, lo primero que vemos es un pequeño parque y un santuario shinto chiquitín (Kato Shrine) pero con una gran torii de piedra.
En el parque que rodea al castillo es dónde se dice que tuvo lugar la última batalla samurai, y cuenta con una gran extensión de cerezos y azaleas, así como un museo sobre la batalla y un monumento a los más de 14000 soldados que murieron aquí que no logramos encontrar (el parque es enoooorme!). La guerra civil de Seinan, tuvo lugar entre 1874 y 1877, y en la batalla se enfrentaron las fuerzas de Satsuma, lideradas por Saigo Takamori y las fuerzas del gobierno central comandadas por el general Nogi. La batalla más famosa fue la de Tabaruzaka, conocida también como "la batalla del último samurai", en la que después de 17 días de asedió, comenzó un ataque frontal en el camino de Tabaruzaka.
Seguimos paseando unos 30-45’, suerte que hay alguna sombra… hasta que damos con la residencia. Más tarde descubriríamos que habíamos salido por el lado equivocado (dando una vuelta hiper-larga) y que además hay un bus que te lleva de un punto a otro de interés dentro del recinto del parque del castillo por 100¥. Pero bueno, el paseo nos permitió ver un parque la mar de mono y el santuario. La residencia Hosokawa Gyobutei, es una gran villa samurai con unos jardines exteriores e interiores espectaculares así como una casa de té, construida para uno de los clanes samurai más poderosos de Kumamoto, los Hosokawa.
La villa cuenta con varios edificios dónde vivían todos las familias que conformaban el clan, cuenta con un edificio destinado a las cocinas, a los baños, la “escuela”, las dependencias privadas y el edificio para recibir audiencias. Se puede entrar en casi todos ellos y además hay exposiciones (de vajillas, muebles, ropas…).
Cuando estábamos en lo alto del castillo, ví que había muy cerca un par de santuarios, así que tras la visita a la villa, seguimos con un paseo de unos 10-15’ junto a las murallas para llegar a éstos. El primero (no recuerdo el nombre) tiene una gran torii de piedra con banderines a la entrada, y es curioso verlo tan cerca del castillo.
Llama la atención que se pueda acceder a él con coche y que haya viviendas y restaurantes en su recinto.
El segundo que visitamos, ya más cerca de la zona comercial de la ciudad, está dedicado a Inari. Tiene una torii roja en la entrada y cuenta con varios edificios, un cementerio y varios símbolos zen.
Hacemos el símbolo del infinito cruzando el círculo zen y encendemos unos inciensos para atraer nuestra buena suerte.
De ahí nos dirigimos hacia Shimotori Arcade, las calles comerciales cubiertas en busca de sombra y comida, ya es medio día y el hambre aprieta. Hay multitud de restaurantes pero nos llama la atención uno que es restaurante, tienda de souvenirs, sushi para llevar y pescadería, todo en el mismo local
Nos pedimos un menú de pescado rebozado como si fuera un tonkatsu (súper fresco! vimos como lo sacaban de una pecera vivo y nos lo preparaba en un momento!!!) con su arroz y su sopa de miso y la chica nos explica como puede que hay buffet de ensaladas japonesas y bebidas (té, zumos, cafés y agua) gratis. Éste será, uno de los sitios dónde mejor comimos, por 1500¥ los dos. Tengo que decir además, que seguramente no hubiéramos entrado en un sitio así en nuestro primer viaje, pero en este segundo ya íbamos con más confianza y con ganas de descubrir el verdadero Japón
Tras una comida fantástica, de esas que te apetece desabrochar un botón de lo mucho que has comido , vamos a buscar el tranvía para ir al Suizenji Koen. Tengo que decir, que hay un pase de tranvía diario por unos 500¥, pero nosotros no lo compramos, pues al tener el hotel tan céntrico sólo hicimos uno o dos trayectos al día por lo que no nos compensaba… Pagamos 150¥ x 2 del tranvía (es tarifa plana, da igual la distancia que siempre vale lo mismo) y buscamos el jardín. La entrada son 400¥ x 2. Éste es el mayor parque de la ciudad y tiene una reproducción de las 53 estaciones de la ruta Tokaido, incluida una miniatura del Mt Fuji, incluye un salón de té y dulces que fue trasladado desde el Palacio Imperial de Kyoto, así como un gran lago en el centro. Nos encanta! como todos los parques japoneses está muy bien cuidado, todo súper limpio y se agradece mucho la sombra que hacen sus árboles. Y nos reímos un rato con el mini Mt Fuji jaja! parece cualquier cosa menos un Mt Fuji (es el montañuco verde del fondo de la siguiente foto).
Nos tomamos un café yo, y una bebida energética mi marido, de unas máquinas… e aquí la lata de la bebida energética:
Tras un paseo de una hora al menos, volvemos hacia la calle principal para tomar el tranvía de vuelta al hotel. Queremos aprovechar que esta noche también dormimos aquí para poner unas lavadoras y, disfrutar de los baños después de la pateada de hoy!
Así que después de poner las lavadoras, nos enfundamos el yukata, cogemos las toallas y nos vamos a los baños, son separados por sexos. Como estoy sola en el de chicas, aprovecho para sacar unas fotos. Están genial, hay una zona de vestuario con tocadores con todo tipo de amenities y unos cestos para dejar la ropa, de ahí pasas a la zona de las duchas con cubilete incorporado y luego tienes una sauna, dos baños interiores (uno de agua helada y otro de agua hirviendo) y por último un baño exterior de agua menos caliente.
Cuando llevo unos 20’ de relax total y absoluto allí sola, llega una japonesa y se queda flipando de ver una gaijin disfrutando del baño jaja! De echo, creo que flipa mucho porqué apenas está unos minutos en el de agua caliente y se va, así que me vuelvo a quedar sola. Cuando ya estoy arrugada como una abuela, salgo y me reúno con mi marido en la lavandería para pasar la ropa de la lavadora a la secadora y nos vamos a la habitación. Nos sienta de maravilla ese baño!!!
Una vez tenemos la ropa lista, nos vamos a probar algo que tenemos muchas ganas y que no hicimos en el primer viaje: vamos a un Neko Café!!!! Mi marido lo buscó por internet y vio éste que lo recomendaban, así que allá fuimos. Pagamos unos 1000¥ + consumición cada uno por 30’ con esos adorables animalillos. Nos costó un poco aclararnos con los chicos del local, pero al final gracias al Translate pudimos apañarnos jaja!
El de la corbata es súper gracioso, seguro que es el jefe!
Al principio, estaban todos los gatos durmiendo y pasando de nosotros…
hasta que el chico nos dio unos frasquitos con unos “caramelos” para gatos. No os podéis imaginar lo interesados que son!! se empiezan a desperezar en el mismo momento que abrimos los frascos y todos vienen a por su caramelo ipso-facto jaja!
Pasamos un buen rato, y los chicos del local son la mar de majos. Pasado el tiempo que teníamos pagado, salimos de nuevo a la zona comercial.
Después de esta experiencia, que seguro repetiremos, buscamos un kombini dónde compramos cena y desayuno para mañana (1300¥ todo) y nos vamos al hotel. Hoy ha sido un buen día y Kumamoto también nos ha dejado buen sabor de boca, lo recomendamos!
**Encontrarás el diario completo y otros más en mi blog:http://creciendoconmisviajes.wordpress.com/