11.10.13 Tokyo - Nikko - Tokyo
Hoy toca hacer una excursión que nos quedó pendiente en el primer viaje, Nikko. Como sabéis, fuimos a Japón por primera vez dos meses después del tsunami. Realmente podríamos haber ido a Nikko pero para tranquilidad de los nuestros evitamos “acercarnos” a Fukushima, así que quedó pendiente para la siguiente ocasión. Y ahora llegaba el momento
Nos levantamos bien temprano, desayunamos en el hotel y salimos hacia la JR Tokyo (4’ desde JR shimbashi) dónde a las 8,08h cogeremos el shinkansen a Utsunomiya. Es nuestro último día de Japan Rail Pass y hay que aprovecharlo!
Decidimos no reservar los billetes para el día de hoy, ya que no sabíamos exactamente el rato que pasaríamos en Nikko. Mientras esperamos que arranque el tren, vemos en las pantallas que éste tiene parada en Fukushima, así que grabo un vídeo para enviárselo a un compi del trabajo que me ha dado mucho la brasa (otra vez) con el tema de la radiación.
El trayecto dura unos 50 minutos. Al llegar a Utsunomiya, cambiamos hacia la JR Nikko Line para coger el tren local que nos llevará hasta Nikko Sta. Es un tren viejuno y ya suponemos que pasará por una vía del estilo a las de Takayama al tratarse de una zona montañosa. En 42 minutos de “shin-borreguero” -como bautizó mi marido a estos trenes- llegamos a Nikko.
Nikko 日光: A dos horas en tren de Tokyo, es al mismo tiempo una maravilla de belleza natural y un importante emplazamiento de obras maestras arquitectónicas de Japón. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1999. El santuario Toshogu, terminado en 1636 y dedicado al fundador del shogunato de los Tokugawa, es el punto de convergencia de la ciudad. La mayoría de los edificios de los santuarios, así como numerosos elementos, han sido catalogados como Tesoros nacionales o valioso patrimonio cultural. El puente Shinkyo o "Puente sagrado" se alza con gracia sobre el río Daiya. El lago Chuzenji brilla especialmente a principios de mayo, con la eclosión de las flores de colores de los cerezos y en octubre, cuando las hojas se ponen sus mejores galas otoñales. A 5 minutos a pie desde la parada de autobús Chuzenji Onsen se encuentra la cascada Kegon, una de las más famosos de Japón.
Todos los santuarios y templos más famosos de Nikko están agrupados en una misma área, a unos dos kilómetros de las estaciones de JR y Tobu de Nikko. Se puede acceder a ellas en autobús (10 minutos, 300¥ el trayecto sencillo o 500¥ el pase diario) o a pie, en unos 30-40 minutos hasta la calle principal de Nikko. Los autobuses conectan el centro con la zona de Nikko Okunikko, incluyendo el Lago Chuzenji y la cascada Kegon en el Parque Nacional de Nikko. Un viaje de ida a Lake Chuzenji tarda unos 50 minutos y cuesta 1100¥. Un pase de 2 días para los viajes en autobús ilimitados entre Nikko y el Lago Chuzenji está disponible por 2000¥ en la estación de Tobu Nikko.
Son las 9,54h y sé por la info que saqué del foro que a las 10,01h sale un bus hacia las cascadas… queremos empezar la ruta de hoy por esa zona así que a paso ligero vamos de la JR Nikko a la Tobu Nikko, compramos los pases del bus (2000¥ x 2 -el pase de dos días-) y con ciertos problemas por lo mal indicado que está, conseguimos dar con el bus que sube hacia el lago y las cascadas in extremis! Aunque son solo 15km de trayecto, es una carretera de montaña con unas pendientes y unas curvas por las que cuesta creer que los buses vayan por ahí… así que se convierte en un paseo de 50 minutos.
El bus nos deja en la terminal de bus de la zona norte de Nikko y en menos de 5 minutos estamos junto a la cascada Kegon (Kegon no Taki). Con casi 100m de altura es una de las tres más bellas de Japón y la más bonita de esta zona. Es la única vía de escape de las aguas del lago Chuzenji. Vamos hacia la plataforma de observación gratuita y nos maravillamos con las vistas!
aunque ayer ya vimos otras cascadas en los lagos del Fuji, ésta nos gusta mucho. Estamos a unos cuantos metros de distancia y aún así nos llega el agua que salpica al caer. Están rodeadas de unos precipicios preciosos y de un bonito bosque entre las montañas.
Decidimos coger el ascensor (530¥ x 2) para observarlas casi en su base. Aquí hace más frío que arriba, queda a la sombra y junto a la humedad del lugar necesitamos echar mano a las sudaderas. Las vistas desde aquí son aún más impresionantes.
Tras un buen rato de disfrutar de las vistas, unas cuantas fotos y vídeos, cogemos de nuevo el ascensor para volver arriba. Nos compramos unas bebidas en las máquinas que hay y luego vamos hacia el lago en un paseo de unos 10 minutos. Junto a él vemos una gran torii de madera, muy similar a la de Kyoto.
Según íbamos subiendo con el bus, vimos que la niebla se iba dispersando y aquí aún queda algo de ella, aunque luce el sol.
El lago Chuzenji (Chuzen-ji-ko) es un pintoresco lago en medio de las montañas al norte de la ciudad de Nikko. Se encuentra a los pies del Monte Nantai, el volcán sagrado de Nikko, cuya erupción bloqueó el valle, creando así el lago hace unos 20.000 años. Se encuentra a 1269m de altura sobre el nivel del mar.
Vemos que hay barquitos con forma de cisne para dar un paseo por él, varios restaurantes y hoteles en su orilla y aunque sabemos que al otro extremo se encuentra el templo Chuzenji, no podemos verlo por la niebla. Es tentador quedarse en esta zona y verla con calma, pero ambos tenemos cefalea por la altitud, así que decimos volver a la estación de buses y coger el siguiente que baja hacia el centro de Nikko. Son las 12,15h y tenemos unos 45’ de bajada. De nuevo nos impresiona sobremanera la carretera de Dios por la que pasa el bus.
Decidimos bajar en la parada de Nishisando con intención de ver el abismo. Pero antes hacemos un alto para comer. Aunque muchos en el foro recomiendan un restaurante de lo más pintoresco en Nikko, estamos lejos de él, así que nos decidimos por un pequeño restaurante-tienda de encurtidos cerca de la parada. La señora que lo lleva no habla ni papa de inglés pero con las fotos de la carta y señas nos entendemos a la perfección. Comemos un riquísimo bol de ramen con un buen té (unos 2000¥ los dos) que nos va de perlas para entrar en calor, en la zona del lago hacia fresquirri.
Y ahora si, a eso de las 14h y con la tripa llena, vamos hacia el abismo de Kanmagafuchi. Según la guía hay un paseo de 10-15 minutos a pie, aunque a mi me pareció algo más. Formado por una erupción del cercano Monte Nantai, este pequeño barranco cerca del centro de Nikko tiene un agradable sendero para caminar junto al río ofreciendo un paisaje precioso. También conocido por su fila de cerca de 70 estatuas de piedra de Jizo, un Bodhisattva que cuida de la persona fallecida y a los viajeros.
Ya sabíamos por comentarios del foro y fotos que habíamos visto que lo de “abismo” le queda un poco grande… y aún así, una vez allí nos echamos unas buenas risas con el tema
Desde luego si vas con la mentalidad de ver un abismo como tal, quítatelo de la cabeza. Eso si, me pareció un lugar fascinante. A un lado, encuentras la hilera de Jizo cubiertos de musgo, al otro el pequeño barranco por dónde baja el agua que proviene del Chuzenji, con una gran fuerza formando grandes remolinos en el agua y puliendo las grandes rocas que lo bordean. Im-presionante, de verdad. Y como vale más una imagen que cien palabras, ahí os dejo algunas instantáneas.
Tras un buen rato allí y después de tomarnos un café calentito de una de las máquinas, seguimos con la ruta. Cuando planeamos la excursión de hoy pensábamos ver los principales templos de la zona pero en verano decidieron quitar el pase que incluía la entrada a ellos y cobrar por separado cada templo, luego además cubrieron el Rinnoji para restaurarlo y además pensamos en que ya llevaríamos un par de semanas por Japón recorriendo templos, así que decidimos descartar templos y quedarnos solo con el Toshogu, uno de los más importantes. Y ahí es a dónde nos dirigimos. Tras unos 30’ andando llegamos a la zona de los templos. Enfilamos unas escaleras de piedra que llevan hasta el Rinnoji y el Toshogu y nos adentramos en un bonito bosque que los envuelve.
En primer lugar pasamos junto al Rinnoji, el más importante de Nikko y fundado en 766 por el monje Shodo Shonin quien introdujo el budismo en Nikko en el s. VIII. El templo está totalmente cubierto, así que echamos unas fotos al Gomado Hall, el único edificio que queda descubierto y seguimos.
Llegamos hasta la gran torii de piedra que marca la entrada al Santuario Toshogu, considerado como la principal atracción de Nikko, se trata del mausoleo de Tokugawa Ieyasu, fundador del shogunato Tokugawa que gobernó Japón durante más de 250 años, hasta 1868, y dedicado a los espíritus de Ieyasu y a otras dos personalidades históricas más influyentes de Japón: Toyotomi Hideyoshi y Minamoto Yoritomo.
Nada más cruzar la gran torii uno ya es consciente que este complejo de templos es algo totalmente distinto a lo que estamos acostumbrados a ver en Japón, y aunque no es exclusivo de esta región será lo único de esta arquitectura que verás en un viaje “tradicional” a Japón. El santuario está formado por más de una docena de edificios sintoístas y budistas y están envueltos por un bonito bosque. Destacan sin duda la gran variedad de colores así como los elaborados gravados de cada uno de los edificios.
Junto a la torii hay una gran pagoda de cinco pisos en un llamativo color rojo que destaca entre el verdor del bosque. Increíble! Maravilloso!
Avanzamos hasta la taquilla dónde compramos el ticket que incluye la entrada a todos los edificios del santuario (1300¥ x 2). No entraré en detalle en relatar cada edificio que visitamos aquí, pero si mencionar que si os gusta la naturaleza no os podéis perder la visita a este lugar.
Del santuario destacan tres cosas como “más importantes”, la primera es el templo que contiene los grabados de los tres monos de la sabiduría (conocidos por los monos del WhatsApp) que enseñan el tradicional “ver, oír y callar” al modo nipón, en este punto había un montón de escolares recibiendo las explicaciones por parte de sus maestros
Por otro lado tenemos la sala del "Rugido del Dragón". No hablaré demasiado de ello porqué me pareció una turistada al 200%, quizá si se esforzaran por dar las explicaciones previas al “rugido” me gustaría más… Y por último, la escultura del Gato Durmiente… que aquí ya me mataron! se trata de un ascenso por unas empinadas escaleras de piedra -y no corto precisamente- para ver una estupa que se supone contiene al dichoso gato… si me lo cuentan antes, teniendo en cuenta el estado de mi espalda, no subo… estuve a punto de hacerme el harakiri!! avisados quedáis futuros viajeros!
Y aunque leyendo mi último párrafo pueda parecer una chorrada ir a este santuario, para nada! los edificios son súper bonitos, algo distinto a lo que estamos acostumbrados a ver y con un entorno natural fantástico, solo por eso ya merece la pena la visita. Eso si, no os dejéis engatusar, sobretodo por lo del gato!
Algunos edificios estaban cubiertos de andamios por obras de restauración pero pudimos ver la gran mayoría sin problemas. Tras la visita y a punto del cierre del templo, decidimos seguir con la ruta. Antes por eso, compramos unos souvenirs, algunos a los mismos monjes y otros, en las tiendecitas que hay fuera del recinto del Toshogu, cómo no… de monitos va la cosa!
Nos dirigimos camino del puente Shinkyo para terminar la jornada de hoy, antes me deleito un poco con esta fuente... me encanta su dragón!
El Puente sagrado Shinkyo, totalmente lacado en rojo forma un gracioso arco sobre el río Daiya. La leyenda cuenta que el ermitaño que dio origen a Nikko atravesó el río a lomos de dos serpientes, representadas hoy en día por los brazos del puente. En la época feudal, sólo el emperador tenía derecho a cruzarlo y lleva hasta un parque de 16.000 cedros situado cerca del Toshogu, aunque técnicamente pertenece al Santuario Futarasan. El puente está considerado como uno de los tres mejores puentes de Japón y fue construido en 1636. Hoy en día también se puede cruzar pero hay que pagar por ello y lleva hasta un pequeño templo.
Me dispongo a echar unas fotos cuando notamos que el puente dónde estamos y que queda frente a al Shinkyo empieza a temblar. En un principio pensamos que es porqué está pasando un camión, pero el temblor continua… así que nos apartamos unos metros del puente y esperamos a que pase, vaya sitio de cogernos un terremoto eh?! Tan sólo dura unos segundo más y ahora si, volvemos al puente para echar las instantáneas del Shinkyo.
A estas alturas del día estamos bien cansados y aunque hay solo unos 30 minutos a pie hasta la estación JR, decidimos esperar al siguiente bus aprovechando que tenemos el pase. En pocos minutos llega y en unos 5, estamos en la estación de trenes de la Tobu. De ahí a la JR Sta (están una junto a la otra) y miramos los horarios para volver a Utsunomiya… aún faltan unos 30’, así que nos tomamos un refresco de las máquinas y esperamos. Tomamos el tren que conforme se acerca la hora de partir se va llenando y en unos 45 minutos volvemos a estar en JR Utsunomiya. Como no llevamos los billetes reservados, vamos hacia la zona de “no reservado” del andén y nos toca hacer una buena cola… aquí ya vemos que el shinkansen a Tokyo va a ir a petar… y efectivamente, nos toca ir de pie una buena parte del trayecto!
Y aquí me pasa algo curioso y que me desmonta bastante la visión de gente amable que tengo de los japoneses… ya me llama la atención que habiendo mujeres de pie y hombres sentados, ninguno sea capaz de levantar el culo y ceder el asiento y eso que había algunas señoras muy mayores!
Y cuando llegamos a la parada de Omiya, el señor que está sentado junto a mi (yo de pie en el pasillo) se levanta para bajar y un hombre -más o menos de mi edad- intenta quitarme el sitio, estando yo prácticamente sentada ya… y con muy mala cara me dice “gaijin!”
Os juro que le pegué una mirada de mala hostia española que se giró de golpe!
no me comporto nunca así, pero me sentó fatal su reacción de empujarme para levantarme y su “insulto”! uff que mala leche me entró
eso si, me senté que ya lo necesitaba, tremendo dolor de espalda llevaba ya... a la siguiente parada se bajó el señor que estaba sentado a mi lado, y ya se pudo sentar mi marido conmigo, el otro hombre no hizo ni amago
Al llegar a Tokyo, ya no tenemos fuerzas para nada… con lo cansados que íbamos, solo nos faltaba tener que viajar casi todo el trayecto a pie (vaya último trayecto en Shinkansen
), así que decidimos coger la JR Yamanote hasta Shimbashi, comprar cena en un Family Mart que hay cerca del hotel e irnos a descansar. Nos pica la curiosidad por saber si el temblor que notamos en el puente era un terremoto y buscamos por internet y afirmativo, se trataba de un terremoto de 6 y pico con epicentro cerca de Utsunomiya.
Éste ha sido nuestro último día de excursiones y nos quedan por delante tres días para disfrutar al máximo Tokyo antes de partir… ufff! tan solo nos quedan unos días por Japón ya!!!
Antes de dormir, pasamos un ratito viendo los trenes (Shinkansen, monorail y locales) que pasan frente a nuestra ventana.
Y ahora si, buenas noches!
Hoy toca hacer una excursión que nos quedó pendiente en el primer viaje, Nikko. Como sabéis, fuimos a Japón por primera vez dos meses después del tsunami. Realmente podríamos haber ido a Nikko pero para tranquilidad de los nuestros evitamos “acercarnos” a Fukushima, así que quedó pendiente para la siguiente ocasión. Y ahora llegaba el momento


Decidimos no reservar los billetes para el día de hoy, ya que no sabíamos exactamente el rato que pasaríamos en Nikko. Mientras esperamos que arranque el tren, vemos en las pantallas que éste tiene parada en Fukushima, así que grabo un vídeo para enviárselo a un compi del trabajo que me ha dado mucho la brasa (otra vez) con el tema de la radiación.


El trayecto dura unos 50 minutos. Al llegar a Utsunomiya, cambiamos hacia la JR Nikko Line para coger el tren local que nos llevará hasta Nikko Sta. Es un tren viejuno y ya suponemos que pasará por una vía del estilo a las de Takayama al tratarse de una zona montañosa. En 42 minutos de “shin-borreguero” -como bautizó mi marido a estos trenes- llegamos a Nikko.
Nikko 日光: A dos horas en tren de Tokyo, es al mismo tiempo una maravilla de belleza natural y un importante emplazamiento de obras maestras arquitectónicas de Japón. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1999. El santuario Toshogu, terminado en 1636 y dedicado al fundador del shogunato de los Tokugawa, es el punto de convergencia de la ciudad. La mayoría de los edificios de los santuarios, así como numerosos elementos, han sido catalogados como Tesoros nacionales o valioso patrimonio cultural. El puente Shinkyo o "Puente sagrado" se alza con gracia sobre el río Daiya. El lago Chuzenji brilla especialmente a principios de mayo, con la eclosión de las flores de colores de los cerezos y en octubre, cuando las hojas se ponen sus mejores galas otoñales. A 5 minutos a pie desde la parada de autobús Chuzenji Onsen se encuentra la cascada Kegon, una de las más famosos de Japón.
Todos los santuarios y templos más famosos de Nikko están agrupados en una misma área, a unos dos kilómetros de las estaciones de JR y Tobu de Nikko. Se puede acceder a ellas en autobús (10 minutos, 300¥ el trayecto sencillo o 500¥ el pase diario) o a pie, en unos 30-40 minutos hasta la calle principal de Nikko. Los autobuses conectan el centro con la zona de Nikko Okunikko, incluyendo el Lago Chuzenji y la cascada Kegon en el Parque Nacional de Nikko. Un viaje de ida a Lake Chuzenji tarda unos 50 minutos y cuesta 1100¥. Un pase de 2 días para los viajes en autobús ilimitados entre Nikko y el Lago Chuzenji está disponible por 2000¥ en la estación de Tobu Nikko.
Son las 9,54h y sé por la info que saqué del foro que a las 10,01h sale un bus hacia las cascadas… queremos empezar la ruta de hoy por esa zona así que a paso ligero vamos de la JR Nikko a la Tobu Nikko, compramos los pases del bus (2000¥ x 2 -el pase de dos días-) y con ciertos problemas por lo mal indicado que está, conseguimos dar con el bus que sube hacia el lago y las cascadas in extremis! Aunque son solo 15km de trayecto, es una carretera de montaña con unas pendientes y unas curvas por las que cuesta creer que los buses vayan por ahí… así que se convierte en un paseo de 50 minutos.
El bus nos deja en la terminal de bus de la zona norte de Nikko y en menos de 5 minutos estamos junto a la cascada Kegon (Kegon no Taki). Con casi 100m de altura es una de las tres más bellas de Japón y la más bonita de esta zona. Es la única vía de escape de las aguas del lago Chuzenji. Vamos hacia la plataforma de observación gratuita y nos maravillamos con las vistas!

Decidimos coger el ascensor (530¥ x 2) para observarlas casi en su base. Aquí hace más frío que arriba, queda a la sombra y junto a la humedad del lugar necesitamos echar mano a las sudaderas. Las vistas desde aquí son aún más impresionantes.
Tras un buen rato de disfrutar de las vistas, unas cuantas fotos y vídeos, cogemos de nuevo el ascensor para volver arriba. Nos compramos unas bebidas en las máquinas que hay y luego vamos hacia el lago en un paseo de unos 10 minutos. Junto a él vemos una gran torii de madera, muy similar a la de Kyoto.
Según íbamos subiendo con el bus, vimos que la niebla se iba dispersando y aquí aún queda algo de ella, aunque luce el sol.
El lago Chuzenji (Chuzen-ji-ko) es un pintoresco lago en medio de las montañas al norte de la ciudad de Nikko. Se encuentra a los pies del Monte Nantai, el volcán sagrado de Nikko, cuya erupción bloqueó el valle, creando así el lago hace unos 20.000 años. Se encuentra a 1269m de altura sobre el nivel del mar.
Vemos que hay barquitos con forma de cisne para dar un paseo por él, varios restaurantes y hoteles en su orilla y aunque sabemos que al otro extremo se encuentra el templo Chuzenji, no podemos verlo por la niebla. Es tentador quedarse en esta zona y verla con calma, pero ambos tenemos cefalea por la altitud, así que decimos volver a la estación de buses y coger el siguiente que baja hacia el centro de Nikko. Son las 12,15h y tenemos unos 45’ de bajada. De nuevo nos impresiona sobremanera la carretera de Dios por la que pasa el bus.
Decidimos bajar en la parada de Nishisando con intención de ver el abismo. Pero antes hacemos un alto para comer. Aunque muchos en el foro recomiendan un restaurante de lo más pintoresco en Nikko, estamos lejos de él, así que nos decidimos por un pequeño restaurante-tienda de encurtidos cerca de la parada. La señora que lo lleva no habla ni papa de inglés pero con las fotos de la carta y señas nos entendemos a la perfección. Comemos un riquísimo bol de ramen con un buen té (unos 2000¥ los dos) que nos va de perlas para entrar en calor, en la zona del lago hacia fresquirri.
Y ahora si, a eso de las 14h y con la tripa llena, vamos hacia el abismo de Kanmagafuchi. Según la guía hay un paseo de 10-15 minutos a pie, aunque a mi me pareció algo más. Formado por una erupción del cercano Monte Nantai, este pequeño barranco cerca del centro de Nikko tiene un agradable sendero para caminar junto al río ofreciendo un paisaje precioso. También conocido por su fila de cerca de 70 estatuas de piedra de Jizo, un Bodhisattva que cuida de la persona fallecida y a los viajeros.
Ya sabíamos por comentarios del foro y fotos que habíamos visto que lo de “abismo” le queda un poco grande… y aún así, una vez allí nos echamos unas buenas risas con el tema



Tras un buen rato allí y después de tomarnos un café calentito de una de las máquinas, seguimos con la ruta. Cuando planeamos la excursión de hoy pensábamos ver los principales templos de la zona pero en verano decidieron quitar el pase que incluía la entrada a ellos y cobrar por separado cada templo, luego además cubrieron el Rinnoji para restaurarlo y además pensamos en que ya llevaríamos un par de semanas por Japón recorriendo templos, así que decidimos descartar templos y quedarnos solo con el Toshogu, uno de los más importantes. Y ahí es a dónde nos dirigimos. Tras unos 30’ andando llegamos a la zona de los templos. Enfilamos unas escaleras de piedra que llevan hasta el Rinnoji y el Toshogu y nos adentramos en un bonito bosque que los envuelve.
En primer lugar pasamos junto al Rinnoji, el más importante de Nikko y fundado en 766 por el monje Shodo Shonin quien introdujo el budismo en Nikko en el s. VIII. El templo está totalmente cubierto, así que echamos unas fotos al Gomado Hall, el único edificio que queda descubierto y seguimos.
Llegamos hasta la gran torii de piedra que marca la entrada al Santuario Toshogu, considerado como la principal atracción de Nikko, se trata del mausoleo de Tokugawa Ieyasu, fundador del shogunato Tokugawa que gobernó Japón durante más de 250 años, hasta 1868, y dedicado a los espíritus de Ieyasu y a otras dos personalidades históricas más influyentes de Japón: Toyotomi Hideyoshi y Minamoto Yoritomo.
Nada más cruzar la gran torii uno ya es consciente que este complejo de templos es algo totalmente distinto a lo que estamos acostumbrados a ver en Japón, y aunque no es exclusivo de esta región será lo único de esta arquitectura que verás en un viaje “tradicional” a Japón. El santuario está formado por más de una docena de edificios sintoístas y budistas y están envueltos por un bonito bosque. Destacan sin duda la gran variedad de colores así como los elaborados gravados de cada uno de los edificios.
Junto a la torii hay una gran pagoda de cinco pisos en un llamativo color rojo que destaca entre el verdor del bosque. Increíble! Maravilloso!
Avanzamos hasta la taquilla dónde compramos el ticket que incluye la entrada a todos los edificios del santuario (1300¥ x 2). No entraré en detalle en relatar cada edificio que visitamos aquí, pero si mencionar que si os gusta la naturaleza no os podéis perder la visita a este lugar.
Del santuario destacan tres cosas como “más importantes”, la primera es el templo que contiene los grabados de los tres monos de la sabiduría (conocidos por los monos del WhatsApp) que enseñan el tradicional “ver, oír y callar” al modo nipón, en este punto había un montón de escolares recibiendo las explicaciones por parte de sus maestros

Por otro lado tenemos la sala del "Rugido del Dragón". No hablaré demasiado de ello porqué me pareció una turistada al 200%, quizá si se esforzaran por dar las explicaciones previas al “rugido” me gustaría más… Y por último, la escultura del Gato Durmiente… que aquí ya me mataron! se trata de un ascenso por unas empinadas escaleras de piedra -y no corto precisamente- para ver una estupa que se supone contiene al dichoso gato… si me lo cuentan antes, teniendo en cuenta el estado de mi espalda, no subo… estuve a punto de hacerme el harakiri!! avisados quedáis futuros viajeros!


Y aunque leyendo mi último párrafo pueda parecer una chorrada ir a este santuario, para nada! los edificios son súper bonitos, algo distinto a lo que estamos acostumbrados a ver y con un entorno natural fantástico, solo por eso ya merece la pena la visita. Eso si, no os dejéis engatusar, sobretodo por lo del gato!

Algunos edificios estaban cubiertos de andamios por obras de restauración pero pudimos ver la gran mayoría sin problemas. Tras la visita y a punto del cierre del templo, decidimos seguir con la ruta. Antes por eso, compramos unos souvenirs, algunos a los mismos monjes y otros, en las tiendecitas que hay fuera del recinto del Toshogu, cómo no… de monitos va la cosa!

Nos dirigimos camino del puente Shinkyo para terminar la jornada de hoy, antes me deleito un poco con esta fuente... me encanta su dragón!
El Puente sagrado Shinkyo, totalmente lacado en rojo forma un gracioso arco sobre el río Daiya. La leyenda cuenta que el ermitaño que dio origen a Nikko atravesó el río a lomos de dos serpientes, representadas hoy en día por los brazos del puente. En la época feudal, sólo el emperador tenía derecho a cruzarlo y lleva hasta un parque de 16.000 cedros situado cerca del Toshogu, aunque técnicamente pertenece al Santuario Futarasan. El puente está considerado como uno de los tres mejores puentes de Japón y fue construido en 1636. Hoy en día también se puede cruzar pero hay que pagar por ello y lleva hasta un pequeño templo.
Me dispongo a echar unas fotos cuando notamos que el puente dónde estamos y que queda frente a al Shinkyo empieza a temblar. En un principio pensamos que es porqué está pasando un camión, pero el temblor continua… así que nos apartamos unos metros del puente y esperamos a que pase, vaya sitio de cogernos un terremoto eh?! Tan sólo dura unos segundo más y ahora si, volvemos al puente para echar las instantáneas del Shinkyo.
A estas alturas del día estamos bien cansados y aunque hay solo unos 30 minutos a pie hasta la estación JR, decidimos esperar al siguiente bus aprovechando que tenemos el pase. En pocos minutos llega y en unos 5, estamos en la estación de trenes de la Tobu. De ahí a la JR Sta (están una junto a la otra) y miramos los horarios para volver a Utsunomiya… aún faltan unos 30’, así que nos tomamos un refresco de las máquinas y esperamos. Tomamos el tren que conforme se acerca la hora de partir se va llenando y en unos 45 minutos volvemos a estar en JR Utsunomiya. Como no llevamos los billetes reservados, vamos hacia la zona de “no reservado” del andén y nos toca hacer una buena cola… aquí ya vemos que el shinkansen a Tokyo va a ir a petar… y efectivamente, nos toca ir de pie una buena parte del trayecto!

Y aquí me pasa algo curioso y que me desmonta bastante la visión de gente amable que tengo de los japoneses… ya me llama la atención que habiendo mujeres de pie y hombres sentados, ninguno sea capaz de levantar el culo y ceder el asiento y eso que había algunas señoras muy mayores!






Al llegar a Tokyo, ya no tenemos fuerzas para nada… con lo cansados que íbamos, solo nos faltaba tener que viajar casi todo el trayecto a pie (vaya último trayecto en Shinkansen

Éste ha sido nuestro último día de excursiones y nos quedan por delante tres días para disfrutar al máximo Tokyo antes de partir… ufff! tan solo nos quedan unos días por Japón ya!!!


Antes de dormir, pasamos un ratito viendo los trenes (Shinkansen, monorail y locales) que pasan frente a nuestra ventana.
Y ahora si, buenas noches!

**Encontrarás el diario completo y otros más en mi blog:http://creciendoconmisviajes.wordpress.com/